Un ensayo analiza el 'lenguaje colateral' en Estados Unidos desde el 11-S
Las guerras se ganan con armas en el frente y con palabras en la retaguardia. T¨¦rminos como terrorismo, libertad, justicia, intereses vitales, civilizaci¨®n o barbarie pueden significar muchas cosas. ?C¨®mo las utiliza la Administraci¨®n del presidente Bush para promover el belicismo y justificar su agresiva pol¨ªtica exterior? Dos profesores de la Universidad neoyorquina de St. Lawrence, John Collins y Ross Glover, comenzaron a rastrear el fen¨®meno tres semanas despu¨¦s de los atentados del 11-S. Diversos expertos se sumaron al proyecto, cuyo resultado es Lenguaje colateral. Claves para justificar una guerra (P¨¢ginas de Espuma), un libro que analiza 14 expresiones habituales en los discursos del Gobierno estadounidense.
La palabra ¨¢ntrax, por ejemplo, suscita ansiedad en la poblaci¨®n, recuerda R. Danielle Egan, coautora de la obra, que se present¨® ayer en Madrid. La bacteria se percibe como un arma de destrucci¨®n masiva a pesar de que los env¨ªos de sobres infectados no mataron ni a una decena de personas. Para librar al cuerpo social de esa infecci¨®n (y, sobre todo, de ese miedo), "es necesario utilizar medidas preventivas contra los posibles agentes infecciosos: la poblaci¨®n musulmana y las personas de piel oscura en general". As¨ª es como el ciudadano medio estadounidense ha aceptado un recorte de libertades a cambio de mantener el resto del cuerpo a salvo del contagio.
El an¨¢lisis contin¨²a con palabras como cobard¨ªa, fundamentalismo o yihad. Para John Collins, coeditor del libro, el problema fundamental es que "la poblaci¨®n estadounidense aprende desde la escuela a articular su discurso a partir de oposiciones binarias simples. Las cosas son buenas o malas, sin medias tintas".
El propio presidente Bush, recuerda Ross Glover, dej¨® claro despu¨¦s de los atentados del 11-S que "o est¨¢s con nosotros o contra nosotros". Cuando Glover mostr¨® su rechazo a la guerra en una clase, un alumno le respondi¨®: "As¨ª es Am¨¦rica. ?mala o d¨¦jala. Si no te gusta, vete a Canada". Frente a esta situaci¨®n de censura social, coinciden ambos profesores, ni los periodistas ni los intelectuales est¨¢n encontrando espacio para destacar los matices del gris entre el blanco y el negro.
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