?Reconvertidos?
Una de las cosas que ha ense?ado esta maldita guerra, que hemos perdido todos los que no la quer¨ªamos, es que a este PP le importa la ciudadan¨ªa lo mismo que los muertos, sean iraqu¨ªes o espa?oles. Ah¨ª queda el asesinato de Jos¨¦ Couso, que es despachado sin disculpas y sin investigaci¨®n que permitieran tapar formalmente las verg¨¹enzas de un ministro de Defensa que s¨®lo ve lo que le dicen que vea. Lo mismo ve una playa esplendorosa en Galicia que justifica a los llamados aliados cuando, sin error, matan la imagen y la palabra de la prensa. Otra de las cosas que ha ense?ado esta maldita guerra es que el nuevo PP se identifica con la agresi¨®n. Una agresi¨®n que quiere esconder bajo un huevo mal estrellado cuando los agredidos, aqu¨ª y all¨ª, seguimos siendo todos los que no pensamos que esta guerra es maldita.
Estas maneras son formas que ya no pueden esconder, ni disimular. El pasado lunes lo dijo el secretario general de CiU, Josep Antoni Dur¨¢n Lleida. As¨ª se le escuch¨® en Sevilla: "Hemos pasado de un presidente de Gobierno que hablaba catal¨¢n en la intimidad a un presidente que considera a CiU una amenaza para Espa?a". No es poco, lo que hace el nuevo PP cuando no hay seguidismo. Se emplea en amenazar y, viniendo de quienes viene, es para echar cuentas. Y lo hace con todos, y desde todos los frentes. Ayer, tambi¨¦n, se escuch¨® en el Parlamento de Andaluc¨ªa. Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa Pelayo, que es diputada por el PP, se dirigi¨® a gritos y en tono amenazador a Concha Caballero, diputada por IU, llam¨¢ndole ?comunista! Decir a CiU ser un peligro para Espa?a y dirigirse en tono acusador a una diputada por pertenecer al Partido Comunista es ignorar que los Estatutos de Autonom¨ªa pueden ser modificados. Es ignorar tambi¨¦n que, en la Espa?a no franquista, el pluralismo pol¨ªtico es una realidad constitucional.
Si quienes as¨ª se comportan siguen sin echar cuentas a los ciudadanos; si contin¨²an en sus particulares guerras del miedo y apostando por una guerra ilegal e injusta pueden que terminen haciendo m¨¢s verdad las palabras con las que Concha Caballero contest¨® a la amenaza de Garc¨ªa Pelayo: "S¨ª, comunista de toda la vida, pero no las de una facha reconvertida a dem¨®crata". Claro que, visto lo visto, a lo peor sobraba lo de "reconvertida a dem¨®crata".
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