Un ex alto cargo de Urbanismo pone en cuesti¨®n el futuro campus del Bes¨°s

El arquitecto y ex director general de Urbanismo de la Generalitat Joan Antoni Solans cuestiona el futuro campus universitario del Bes¨°s por entender que las cinco hect¨¢reas que ocupar¨¢ deb¨ªan servir para descongestionar el barrio de La Mina. Durante un debate celebrado el lunes en el Colegio de Arquitectos, Solans polemiz¨® con el urbanista David Mackay sobre lo que ambos entienden por correcta ubicaci¨®n de los campus.

Si Solans consider¨® acertado descentralizar la Universidad en direcci¨®n al r¨ªo Llobregat, tal como se pretend¨ªa tiempo atr¨¢s, Mackay tild¨® de equivocados los dos enclaves porque ambos se encuentran demasiado alejados del centro de la ciudad y porque hay que ahorrar a "los pobres estudiantes" largos desplazamientos a lugares de dif¨ªcil acceso.

Quien sin estar presente result¨® peor parado fue el consejero delegado del F¨°rum 2004, Jaume Pag¨¨s, de quien Solans afirm¨®: "Cuando era rector de la Polit¨¦cnica jugaba la carta del Llobregat, y desde que ocupa su actual cargo defiende el campus junto al Bes¨°s dando la espalda a la reconversi¨®n de La Mina".

Las opiniones de Solans hab¨ªan sido comedidas hasta que intervino Jaume Vendrell, gerente de la Mancomunidad de Municipios del ?rea Metropolitana de Barcelona, quien se refiri¨® al proceso de regeneraci¨®n del r¨ªo Bes¨°s "como un ejemplo de que Barcelona reparte juego y cede centralidad a los municipios lim¨ªtrofes en lugar de reservarse para s¨ª lo que le interesa y expulsar fuera lo que no quiere, como se tiende a pensar". Vendrell carg¨® contra el Gobierno catal¨¢n por no haber encontrado en 23 a?os la ocasi¨®n de planificar el territorio metropolitano. "Concentrar el planeamiento ser¨ªa un elemento de vertebraci¨®n del continuo urbano donde residen 4.250.000 habitantes", apostill¨® Vendrell.

Solans sali¨® al paso de la bater¨ªa de datos desgranados con todo lujo de detalles por el gerente de la Mancomunidad, que en todos los casos dejaban en buen lugar a la capital catalana. "Alguna cosa debe de estar pasando cuando hay s¨ªntomas de que Barcelona est¨¢ perdiendo peso demogr¨¢fico y toda una serie de actividades que se marchan a otros lugares", contraatac¨® Solans.

Desde el p¨²blico, intervino el portavoz de la plataforma contra el proyecto del Bar?a 2000, Lleonard Ram¨ªrez, quien quiso saber por qu¨¦ raz¨®n se quiere formar un anillo verde en el lecho del r¨ªo Bes¨°s y, en cambio, se quiere congestionar todav¨ªa m¨¢s el sector occidental de la ciudad (Diagonal-Les Corts) "levantando una especie de muralla china de viviendas en los 88.000 metros cuadrados de techo situados en el per¨ªmetro del parque de Can Rigalt, seguramente para que los nuevos residentes disfruten de ¨¦l".

Antes del debate se llev¨® a cabo, tambi¨¦n en el Colegio de Arquitectos, la presentaci¨®n de tres proyectos a cargo de sus autores. Joan Forgas explic¨® la ordenaci¨®n de la parte alta de la monta?a de Montju?c; Enric Batlle y Joan Roig hablaron del plan director del parque de la Ciutadella, y Carlos Ferrater y Ramon Sanabria hicieron lo propio con el futuro centro cultural de Sabadell, que engloba un teatro de ¨®pera, un auditorio, un recinto ferial y un hotel.

David Mackay arremeti¨® sin contemplaciones contra los tres trabajos porque, a su juicio, "demuestran caminos equivocados de escala y creaci¨®n de un dialogo arquitect¨®nico en el ¨¢rea metropolitana". Ello no es de extra?ar teniendo en cuenta que, como a?adi¨® a continuaci¨®n, la ordenaci¨®n de esta parte del territorio catal¨¢n "no pueden resolverla s¨®lo los arquitectos, sino que deben resolverla los pol¨ªticos y ¨¦stos est¨¢n distra¨ªdos con otras cosas".