Un valor silencioso
Pav¨®n se reivindica en la defensa del Madrid, la menos batida desde el curso de Capello
"?Iv¨¢n!", gritaba Pav¨®n antes de cambiar la marca con Helguera, "?coge a ¨¦ste!". Entonces Helguera tomaba a Makaay y Pav¨®n se iba con Trist¨¢n. Y as¨ª bailaban, centrales y delanteros, en un duelo que se dirimi¨® con goles de Zidane y Ronaldo, el domingo pasado, en el Bernab¨¦u. Al terminar, el Madrid hab¨ªa ganado el partido y un pedazo de Liga. Del Bosque, el t¨¦cnico, no destac¨® los goles, sino su zaga: "Este triunfo ha sido posible principalmente debido al gran trabajo defensivo que ha hecho el equipo". Nada nuevo ¨²ltimamente. El Madrid lleva tres partidos sin encajar goles: ante Villarreal, Lokomotiv y Depor. Una racha que ha situado al Madrid en lo alto la Liga y en cuartos de final de Liga de Campeones. Una racha que muchos en el vestuario le agradecen, en parte, a ese chaval flaco, silencioso y con cara de p¨¢jaro que un compa?ero guas¨®n bautiz¨® como Fido Dido, el logotipo de una publicidad de Seven Up, por su corte de pelo a la cacerola.
La estad¨ªstica auspicia una temporada con final feliz y apura la b¨²squeda de otros responsables distintos a los gal¨¢cticos habituales. Francisco Pav¨®n, por ejemplo. No es coincidencia que la defensa se haya sostenido con ¨¦l. El Madrid lleva ocho victorias, un empate y una derrota desde que la lesi¨®n de Hierro oblig¨® a Del Bosque a contar con el ¨²nico central nato de repuesto de que dispone. Tampoco es accidental que Pav¨®n sea uno de los integrantes de la zaga que lleva camino de conseguir la mejor estad¨ªstica de imbatibilidad desde la temporada 1996-97, cuando Fabio Capello dirig¨ªa al equipo. Los n¨²meros en Liga explican por s¨ª solos el liderato: 61 goles a favor y 26 en contra en 27 partidos. La ¨²ltima vez que la red del Madrid fue tan dif¨ªcil de tocar, con Capello al frente, en la jornada 27, la ficha registraba 22 tantos en contra y 59 a favor. El porcentaje rematador con Capello fue, eso s¨ª, inferior al del Madrid actual, un conjunto que defiende y golpea con una efectividad s¨®lo superada por la Quinta del Buitre en su apogeo. As¨ª, en la jornada 27 de la temporada 1989-90 el Madrid marc¨® 79 goles y recibi¨® 26.
Hace menos de un a?o, tras su deb¨² en Primera, muchos compa?eros ve¨ªan a Pav¨®n como a un mero suplente: el cuarto y, quiz¨¢ el quinto o el sexto central de la plantilla. Alguno se preguntaba c¨®mo har¨ªa el equipo para resistir el ataque de delanteros t¨¦cnicos, r¨¢pidos y fuertes, cuando ese chaval de la cantera, tan liviano y t¨ªmido, fuera el ¨²ltimo hombre antes de la porter¨ªa de Casillas. Lo cierto es que Pav¨®n ha volatilizado todos los temores. Los suyos, antes que nada, se han perdido en la estela de serenidad contagiosa que va dejando.
En San Siro, en el Westfalenstadion, en el Camp Nou, y sobre todo, en el Bernab¨¦u, ha demostrado mucha seguridad. Se distingue porque elige bien cu¨¢ndo saltar, cu¨¢ndo atosigar y cu¨¢ndo dar metros a los delanteros. No se complica la vida, y si falla no se atormenta y aprende. As¨ª aprendi¨® a frenar a Shevchenko, m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l; y as¨ª supo neutralizar a Kluivert, m¨¢s fuerte y h¨¢bil que ¨¦l, por nombrar algunos de los goleadores m¨¢s temidos.
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