Trump proclama el inicio de una ¡°edad de oro¡± y de una ¡°marea de cambio¡± en Estados Unidos
El presidente se presenta como un elegido divino dispuesto a rescatar al pa¨ªs y a acabar con su ¡°decadencia¡± con un programa duro de medidas energ¨¦ticas, contra la migraci¨®n y la diversidad
Donald Trump consum¨® este lunes su regreso triunfal a la presidencia de Estados Unidos. El republicano recupera el poder con un populismo nacionalista y una agenda extrema que mantiene a Estados Unidos y al conjunto del mundo en vilo. En su discurso de toma de posesi¨®n, el 47? presidente proclam¨® su principio de ¡°Estados Unido primero¡± y anunci¨® ¡°una marea de cambio¡±. ¡°La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo¡±, afirm¨® en un discurso en el que no prometi¨® la Luna, sino Marte, para delirio de Elon Musk, all¨ª presente. Trump record¨® el atentado de julio en el que una bala le alcanz¨® una oreja para presentarse como un elegido divino: ¡°Dios me salv¨® para hacer Estados Unidos grande otra vez¡±.
Sin tiempo que perder, aprovech¨® su discurso para anunciar los primeros decretos con los que pasar la p¨¢gina de la presidencia de Joe Biden y dar un golpe de autoridad en materia migratoria, energ¨¦tica y de diversidad. ¡°La decadencia de Estados Unidos acaba aqu¨ª¡±, asegur¨®.
Trump jur¨® el cargo a las 12.02 (18.02 en la Espa?a peninsular), con apenas dos minutos de retraso sobre el horario marcado por una enmienda constitucional para el relevo en el poder. Una salva de ca?onazos marc¨® en el exterior del Capitolio el inicio de la presidencia. A dos manzanas de la Casa Blanca, los Proud Boys (Muchachos Orgullosos), uno de los grupos que lideraron el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, celebraban el regreso de Trump cuatro a?os despu¨¦s de intentar que retuviese el poder tras perder las elecciones.
¡°La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de hoy, nuestro pa¨ªs florecer¨¢ y volver¨¢ a ser respetado en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones, y no permitiremos que se sigan aprovechando de nosotros. Durante todos y cada uno de los d¨ªas de la Administraci¨®n Trump, sencillamente pondr¨¦ a Estados Unidos primero¡±, comenz¨® su discurso de media hora, corto para sus par¨¢metros.
Su alocuci¨®n de investidura de 2017 qued¨® en la memoria como la de ¡°la carnicer¨ªa americana¡±, una descripci¨®n apocal¨ªptica del pa¨ªs que a¨²n mantiene. Sin embargo, su tono fue esta vez algo m¨¢s constructivo. Se present¨® como ¡°pacificador¡± y ¡°unificador¡± a pesar de que es la figura m¨¢s polarizadora de las ¨²ltimas d¨¦cadas en la pol¨ªtica estadounidense. Y, pese a que obtuvo la victoria en voto popular m¨¢s ajustada en dos d¨¦cadas, con el pa¨ªs casi partido en dos mitades, exager¨® su triunfo como un cierre de filas en torno a ¨¦l y su programa, capaz de ¡°revertir completa y totalmente una horrible traici¨®n¡± que atribuye a Biden y su Gobierno.
¡°Vuelvo a la presidencia confiado y optimista de que estamos en el comienzo de una nueva y emocionante era de ¨¦xito nacional. Una marea de cambio est¨¢ barriendo el pa¨ªs¡±, asegur¨®. ¡°Mi mensaje a los estadounidenses hoy es que es hora de que volvamos a actuar con valent¨ªa, vigor y la vitalidad de la mayor civilizaci¨®n de la historia¡±, a?adi¨®.
Emergencia nacional
Trump, que asegur¨® que se propone emprender ¡°una revoluci¨®n del sentido com¨²n¡±, descendi¨® en su alocuci¨®n a un detalle program¨¢tico poco habitual en estas ocasiones. Confirm¨® que adoptar¨¢ m¨²ltiples medidas de forma inmediata. Entre ellas, est¨¢ una declaraci¨®n de emergencia nacional en la frontera, que permita el despliegue de tropas para frenar la inmigraci¨®n ilegal. Tambi¨¦n aprobar¨¢ una ley que designe a los c¨¢rteles de la droga como ¡°terroristas globales¡±, entre otras muchas medidas para lo que ¨¦l llama ¡°cerrar la frontera¡±.
