La calle, bien; los hospitales, mal
La algarab¨ªa de la gente en el barrio shi¨ª de Kadhimiya, en la capital, contrasta con los mensajes encendidos de alg¨²n imam
Si se visita el barrio shi¨ª de Kadhimiya, costar¨¢ mucho darse cuenta de que Bagdad fue bombardeada el jueves y tiene muchas probabilidades de que se la bombardee cada noche. Los shi¨ªes son la mayor¨ªa religiosa del pa¨ªs, pero se encuentran marginados del poder. Sus barrios son los m¨¢s pobres, donde hay m¨¢s agua estancada por la calle, m¨¢s chabolas y menos preparaci¨®n escolar. Pero ayer, mientras casi todos los comercios de la ciudad estaban cerrados y calles como la de Mutanabi, en la que cada viernes se apelotonan cientos de lectores en busca de libros, estaba vac¨ªa, en el barrio de Kadhimiya, donde se encuentra la Mezquita de Oro, una de las m¨¢s bellas de la ciudad y de las m¨¢s famosas entre los shi¨ªes, todo era una algarab¨ªa de gente y de puestos de ventas.
En la mezquita, el mensaje del imam parec¨ªa pac¨ªfico. Y fuera, los ni?os llevaban cubos de lata llenos de agua para venderla a cazos a los sedientos. Mientras en la mayor parte de la ciudad es imposible encontrar patatas, cebollas, cualquier clase de fruta o papel higi¨¦nico, en este barrio pobre de casas a medio caer se pod¨ªa encontrar de todo en la calle.
La tranquilidad en el rostro, la alegr¨ªa con la que se dirig¨ªan los shi¨ªes al visitante extranjero, es la misma que demuestran muchos iraqu¨ªes. "Nos hemos dado cuenta de que las bombas van contra el r¨¦gimen, no contra nosotros. Es una cosa entre Husein y Bush", dec¨ªa una bagdad¨ª.
Sin embargo, en otra parte de la ciudad el ambiente era bien distinto. Uno de los principales imames iraqu¨ªes, Abdelatif Homein, desde su p¨²lpito en la mezquita Um Al-Marek (Madre de todas las batallas), la m¨¢s pr¨®xima al r¨¦gimen y desde donde se retransmite semanalmente a la televisi¨®n la pr¨¦dica del viernes, agarr¨® un Kal¨¢shnikov y, blandi¨¦ndolo en el aire, hizo un llamamiento a los musulmanes para matar americanos. "Cercad a los americanos y matadlos all¨ª donde los encontr¨¦is. Nuestros ni?os mueren, nuestras mujeres y nuestros mayores son masacrados, y no podemos hacer otra cosa que encomendarnos a Dios. ?Qu¨¦ esper¨¢is, que ocupen la mezquita del profeta y la Kaaba?", preguntaba en referencia a Medina y La Meca, los lugares santos del islam en Arabia Saud¨ª. El imam implor¨® a Dios para que destruya a los sionistas y americanos en rodajas. A la salida, los fieles azuzados por el imam, que agitaba su fusil en el aire, mostraron en varios c¨¢nticos su apoyo a Sadam Husein.
Mientras eso suced¨ªa, las autoridades iraqu¨ªes llevaron a los periodistas de todo el mundo y a los nueve brigadistas espa?oles que han decidido apoyar al pueblo iraqu¨ª qued¨¢ndose bajo las bombas, hacia el hospital universitario Alyarmuor, donde el cirujano Jameel al Bayaki les explicaba en ingl¨¦s que las bombas del jueves hab¨ªan llevado a su centro a 36 personas heridas.
Entre ellas se encontraba una madre con un beb¨¦ de 14 meses al que estaba dando el pecho cuando las esquirlas de una bomba causaron heridas en la espalda del ni?o y en la mano de la madre. Frente a ella se encontraba su hermana de 13 a?os, una joven que no quer¨ªa que el doctor le ense?ase la pierna a los periodistas. Pero al final, el doctor mostr¨® las heridas. Y cuando un compa?ero le pregunt¨® qu¨¦ sent¨ªa en ese momento, recit¨® los versos de un c¨¢ntico que es el que siempre se repite en las manifestaciones: "Bush, Bush, ent¨¦rate, estamos con Sadam".
Todas las lesiones de los heridos fueron producidas por esquirlas. Y todos los familiares de los pacientes aseguraban que all¨ª donde cayeron las bombas no hab¨ªa ning¨²n centro militar como posible objetivo del ataque.
A las seis y cinco de la tarde -hora peninsular espa?ola-, en que acabo de escribir esta cr¨®nica, comienza a sonar la alarma en Bagdad. Y tres minutos despu¨¦s, el fuego antia¨¦reo. El doctor Al Bayaki dijo que, en cuanto sonara, dejar¨ªa a sus hijos para acudir al hospital.
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