Industrias Tit¨¢n pinta en polvo
La empresa de los Folch Rusi?ol ahonda en su diversificaci¨®n y abre dos nuevas plantas
Tit¨¢n, una de las industrias catalanas con mayor historia, se diversifica y mira hacia Portugal para crecer, en un contexto econ¨®mico reconocido como "dif¨ªcil" tambi¨¦n para su sector. La empresa de la familia Folch Rusi?ol, que en tres generaciones ha consolidado a Tit¨¢n como primer fabricante de pinturas para decoraci¨®n del mercado espa?ol, a gran distancia de la competencia, arranca este a?o dos nuevas f¨¢bricas en Andaluc¨ªa y Canarias.
La empresa controlada por la familia Folch Rusi?ol invierte en este a?o "dif¨ªcil" seis millones en sus plantas de Sevilla y Canarias
Los empleados de Industrias Tit¨¢n, que suman 586, todav¨ªa llaman "nueva" a la sede de la empresa en el pol¨ªgono industrial Pratense, cerca del aeropuerto de Barcelona, a pesar de que el traslado a estas inmensas instalaciones, troceadas en varias naves, y que han supuesto una inversi¨®n superior a los 39 millones de euros, se complet¨® en verano de 2000. Tres a?os es poco tiempo para una empresa fundada en 1917 y ni siquiera los directivos del grupo se esfuerzan por ocultar la nostalgia que les despierta hablar de la antigua f¨¢brica de la avenida de Bogatell, que se tragaron la Barcelona ol¨ªmpica y las necesidades de ampliar espacio.
En El Prat, Tit¨¢n estrena su ¨²ltima apuesta para crecer a trav¨¦s de la diversificaci¨®n: la planta de pintura en polvo, un proyecto que, incluida la fabricaci¨®n de resina, ha supuesto una inversi¨®n total cercana a los siete millones de euros. Seg¨²n el director general, Josep Farr¨¦s, estamos en "la f¨¢brica de pintura m¨¢s limpia y moderna de Europa".
La modernidad de una industria casi centenaria que alardea de invertir en mejoras continuas en sus infraestructuras, en calidad y en nuevos productos (50 nuevos han sido bombeados al mercado en los ¨²ltimos cinco a?os) contrasta con el ambiente familiar marcado por el arraigo de normas francamente particulares.
Un llamativo ejemplo: desde que Joaquim Folch Rusi?ol i Corach¨¢n, representante de la tercera generaci¨®n en la empresa -la que impuls¨® en los a?os treinta su abuelo, el ingeniero industrial Joaquim Folch i Girona, al ponerse al frente de la gerencia tras invertir 20.000 pesetas-, reinvent¨® el organigrama de mando y se reserv¨® para s¨ª una presidencia en la sombra, la compa?¨ªa tiene cuatro caras. El citado Josep Farr¨¦s; Jaime Carbonell, que comparte con Farr¨¦s la direcci¨®n general; Carlos de Senillosa Folch, apoderado y pariente del propietario, y Miguel Llatcha Melis, interventor general, funcionan con el lema del todos para uno. O est¨¢n los cuatro o ninguno habla con la prensa. O hay foto de todos o no hay foto de ninguno. "Somos una familia. Somos los cuatro magn¨ªficos", bromea Farr¨¦s, quien, pese a todo, lleva la voz cantante. Todos llevan d¨¦cadas vinculados a la empresa.
Tit¨¢n, presidida por Folch Rusi?ol, es 100% capital catal¨¢n, presume de independencia financiera con sus 102 millones de euros de fondos propios sin apenas endeudamiento -"Claro que han venido grupos de fuera para comprarnos, pero la familia es coherente y contesta: vendernos, ?para qu¨¦?", explican- y parece algo inc¨®moda cuando se menciona su condici¨®n de accionista destacado, con m¨¢s de cinco millones de t¨ªtulos, del Santander Central Hispano (SCH). Albert Folch Rusi?ol, padre del actual presidente y descendiente del pintor Santiago Rusi?ol, fue consejero del Santander, consejo por el que tambi¨¦n pas¨® su hijo.
La menci¨®n del padre obliga inevitablemente a evocar la vena coleccionista de la familia. Si el abuelo, el emprendedor, se prendaba con la mineralog¨ªa y con la geolog¨ªa, Albert Folch Rusi?ol, ingeniero qu¨ªmico que capitane¨® la expansi¨®n de Tit¨¢n, llev¨® aureola de prestigio cultural en Barcelona gracias a su colecci¨®n de cer¨¢mica y de culturas primitivas. Una de las grandes pasiones de su hijo Joaquim consiste en coleccionar coches antiguos.
La singularidad de Tit¨¢n, que arruga la nariz en cuanto suenan teor¨ªas sobre la profesionalizaci¨®n de la gesti¨®n o los consejeros llamados independientes, se traduce tambi¨¦n en un aparentemente aut¨¦ntico desinter¨¦s por crecer demasiado o demasiado aprisa. "Nosaltres anem fent" (Nosotros vamos haciendo, en catal¨¢n), es su muy catal¨¢n lema. "Tampoco queremos ser la primera empresa del mundo", dice Farr¨¦s.
En este ir haciendo, la estrenada diversificaci¨®n de la pintura en polvo de Tit¨¢n -"el tit¨¢n", llaman a su empresa los empleados- se a?ade a un abanico de oferta que incluye pintura en aerosol, productos para bellas artes y manualidades, segmento que lidera en Espa?a, y pinturas, esmaltes y barnices para decoraci¨®n, bricolaje, n¨¢utica, pintura profesional e industrial. Casi el 80% de los ingresos de Tit¨¢n (96,48 millones de euros en 2001, con un beneficio neto de 1,72 millones) procede del segmento de decoraci¨®n y gran consumo. El producto de bandera de la empresa contin¨²a siendo hoy el popular esmalte sint¨¦tico Titanlux, que empez¨® a fabricar en los a?os treinta.
"Este a?o va a ser dif¨ªcil. La econom¨ªa est¨¢ como est¨¢ y ¨¦ste es un mercado maduro, sin grandes crecimientos y con rentabilidades peque?as", a?aden los directores generales. Tit¨¢n crece a un ritmo superior al del mercado. En 2003, tiene previsto incrementar su negocio, en valor, en torno a un 8%, cuando el mercado, que en Espa?a mueve 1.680 millones al a?o, deber¨ªa crecer no m¨¢s de un 1,5% en valor y un 2,5% en toneladas. Como revulsivo, Tit¨¢n prev¨¦ una de sus pegadizas e intermitentes campa?as publicitarias, para la que ha presupuestado dos millones de euros. El objetivo es reforzar una marca que es el primer activo de la empresa y que tiene mucho que ver con su estabilidad. El 95% de la producci¨®n de Tit¨¢n se queda en el mercado espa?ol, ya que la exportaci¨®n a grandes distancias no sale rentable.
Al crecimiento tambi¨¦n ayudar¨¢ la inauguraci¨®n, el pasado enero, de una f¨¢brica de pinturas pl¨¢sticas al agua en Sevilla y la pr¨®xima planta que est¨¢ ultimando en Canarias. A cada una de ellas se ha destinado tres millones de euros de inversi¨®n. Tit¨¢n, que vende resina en Marruecos pero donde no se plantea producir, otea el horizonte para ampliar su presencia en Portugal, feudo del primer accionista de su rival Valentine (la Corporaci¨®n CIN) y donde Tit¨¢n est¨¢ presente desde 1996.
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