Reiterando su provocaci¨®n a M¨¦xico, anunci¨® que redenominar¨¢ el Golfo de M¨¦xico como Golfo de Am¨¦rica. Y, exhibiendo sus ansias imperialistas, asegur¨® que Estados Unidos recuperar¨¢ el control sobre el Canal de Panam¨¢. ¡°China est¨¢ operando el Canal de Panam¨¢. Y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panam¨¢, y lo vamos a recuperar¡±.
Asimismo, declarar¨¢ una emergencia energ¨¦tica nacional, para impulsar la producci¨®n de hidrocarburos, aunque Estados Unidos ha batido r¨¦cords de producci¨®n de petr¨®leo con Biden. Trump anunci¨® la v¨ªspera que perdonar¨¢ a condenados por el asalto al Capitolio (horas despu¨¦s de que Biden indultase preventivamente a los que investigaron la responsabilidad de Trump en dicho asalto), pero no lo incluy¨® en su discurso.
Otras de sus promesas fueron en realidad proclamaciones tan grandilocuentes como vac¨ªas. As¨ª, que Estados Unidos ser¨¢ a partir de este lunes ¡°un pa¨ªs libre, soberano o independiente¡±, como si a¨²n siguiera siendo una colonia brit¨¢nica o si la pintura de la Declaraci¨®n de Independencia que estaba en la Rotonda del Capitolio a pocos metros de ¨¦l fuera una escena de ficci¨®n.
¡°Estamos a punto de vivir los cuatro mejores a?os de la historia de Estados Unidos¡±, dijo en la parte m¨¢s optimista de su discurso. ¡°Estados Unidos volver¨¢ a considerarse una naci¨®n en crecimiento, que aumenta su riqueza, expande su territorio, construye sus ciudades, eleva sus expectativas y lleva su bandera a nuevos y hermosos horizontes, y perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas [de la bandera estadounidense] en el planeta Marte¡±.
600 invitados
La investidura se realiz¨® en la Rotonda, el espacio bajo la c¨²pula del Capitolio, por el fr¨ªo reinante en el exterior. Solo hubo cabida para unos 600 invitados selectos. Entre ellos estaba el presidente saliente, Joe Biden, que le acompa?¨® en la limusina desde la Casa Blanca, como es tradicional en las transiciones ordenadas de poder. Tambi¨¦n acudieron los expresidentes vivos ¨DBill Clinton, George W. Bush y Barack Obama¨D, los l¨ªderes del Congreso, sus principales aliados pol¨ªticos y grandes donantes, entre ellos Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, los magnates tecnol¨®gicos que han rendido pleites¨ªa al l¨ªder. Una novedad fue la asistencia de l¨ªderes extranjeros, aunque todos de la orientaci¨®n pol¨ªtica del nuevo mandatario, como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de El Salvador, Nayib Bukele.
El Trump que asume el cargo es muy diferente del que lleg¨® a la presidencia por primera vez en 2017, un promotor inmobiliario transmutado en estrella de la televisi¨®n sin experiencia pol¨ªtica y de Gobierno, que no contaba con equipo de confianza. Aunque ya en 2017 los republicanos ten¨ªan el control de las dos c¨¢maras del Congreso, ahora llega con el aparato del partido en un pu?o y rodeado de leales dispuestos a aplicar su programa desde el principio.
El nuevo presidente es el segundo en la historia de Estados Unidos que recupera el cargo tras perderlo, algo que solo hab¨ªa ocurrido con Grover Cleveland en el siglo XIX. A sus 78 a?os, Trump supera por cinco meses a Biden como el presidente de mayor edad en ser investido. En cambio, su vicepresidente, J. D. Vance, que tambi¨¦n jur¨® su cargo este lunes, es el tercero m¨¢s joven de la historia del pa¨ªs, con solo 40 a?os. El tiempo dir¨¢ si se convierte tambi¨¦n en delf¨ªn sucesorio.
Trump vuelve a la presidencia con el estigma de ser un delincuente convicto y sentenciado, aunque su elecci¨®n le ha librado de otras imputaciones penales. En un universo paralelo, de haber ido m¨¢s r¨¢pido las investigaciones y haber sido condenado, este lunes dormir¨ªa en la c¨¢rcel y no en la Casa Blanca. En su discurso, Trump se present¨® una vez m¨¢s como v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica injusta y asegur¨® que algo as¨ª no suceder¨¢ durante su mandato, a pesar de las promesas de revancha pol¨ªtica que lanz¨® en campa?a
El presidente decidi¨® no esperar siquiera a llegar a la Casa Blanca para adoptar sus primeras decisiones. Hizo instalar un escritorio en el Capital One Arena, el estadio cubierto desde el que sus seguidores observaron la ceremonia, para unirse a la multitud y empezar a aprobar medidas con la aprobaci¨®n de sus incondicionales, como si fuera una suerte de circo romano.
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