El autocr¨ªtico accidental
Haciendo repaso de la abundante literatura producida tras los atentados del 11 de septiembre, en la que se incluyen desde los trabajos que ven en estas execrables matanzas la respuesta al previo imperialismo norteamericano hasta los que las consideran resultado de la propia doctrina del islam, pasando por las apelaciones al nihilismo de los suicidas, Pierre-Andr¨¦ Taguieff advierte un peligro: el de que la explicaci¨®n de los cr¨ªmenes perpetrados en Nueva York y Washington se deslice hacia su justificaci¨®n. Para Taguieff, este peligro ya se habr¨ªa apoderado de las sociedades democr¨¢ticas, revistiendo la forma de una "nueva judeofobia" para la que Israel ser¨ªa el culpable de la inestabilidad internacional de nuestros d¨ªas.
LA NUEVA JUDEOFOBIA
Pierre-Andr¨¦
Traducci¨®n de Beatriz Eguibar y Tom¨¢s Fern¨¢ndez A¨²z Gedisa.
Barcelona, 2003
254 p¨¢ginas. 17,90 euros
Esta versi¨®n renovada del antisemitismo se valdr¨ªa, siempre seg¨²n Taguieff, de dos mecanismos diferentes, con los que se habr¨ªa logrado ocultar la verdadera naturaleza de un fen¨®meno que se cre¨ªa extinto tras el horror del Holocausto. En primer lugar, la "nueva judeofobia" recurrir¨ªa a la amalgama entre la condici¨®n de jud¨ªo, sionista e israel¨ª, vincul¨¢ndola adem¨¢s a la ideolog¨ªa nazi. En segundo lugar, utilizar¨ªa un silencio selectivo que s¨®lo se romper¨ªa para denunciar los ataques contra los jud¨ªos cuando proceden de la ultraderecha, y no de cualquier otra posici¨®n pol¨ªtica.
Desde luego, tiene raz¨®n Taguieff
cuando denuncia el riesgo de que las explicaciones de los atentados terroristas se conviertan en justificaciones, y cuando abomina de las amalgamas, y cuando levanta el velo de los silencios selectivos ante los cr¨ªmenes. Tiene tanta, tant¨ªsima raz¨®n que, justo por tenerla, ha construido sin darse cuenta la cr¨ªtica m¨¢s contundente y m¨¢s demoledora de su propio libro. Porque, en efecto, ?se podr¨ªa pensar que Taguieff justifica las matanzas de Sabra y Chatila cuando las explica como "venganza" de unos "cristianos libaneses" en "reacci¨®n a las m¨²ltiples exacciones de los palestinos en su tierra"? ?C¨®mo se puede interpretar sino como una amalgama su afirmaci¨®n de que "una cultura pol¨ªtica h¨ªbrida, mezcla de neocristianismo, de anarcoizquierdismo, de revolucionarismo marxista y de terrorismo intelectual araboislam¨®filo ha impregnado las almas y las mentes"? ?Acaso no existe un silencio selectivo en el razonamiento de Taguieff sobre Oriente Pr¨®ximo, de acuerdo con el cual "lo que vuelve imposible el rec¨ªproco reconocimiento de los dos pueblos" es, en realidad, "el hecho de que los palestinos se hayan instalado en la c¨®moda posici¨®n del oprimido y de la v¨ªctima"? Siendo tan "c¨®moda" la posici¨®n de los palestinos, ?Taguieff la querr¨ªa, por ejemplo, para s¨ª mismo?
El problema al que se enfrenta Taguieff es id¨¦ntico al de no pocos analistas del 11 de septiembre: el de que se convierten en implacables autocr¨ªticos al reivindicar que los valores universales son los nuestros. Porque si son los nuestros, sencillamente no son universales.
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