WMD
?D¨®nde est¨¢n las famosas armas de destrucci¨®n masiva, biol¨®gicas y qu¨ªmicas, aludidas en la jerga militar norteamericana como WMD (Weapons of Mass Destruction), que son la pretendida justificaci¨®n de la acci¨®n emprendida por Estados Unidos y Gran Breta?a contra Irak? ?En qu¨¦ lugares las tiene escondidas el enemigo? ?Por qu¨¦ no las saca? ?O es que las va a emplear de un momento a otro? Despreciando el trabajo de los inspectores, decididos a no escuchar la voz de la raz¨®n, a no dar un poco m¨¢s de tiempo al tiempo en busca de consenso, ellos, los m¨¢s poderosos de la tierra, se han lanzado al ataque y a la devastaci¨®n porque, dicen, Irak est¨¢ sembrado de tales armas. Claro, distribuidas en peque?as cantidades por todo el pa¨ªs, como nos ha explicado un oficial del Pent¨¢gono, ocultas tal vez en simas profundas, en b¨²nkers cuidadosamente disfrazados, quiz¨¢s debajo de hospitales o escuelas. En cualquier momento pueden ser utilizadas. Y si no se utilizan, la coalici¨®n no tardar¨¢ en localizarlas y neutralizarlas una vez ganada la batalla y "decapitado" el r¨¦gimen del dictador Sadam Husein (cuya vinculaci¨®n con Al Quaeda tampoco est¨¢ demostrada).
Y si no aparecen los WMD, pese a los mejores esfuerzos de los liberadores/invasores, ?ser¨¢n capaces ¨¦stos de admitir su error? ?O se encargar¨¢n de simular el descubrimiento y la destrucci¨®n de los artefactos?
Los norteamericanos nos han dicho una y otra vez que estamos viendo en nuestras pantallas la operaci¨®n militar de m¨¢s fuerza y m¨¢s envergadura jam¨¢s registrada en los anales de la guerra. No cabe mayor jactancia, mayor prepotencia. Para m¨ª ser¨¢ imposible olvidar nunca la voz y el adem¨¢n de Rumsfeld al comentar lo que va a caer sobre Irak y lo que les espera a los que se atrevan a utilizar los WMD. El hombre parece calcado sobre el personaje de la Muerte en El s¨¦ptimo sello. Estados Unidos se precia de ser un pa¨ªs cristiano, y Bush no hace m¨¢s que darle las gracias a Cristo por haberle salvado del alcohol. Pero Bush ha firmado decenas de penas de muerte y yo no le he o¨ªdo referencia alguna al Jes¨²s que predicaba el amor y el perd¨®n.
Esta guerra, el hecho de que se haya podido llegar a esta guerra, es otra demostraci¨®n de la terrible ceguera, de la ignorancia de Occidente en relaci¨®n con el mundo musulm¨¢n. Por ello hay que congratularse de que, si el Gobierno de Aznar, por su participaci¨®n en la contienda, inflige un da?o incalculable al potencial de Espa?a como mediador privilegiado entre Este y Oeste, la Junta de Andaluc¨ªa, con Manuel Chaves a la cabeza, est¨¢ haciendo una excelente labor para mejorar la relaci¨®n de nuestra comunidad con Marruecos, que no s¨®lo es su obligaci¨®n hist¨®rica sino tambi¨¦n la manera m¨¢s inteligente de afrontar el futuro. Prueba de ello es el Plan de Desarrollo Transfronterizo (PDT) que acaban de firmar Chaves y Benaissa. Manuel Pezzi quiere que el segundo idioma de los andaluces sea el ingl¨¦s. Bien, pero yo sigo so?ando con la ense?anza del ¨¢rabe, siquiera los rudimentos, en un pa¨ªs donde la mescolanza de Oriente y Occidente dio frutos ¨²nicos, espl¨¦ndidos y perdurables, y donde, ?por qu¨¦ no?, los podr¨ªa volver a prodigar.
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