EE UU exige a las tabacaleras 268.000 millones de euros por beneficios ilegales
La demanda se basa en el dinero que obtuvieron las empresas vendiendo tabaco a menores
El Departamento de Justicia de EE UU ha reactivado una demanda contra las tabacaleras con la que pretende conseguir 289.000 millones de d¨®lares (268.000 millones de euros) por beneficios ilegales en la venta de tabaco a menores. La demanda, heredada de la etapa del anterior presidente, Bill Clinton, renace con una cifra tan espectacular que supera incluso a la que se fij¨® en el acuerdo por los da?os m¨¦dicos del tabaco. Las compa?¨ªas demandadas -las principales del sector- consideran que la cifra es una condena a la bancarrota. Todas cayeron ayer en Wall Street.
La informaci¨®n, avanzada por The New York Times, pone por primera vez una cifra a un proceso judicial casi olvidado. El Gobierno de Bill Clinton present¨® la demanda en 1999. Pretend¨ªa conseguir que las grandes empresas tabacaleras devolviesen a las arcas federales los beneficios conseguidos de manera ilegal, es decir, aquellos logrados a trav¨¦s de la venta de tabaco a menores de edad.
La cifra era tan dif¨ªcilmente cuantificable que las compa?¨ªas tabacaleras albergaban esperanzas de que la demanda muriese en alguna fase del proceso judicial. La llegada de George W. Bush a la Casa Blanca impulsaba tambi¨¦n un cambio de pol¨ªtica: el Partido Republicano siempre ha hecho gala de su apoyo a las grandes corporaciones y su desprecio hacia el litigio excesivo. La industria del tabaco es una de las principales contribuyentes a las campa?as pol¨ªticas republicanas.
Durante m¨¢s de un a?o, la falta de inter¨¦s por parte del Departamento de Justicia hab¨ªa mantenido la demanda en estado latente. Sin embargo, la dedicaci¨®n plena del fiscal general, John Ashcroft, a la lucha contra el terrorismo ha permitido que los abogados encargados del caso continuaran discretamente con la demanda.
Ashcroft luch¨® contra la demanda cuando era senador. Pero fuentes de su departamento citadas por el diario neoyorquino aseguran que el fiscal general ha aceptado t¨¢citamente que el proceso siga su curso.
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En las 1.400 p¨¢ginas que contiene la argumentaci¨®n, los abogados del Departamento de Justicia consideran que la industria del tabaco debe devolver 289.000 millones de d¨®lares por pr¨¢cticas empresariales fraudulentas y delictivas. Consideran que las principales compa?¨ªas de tabaco manipularon los niveles de tabaco, mintieron a sus clientes sobre los peligros del producto y desarrollaron campa?as publicitarias dise?adas expresamente para un p¨²blico adolescente.
Los abogados consideran que al menos 30 millones de fumadores estadounidenses desarrollaron su adicci¨®n al tabaco antes de cumplir los 18 a?os. Las pr¨¢cticas empresariales ilegales comenzaron en 1954.
Cuando el equipo de Clinton present¨® la demanda (firmada por la anterior fiscal general, Janet Reno), los gobiernos de 46 estados acababan de lograr un acuerdo de 206.000 millones de d¨®lares con las tabacaleras. Aquel acuerdo se refer¨ªa estrictamente a la cobertura de gastos m¨¦dicos provocados por el consumo de tabaco.
La demanda federal dio un paso m¨¢s al impulsar la devoluci¨®n de los beneficios irregulares. La cifra exigida, conocida finalmente ayer, supera la del acuerdo de 1998. Los cinco principales acusados en la demanda son Philip Morris, R. J. Reynolds, Lorillard Tobacco, Brown & Williamson y el Liggett Group.
Seg¨²n los analistas financieros, si los tribunales fijan una indemnizaci¨®n cercana a la que pide el Gobierno, varias compa?¨ªas tabacaleras caer¨¢n en bancarrota y las dem¨¢s s¨®lo podr¨¢n sobrevivir con una subida de al menos 50 centavos (46 c¨¦ntimos) en el precio de cada cajetilla de tabaco.
Kenneth Bass, abogado de Brown & Williamson, asegura que la cifra es "rid¨ªcula, est¨¢ completamente alejada de la realidad". Seg¨²n Bass, hay pocas esperanzas de que pueda llegarse a un acuerdo extrajudicial.
El Departamento de Justicia ha aportado documentos internos que revelan maniobras de la industria del tabaco encaminadas a ganar clientes entre menores de edad. "Los fumadores suelen escoger su marca de cigarrillos cuando son adolescentes. El adolescente de hoy es el cliente habitual de ma?ana", dec¨ªa un informe de Philip Morris.
Otros documentos revelan c¨®mo las empresas de tabaco siempre han sido conscientes de que los cigarrillos light tienen los mismos efectos nocivos que el resto, porque los fumadores consumen m¨¢s para saciar su ansia de nicotina. Un informe de la compa?¨ªa R. J Reynolds fechado en 1982 dec¨ªa: "Esos cigarrillos, aunque sean un enga?o, son dif¨ªciles de resistir para el consumidor porque ofrecen todo lo que para ¨¦l es deseable: sabor, gancho, atractivo y 'bajo nivel de alquitr¨¢n"; el informe entrecomillaba esa ¨²ltima cualidad consciente de su falsedad.
Desde el comienzo de la llamada "guerra legal contra el tabaco", la industria ha tenido que facilitar m¨¢s de 38 millones de p¨¢ginas de documentos internos. No hay fecha todav¨ªa para las primeras sesiones de vista oral en la nueva demanda multimillonaria.
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