Un museo para rendir culto a Sadam
El Museo del Triunfo del L¨ªder exhibe cada fase de la vida del presidente. S¨®lo tiene 200 visitas al mes
La entrada es gratuita. El edificio, grandioso. Tiene estructura octogonal y siete salones cerrados con llaves, cada uno tan grande como una cancha de baloncesto. Cada uno dedicado a un aspecto de la vida de Sadam Husein. Pero apenas recibe visitas, en un pa¨ªs de m¨¢s de 22 millones de habitantes. El gu¨ªa se equivoca de llaves cada vez que pretende abrir la puerta de cualquiera de los salones. El s¨¢bado suele ser el d¨ªa de m¨¢s afluencia, seg¨²n el gu¨ªa. Pero durante varias horas de la ma?ana, s¨®lo dos periodistas espa?oles lo visitaron. Y al mes, los visitantes no pasan de 200, en su mayor¨ªa grupos de estudiantes. Se llama el Museo del Triunfo del L¨ªder.
Y es una pena que a la gente no le d¨¦ por acudir al museo, porque all¨ª se encuentra retratada buena parte de la historia reciente del pa¨ªs.
La primera sala est¨¢ dedicada por entero a los primeros a?os de Sadam. La casa humilde de Tikrit donde naci¨® el se?or presidente. Foto de Husein con nueve a?os. El ¨¢rbol donde sol¨ªa leer de peque?o, cerca del r¨ªo Tigris. Su hoja de calificaciones. Excelente en geograf¨ªa, matem¨¢ticas, lenguaje, pero sobre todo en formaci¨®n religiosa. Foto con unos amigos adolescentes durante una excursi¨®n campestre.
El coche del anterior jefe de Estado, Abdul Karim Kasem, ametrallado tras el intento de asesinato que el propio Sadam Husein protagoniz¨® en 1959. La casa de Bagdad donde se escondi¨®. La moto en la que el "se?or presidente" huy¨® hacia Damasco. Las fotos de juventud en Damasco, sonriente, vestido siempre a la ¨²ltima. La casa donde se reun¨ªan de forma clandestina los l¨ªderes del partido Baas. La m¨¢quina de escribir que usaba. La c¨¢rcel de Bagdad donde estuvo preso en 1965. Foto sonriente en la c¨¢rcel con dos amigos presos que despu¨¦s ser¨ªan altos cargos de su Gobierno. El beb¨¦ Udai, uno de sus hijos, entre cuya ropa su mujer sol¨ªa introducir correspondencia clandestina que Husein cog¨ªa al abrazar al ni?o en la c¨¢rcel. Fotos como vicepresidente del Gobierno departiendo con jefes de Estado como Fidel Castro o el rey de Espa?a en 1978.
En 1979, jurando la Constituci¨®n como presidente. Y despu¨¦s, de 1980 a 1988, durante la guerra con Ir¨¢n, fotos con sus generales. El d¨ªa en que termin¨® la guerra, en un ba?o de multitudes. "Salieron dos millones de personas a las calles de Bagdad, y mire, f¨ªjese que es el propio se?or presidente el que conduce el coche, sin protecci¨®n".
En otra de las salas se puede observar un Cor¨¢n escrito con la sangre de Sadam Husein. "Yo no puedo tocarlo porque tendr¨ªa que lavarme previamente", se lamenta el gu¨ªa. Despu¨¦s se puede pasar a la sala de las armas. Unas trescientas, en su mayor¨ªa regalos. "Es muy bravo, sabe luchar", comenta el gu¨ªa. Hay cimitarras, dagas, alfanjes, morteros, bol¨ªgrafos pistola, dos escopetas de caza con la marca del Instituto Nacional de Industria (INI) espa?ol. Tambi¨¦n se puede apreciar un cuadro de tres metros de largo por tres de ancho con la trayectoria de los misiles que Irak lanz¨® en 1991 contra Israel y Kuwait.
Armas de oro
El gu¨ªa pregunta que si habr¨¢ guerra. ?l opina que s¨ª. "Lucharemos. Lo ¨²nico que podemos hacer es luchar", sentencia. Despu¨¦s se pueden observar varias vitrinas vac¨ªas donde deb¨ªan reposar armas de oro macizo. "Se han sacado de aqu¨ª por motivos de seguridad", comenta.
En otra sala, una curiosa miscel¨¢nea de regalos que Sadam ha ido recabando de empresarios y jefes de Gobierno. Un cuadro del presidente regalado por una empresa espa?ola, varios tableros de ajedrez, un bal¨®n de f¨²tbol americano firmado por los jugadores de un equipo de Nueva York, obsequios del ex presidente Ronald Reagan, y mil cosas m¨¢s.
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