Golpes de luz
Poeta de val¨ªa justamente apreciada, Luisa Castro (Foz, Lugo, 1966) alterna la escritura po¨¦tica con la narrativa, campo en el que ha publicado tres novelas (El somier, 1990, finalista del Premio Herralde; La fiebre amarilla, 1994, y El secreto de la lej¨ªa, 2001, Premio Azor¨ªn) y el volumen Diario de los a?os apresurados (1998), en cuyas p¨¢ginas rememoraba los a?os de su iniciaci¨®n literaria en Galicia y su posterior traslado a Madrid. Ahora, con Viajes con mi padre insiste la autora en el g¨¦nero autobiogr¨¢fico, logrando un libro de una gran belleza, de un aliento humano tan c¨¢lido como perturbador que nos conmueve y acompa?a una vez finalizada la lectura. La rememoraci¨®n de un viaje desde Foz a Alc¨¢zar de San Juan, realizado en la adolescencia en compa?¨ªa de su padre para recoger un premio de relatos que le fue concedido a la entonces incipiente escritora, sirve a Castro de "pretexto" para poner en pie el mundo de su infancia y adolescencia en un medio familiar m¨¢s bien com¨²n en una Galicia dura donde la vida cotidiana, hecha de trabajo y de inseguridad econ¨®mica, no es precisamente un cuento amable. Y Luisa Castro ha conseguido algo muy dif¨ªcil: transmitirnos esa dif¨ªcil cotidianidad, esa existencia com¨²n, casi "sabida", envuelta en un halo de singularidad dir¨ªa que mayest¨¢tica. Con una prosa simple (no simplista), di¨¢fana y esencial (en ning¨²n momento pobre), nos cuenta su infancia y problem¨¢tica, dolorosa adolescencia, transcurrida de la mano de dos personalidades deslumbrantes: las de sus padres. Uno de los factores que hace que una novela nos agarre desde las primeras p¨¢ginas hasta el final, convirti¨¦ndonos en lectores, en "s¨®lo" lectores -es decir, logrando anular cualquier otro atributo de nuestra persona-, quiz¨¢ sea el poder absoluto que sobre nosotros ejercen las potencias humanas de uno o varios de los personajes creados por el autor del libro que leemos. ?se es el gran logro de esta obra. Leyendo Viajes con mi padre record¨¦ los retratos de Antonio L¨®pez en los que representa a sus padres: dos seres humanos que llevan en sus rasgos su procedencia humilde, y a los que el pintor, al plasmarlos, ha atinado al otorgarles una apostura de reyes.
VIAJES CON MI PADRE
Luisa Castro
Planeta. Barcelona, 2003
228 p¨¢ginas. 18 euros
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