Marta Chirino Argenta exhibe sus estilizadas fantas¨ªas bot¨¢nicas
La artista refleja en Madrid su mirada penetrante y perfeccionista
Hija de Mart¨ªn Chirino, dibujante desde ni?a, bi¨®loga de carrera. Parece claro que Marta Chirino Argenta (Madrid, 1963) s¨®lo pod¨ªa acabar exponiendo en una galer¨ªa de arte sus dibujos a l¨¢piz de plantas y flores. Ilustradora bot¨¢nica desde hace mucho, lo diferente es que por libre no se ci?e a la naturaleza. Las obras que expone la Obra Social de Caja Madrid son fantas¨ªas y reflejan pulso, paciencia y un gusto oriental por el detalle.
Orqu¨ªdeas gigantes, las hojas de un modesto pl¨¢tano, un n¨ªspero japon¨¦s, una jara, una mariposa y un manzano, una buganvilla seca, un gingko que quiere volar... Las 20 obras m¨¢s recientes de Marta Chirino Argenta, expuestas en la Sala N¨¢jera (plaza de la Independencia, 4), parecen tener vida propia. Curioso, porque muchas veces sus modelos no est¨¢n vivos, sino prensados, "como las flores que catalogan en el Bot¨¢nico".
All¨ª trabaja desde 1989 esta mujer "sedentaria" y dulce, ilustrando investigaciones con sus rottring. "Se cobra poco y haces lo que quiere el cient¨ªfico, pero es precioso". Y da alegr¨ªas, como la medalla de oro de la Royal Horticultural Society, olimpo de la especialidad, que Chirino gan¨® en 1999 con unas flores acu¨¢ticas. Pero no da libertad. "Cuando dibujo para m¨ª no sigo del todo el original, empiezo copiando y luego dejo volar la imaginaci¨®n. Cumplo con la bot¨¢nica hasta que ya no s¨¦ qu¨¦ a?adir y lo doy por terminado".
Ese proceso dura unos cuarenta d¨ªas, y el resultado son estas formas n¨ªtidas, llenas de detalles min¨²sculos, dibujos de aspecto oriental, como de cal¨ªgrafo, de una transparencia antigua que resalta el papel: "El pergamino artificial que se usa para las tulipas". Muchos chirinos tienen debajo un punto rojo. Gente como Gustavo Torner, Elena Benarroch o Antonio L¨®pez han apoyado ya a la artista. Y su padre, ?qu¨¦ dice? "Se qued¨® perplejo cuando vio tantos dibujos. Como soy herm¨¦tica y hormiga, no sab¨ªa que ten¨ªa tantos. Ahora est¨¢ encantado, pero me pone en mi sitio. Dice que la exposici¨®n es bonita, pero que no piense que soy la punta de lanza de la vanguardia".
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