El fantasma de Sadam se pasea por Bagdad
Vecinos de la capital creen haber visto al dictador, y las tropas le buscan por los barrios
"V¨ª al l¨ªder ayer tras la plegaria del Magreb", asegura Hasem, "sali¨® de su coche, salud¨® a la gente y nos pidi¨® que no estemos preocupados". Sadam Husein sigue vivo y resistiendo. Al menos as¨ª lo creen los habitantes del barrio de Adhamiya, que dicen haberle visto por ¨²ltima vez en la madrugada de ayer en la mezquita de Abu Hanifa. Y as¨ª debieron sospecharlo las tropas estadounidenses que a mediod¨ªa destrozaron ese templo en el duro enfrentamiento que mantuvieron con un grupo de fedayin.
"No os preocup¨¦is. A¨²n somos fuertes. No hemos usado ni un 1% de nuestras capacidades"
Cuando a las seis de la tarde se retiraron los carros de combate, no hab¨ªa rastro de Sadam, pero una multitud enardecida se quejaba del da?o causado a una mezquita tan simb¨®lica para los sun¨ªes.
Adhamiya es el feudo sun¨ª de Bagdad. Desde all¨ª hasta Al Mansur se pase¨® el presidente Sadam en su ¨²ltimo ejercicio propagand¨ªstico antes de pasar a la clandestinidad. Sab¨ªa que se encontraba entre los suyos. Por eso resulta cre¨ªble que intentara buscar refugio en alguna casa de la zona, donde el mi¨¦rcoles por la tarde los soldados estadounidenses libraron una primera batalla durante seis horas. La mezquita de Abu Hanifa ser¨ªa un escondite perfecto. Este santuario es para los musulmanes sun¨ªes el equivalente al del imam Al¨ª, en Kerbala, para los shi¨ªes.
Pero llegar hasta all¨ª no fue posible hasta el final del d¨ªa. A las 11 de la ma?ana, los vecinos avisaban a los conductores para que dieran un rodeo. Era redundante, porque el intercambio de armas autom¨¢ticas y artiller¨ªa alejaba al m¨¢s temerario. Un curioso result¨® herido en la plaza de Antar, a 500 metros del templo asediado. Dos horas m¨¢s tarde, el c¨ªrculo se estrech¨® y hubo otros dos heridos fortuitos, dos periodistas franceses. Hab¨ªa que buscar refugio en el vecindario. En la casa de los Rabi, la llegada de unos extranjeros atrae no s¨®lo a la parentela, sino a la mitad de los vecinos. Mientras la sobrina de Abbas prepara unos huevos fritos, los hombres escrutan con curiosidad a los informadores antes de decidirse a hablar. Algunos se muestran recelosos porque les consideran agentes del enemigo y cuesta convencerles de que hablen. Todos est¨¢n seguros de que Sadam Husein sigue vivo y va a lograr dar la vuelta a la situaci¨®n desesperada en que le han colocado las tropas estadounidenses. Algunos tal vez sepan d¨®nde se esconde.
"Rayab ha rezado el Fayr con ¨¦l y con su primo Al¨ª Hasan al Majid en la mezquita de Abu Hanifa", manifiestan varios hombres como prueba irrefutable de que el l¨ªder sigue vivo. Rayab es un comandante del Ej¨¦rcito iraqu¨ª emparentado con algunas familias de Washash, una modesta barriada al otro lado del puente de Adhamiya. Su testimonio tal vez resulte sospechoso para un periodista extranjero, pero es palabra de honor para los vecinos, que le consideran un hombre muy respetable. "El presidente luchaba con su arma, como uno m¨¢s", comentan admirados los contertulios sin que quede claro si le han visto o siguen proyectando el relato de su admirado comandante.
Hamid es el responsable de que estemos en esta casa. Cuando hemos parado a saludarle en el cafet¨ªn del barrio, nos ha contado que ayer oy¨® un mensaje de su presidente en la radio. Como tanto la radio como la televisi¨®n dejaron de funcionar el martes por la noche, le hemos pedido explicaciones. En el cafet¨ªn, muchos tienen miedo de hablar porque temen que los estadounidenses puedan pedirles cuentas. Munir, sin embargo, no tiene empacho en contar lo que escuch¨® y lo hace con orgullo.
"No os preocup¨¦is. Todav¨ªa somos fuertes. No hemos usado ni un 1% de nuestras capacidades", asegura Munir que dijo Sadam. "Tambi¨¦n dio 72 horas a los estadounidenses para que dejen Irak porque si no va a atacarles con algo que no olvidar¨¢n", a?ade ante el asentimiento de los presentes, que no dan sus nombres. "Ser¨ªa hacia las diez y media de la noche; logr¨¦ sintonizarlo entre el 96 y el 100 del dial de FM; se o¨ªa muy mal, con muchas interferencias", explica el joven que muestra su transistor como prueba. Munir est¨¢ convencido de que emiten desde un coche porque la recepci¨®n es intermitente. "Sale al aire 10 minutos y desaparece una hora".
Pero no son s¨®lo los simpatizantes de Sadam los que dicen haberle escuchado o visto. Hasem, un vecino de Adhamiya, est¨¢ convencido de que las fuerzas iraqu¨ªes no van a aguantar m¨¢s de 24 horas el despliegue militar estadounidense. "No importa si nos gobierna Sadam u otro, lo importante es que somos iraqu¨ªes y mire lo que est¨¢ haciendo la gente", manifiesta dolido mientras se?ala a sus vecinos que vuelven a casa con los veh¨ªculos cargados de productos robados.
Hasem asegura que el mi¨¦rcoles vio al presidente. "Sali¨® de su coche, salud¨® a la gente y nos pidi¨® que no estuvi¨¦ramos preocupados", relata. Sucedi¨® despu¨¦s del rezo del Magreb, a eso de las siete de la tarde. Ayer a esas horas, los estadounidenses daban por terminada la batalla de Abu Hanifa y sus carros de combate se alejaban de la zona.
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