Los civiles y la ONU
Dos son los ejes b¨¢sicos alrededor de los cuales se debe construir el Irak posb¨¦lico: la poblaci¨®n civil y la ONU. Son, sin embargo, dos elementos que apenas cuentan en el presente escenario. Sobre el menosprecio dispensado a Naciones Unidas, antes y durante esta guerra injustificable, nunca se insistir¨¢ lo bastante. Por lo que se refiere a los ciudadanos iraqu¨ªes, las v¨ªctimas m¨¢s inmediatas del conflicto, en demasiadas ocasiones est¨¢n pasando al segundo plano de una actualidad sesgada por la propaganda de ambos bandos. Ya no es s¨®lo el elevado n¨²mero de muertos, heridos y refugiados que causar¨¢ esta guerra. El problema a?adido es que el pa¨ªs que surja del desastre lleva a?os soportando la opresi¨®n de Sadam Husein, el embargo de Occidente y los efectos del conflicto del Golfo en 1991 y del largo enfrentamiento con Ir¨¢n en la d¨¦cada de los 80. Las bombas caen estos d¨ªas sobre un pa¨ªs empobrecido, donde la mortalidad infantil es alt¨ªsima y un 60% de la poblaci¨®n depende para sobrevivir del ahora suspendido programa Petr¨®leo por alimentos.
El trabajo se centra en dar cobijo, alimentos, agua y atenci¨®n m¨¦dica a los damnificados
Despu¨¦s de la intensa labor de movilizaci¨®n (que no debe cesar) para parar esta guerra, el trabajo de las organizaciones humanitarias se centra en dar cobijo, alimentos, agua potable y atenci¨®n m¨¦dica a los damnificados. Las experiencias m¨¢s recientes en el trabajo con las v¨ªctimas de un conflicto demuestran que las organizaciones civiles, bajo la direcci¨®n de Naciones Unidas, son las m¨¢s eficientes y que la acci¨®n militar para labores humanitarias debe considerarse s¨®lo como un ¨²ltimo recurso. Cuando los soldados asumen estas funciones no s¨®lo dificultan la imparcialidad de las agencias, sino que, adem¨¢s, se gasta m¨¢s dinero. En 2001, por ejemplo, durante la guerra de Afganist¨¢n, mientras el Gobierno norteamericano pag¨® 7,5 d¨®lares por cada kilo de comida lanzado desde el aire, el kilo de comida distribuido por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas sali¨® por 20 centavos, 40 veces menos. A pesar de estas razones, el Gobierno espa?ol ha enviado un contingente al Golfo argumentando que ofrecer¨¢ ayuda humanitaria. En realidad, y al menos durante la fase b¨¦lica, su finalidad ser¨¢ el respaldo log¨ªstico y sanitario a las tropas norteamericanas y brit¨¢nicas. Mejor que mandar soldados y, por tanto, ratificar el apoyo pol¨ªtico a la guerra, habr¨ªa sido dar los recursos necesarios a la ONU para que ¨¦sta pueda coordinar y atender la respuesta humanitaria y las tareas de reconstrucci¨®n. Sin embargo, los pa¨ªses donantes no est¨¢n dando la respuesta adecuada al llamamiento de Naciones Unidas. ACNUR, apenas ha recibido un tercio del dinero necesario para atender a los refugiados.
Todas las partes de la guerra tienen la responsabilidad de cumplir la legislaci¨®n internacional humanitaria que establece el derecho de todas las personas a recibir ayuda humanitaria. Las fronteras deben estar abiertas para el paso de refugiados y debe evitarse que un gran n¨²mero de civiles quede atrapado en las zonas de conflicto o que sean retenidos y utilizados como escudos humanos. Asimismo, estas normas proh¨ªben las ofensivas indiscriminadas que no distinguen entre militares y civiles, los ataques a infraestructuras vitales para la poblaci¨®n y el uso de bombas de racimo, armas qu¨ªmicas o biol¨®gicas. La vulneraci¨®n del derecho internacional humanitario constituye un crimen de guerra procesable por el Tribunal Penal Internacional.
El futuro Irak se va a tener que levantar sobre cimientos muy d¨¦biles. La reconstrucci¨®n del pa¨ªs pasa por fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil y por el liderazgo claro de Naciones Unidas. La ONU, tan menospreciada por Bush y sus aliados, debe recibir un mandato claro y cre¨ªble para desarrollar el papel protagonista que le corresponde en la reconciliaci¨®n nacional y el restablecimiento de una administraci¨®n civil transitoria. La experiencia de otros conflictos nos dice que un elemento fundamental para que la reconstrucci¨®n sea exitosa es la plena apropiaci¨®n y participaci¨®n en el proceso por parte de los iraqu¨ªes. Algo bien diferente de lo que se plantea desde las potencias occidentales beligerantes.
El fil¨®sofo y escritor Eugeni d'Ors dec¨ªa que la guerra es la irrupci¨®n de la prehistoria en la historia. Esta guerra ileg¨ªtima con Irak es otro paso atr¨¢s en la historia de este mundo globalizado que emerge del siglo XXI. Como en todas las guerras, quien m¨¢s va a sufrir sus consecuencias de este desastre es la poblaci¨®n civil. Las ONG vamos a estar a su lado, con las movilizaciones por la paz y los programas humanitarios y de rehabilitaci¨®n.
Ignasi Carreras es director general de Interm¨®n Oxfam.
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