?Fela Kuti vive!
Hablar de Fela Kuti es hablar del ?frica del siglo XX con sus defectos y virtudes, injusticias sangrantes y lucha para combatirlas, ritmos mesmerizantes e ingenua capacidad para asimilar todo lo que ofrec¨ªa el mundo exterior. Un ?frica triste y doliente pero, al mismo tiempo, combativa y danzante. Dos caras casi contrapuestas de un aut¨¦ntico Tercer Mundo oprimido y explotado no s¨®lo por la constante hist¨®rica del colonialismo, sino aplastado tambi¨¦n por sus mismos dirigentes tan despiadados o m¨¢s que sus predecesores europeos.
Toma de conciencia y evoluci¨®n de una actitud social, pol¨ªtica y belicosa que en el caso de Fela Kuti camin¨® pareja a la evoluci¨®n de su m¨²sica. M¨²sica danzante y festiva en un primer momento que, con el c¨²mulo de experiencias negativas, se convierte en una de las armas m¨¢s afiladas contra la injusticia, el segundo esclavismo y la explotaci¨®n del hombre por sus propios hermanos. Un arma tan cortante que gobiernos y ej¨¦rcitos nada imparciales tuvieron que actuar contra ella con la fuerza alargando as¨ª la sombra de un mito que tardar¨¢ mucho en desaparecer de ?frica. Gritos como La desobediencia es nuestra ley siguen resonando como un eco de los cantos y actitudes del que llamaron en vida Black President: Fela Anikulapo Kuti, nombre que podr¨ªa traducirse por "aquel que emana grandeza, controla la muerte y no puede ser asesinado por humanos". Premonitorio ya que ni gobernantes corruptos, ej¨¦rcitos sangrientos, persecuciones, prisiones, torturas o vejaciones pudieron acabar con su vida; fue el nuevo gran enemigo de ?frica, el sida, el que acab¨® con Fela en 1997.
Fela Kuti naci¨® en una familia culta de clase media nigeriana en Abeokuta en 1938. Su padre ostentaba un cargo eclesi¨¢stico al tiempo que presid¨ªa el sindicato de profesores de Nigeria y su madre, la primera mujer nigeriana que condujo un coche, fue una respetada activista social. Como buen integrante de la clase media nigeriana, Fela emigr¨® a Londres para seguir estudios musicales en una de las escuelas m¨¢s reputadas del mundo: el Trinity College of Music. A las primeras influencias del hoy olvidado Geraldo Pino (uno de los inventores del pop africano) se une en Londres el descubrimiento del jazz y del funk que llevar¨¢n al joven Fela a inventar, consciente o inconscientemente, una nueva forma de entender la m¨²sica: una mezcla ¨ªntima y profunda de sus ra¨ªces yoruba con el funk m¨¢s potente de James Brown y sus secciones de metal y el jazz expansivo del Miles Davis electr¨®nico. El resultado explot¨® a finales de los sesenta y comenz¨® a ser conocido como afro beat, ejemplo de world music avant la letre que muchos europeos descubrimos gracias a ese mago de la bater¨ªa llamado Ginger Baker. El potente percusionista de Cream hab¨ªa desaparecido del mapa tras el relativo fracaso de Blind Faith y, de repente, apareci¨® en Nigeria grabado en directo con una sorprendente banda africana. El disco caus¨® un inmediato impacto y abri¨® las puertas del Viejo Continente a Fela que ya hab¨ªa cambiado el nombre de Koola Lobitos por el m¨¢s expl¨ªcito de Africa'70 y comenzaba a incluir la lucha contra la corrupci¨®n en los textos de sus siempre hipn¨®ticas melod¨ªas.
El empeoramiento de la situaci¨®n en Nigeria y pa¨ªses lim¨ªtrofes radicaliz¨® la m¨²sica de Fela. A las afueras de Lagos, junto a sus 27 esposas (seg¨²n la tradici¨®n yoruba) y una corte de medio centenar de m¨²sicos y seguidores, fund¨® la rep¨²blica de Kalakuta en la que reinaba la libertad. Convertido en voz de los sin voz, su nombre pas¨® a ser el enemigo n¨²mero uno del establishment que no dud¨® en actuar con contundencia asaltando y saqueando por medio del Ej¨¦rcito su casa en tres ocasiones, maltratando a su madre que falleci¨® a causa de las heridas y encarcelando al m¨²sico bajo cargos disparatados. Ni siquiera en la c¨¢rcel pudieron callar a Fela convertido en uno de los autores m¨¢s prol¨ªficos del continente africano.
Ahora gran parte de esa producci¨®n acaba de ser reeditada en formato de disco compacto por Universal. Veinticinco discos compactos debidamente remezclados y remasterizados (?nunca Fela hab¨ªa sonado tan bien!) que re¨²nen m¨¢s de cuarenta elep¨¦s originales del saxofonista, cantante, compositor y pianista. Todas las obras m¨ªticas de Fela est¨¢n ah¨ª (generalmente dos discos ¨ªntegros por compacto con portadas originales) incluyendo sus colaboraciones con Ginger Baker, Roy Ayers y Lester Bowie (no acreditado pero presente en la obra de 1977), desde sus singles inici¨¢ticos con los Koola Lobitos hasta los ejes esenciales de su carrera: Zombie, Army Arrangement, Beasts of No Nation, Coffin for Head of State, No Agrement, Sorrow Tears and Blood, Unknow Soldier o Teacher don't teach me nonsense. Es decir, un corpus tan apabullante como imprescindible.
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