Un duro tributo
Un duro tributo en vidas humanas est¨¢ pagando el oficio de periodista en esta guerra. Con la muerte de Julio Anguita Parrado, un joven y competente periodista que ejerc¨ªa su oficio como corresponsal de El Mundo en Nueva York y que quiso estar en la primera l¨ªnea con las tropas norteamericanas, son ya ocho los profesionales del periodismo que han muerto en Irak, adem¨¢s de dos todav¨ªa desaparecidos y cuatro heridos.
El riesgo inherente a la dif¨ªcil y loable tarea de corresponsal de guerra se ha multiplicado en esta nueva contienda, en la que m¨¢s de 500 periodistas y c¨¢maras han sido incrustados entre las tropas aliadas y otros 1.500 se hallan sobre el terreno en los distintos frentes, de los que unos 200 han podido permanecer en Bagdad. Las caracter¨ªsticas de los combates, con multiplicidad de frentes abiertos y de zonas de fricci¨®n b¨¦lica, en las ciudades cercadas y en las largu¨ªsimas l¨ªneas de aprovisionamiento, son circunstancias propicias para el incidente sangriento, en el que la prudencia y la profesionalidad de los militares y de los periodistas que les acompa?an no bastan para anular el riesgo. Es la guerra mejor cubierta de la historia, pero, a lo que se ha visto hasta ahora, tambi¨¦n de las m¨¢s peligrosas.
Muchas cosas se podr¨¢n criticar del tratamiento informativo sobre la guerra y sobre todo de los filtros militares entre las fuerzas anglo-americanas (pues muy poco hay que hablar del enga?o sistem¨¢tico y de la manipulaci¨®n grosera practicada por un r¨¦gimen totalitario que se desmorona a medida que pasan las horas). Pero no hay duda de que la incrustaci¨®n de periodistas entre las tropas anglo-americanas ha permitido conocer actuaciones incorrectas, errores y horrores que de otra forma no habr¨ªan llegado a las opiniones p¨²blicas occidentales, entre los que se cuentan algunas im¨¢genes terribles de los combates en directo.
La guerra es el horror. Pero hay que contar el horror a los ciudadanos que eligen y enjuician a los Gobiernos que han decidido librarla. Y en esta guerra se est¨¢ contando con m¨¢s medios y mejor que nunca. Gracias entre otras cosas a buenos periodistas como Julio Anguita Parrado y un colega alem¨¢n, ambos periodistas incrustados, que perdieron ayer la vida en un incidente m¨¢s de esta guerra que no se ten¨ªa que haber librado.
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