EE UU: ¨¦stos son los poderes del imperio
DESDE EL IMPERIO ROMANO no ha vuelto a existir una naci¨®n que se alce tan enormemente por encima de las dem¨¢s: en las ¨¢reas econ¨®mica, monetaria (el d¨®lar), militar, estilo de vida, idioma y productos de cultura de masas que inundan el mundo, forjando el pensamiento y fascinando incluso a sus enemigos. As¨ª explic¨® la hegemon¨ªa de Estados Unidos Joseph S. Nye, profesor de la Universidad de Harvard y alto colaborador de Bill Clinton, hace unas semanas en Madrid. Para los cr¨ªticos de esta dominaci¨®n, dijo Nye, la globalizaci¨®n es sencillamente un disfraz del imperialismo norteamericano.
En su libro La paradoja del poder americano (editorial Taurus), ese analista concreta las bases de la superioridad. Estados Unidos es el ¨²nico pa¨ªs con armas nucleares y fuerzas convencionales de alcance global; sus presupuestos militares son mayores que los de los siguientes ocho pa¨ªses juntos; econ¨®micamente genera un 27% de la producci¨®n mundial, que (a precios de mercado) es igual a la de los tres siguientes pa¨ªses combinados: Jap¨®n, Alemania y Francia. Es la sede de 59 de las 100 mayores empresas del mundo de acuerdo con su valor en el mercado (frente a 31 en Europa y siete en Jap¨®n).
Esta hiperpotencia, superpotencia, imperio o como quiera llam¨¢rsele aplica un derecho de injerencia selectivo, al que se le llama ataque preventivo. Su presupuesto militar es superior al de los ocho pa¨ªses siguientes
Seg¨²n la lista de The Financial Times, de las 500 empresas globales mayores del mundo, 219 son estadounidenses, 158 europeas y 77 japonesas. En inversiones extranjeras directas, Estados Unidos invierte y recibe casi el doble que el siguiente pa¨ªs de la clasificaci¨®n y tiene la mitad de los 10 mayores bancos de inversi¨®n. El comercio electr¨®nico en la regi¨®n es tres veces mayor que el de Europa y posee siete de las 10 mayores empresas proveedoras de software. De las 75 marcas m¨¢s importantes, 42 son de Estados Unidos, as¨ª como nueve de las 10 escuelas de negocios m¨¢s importantes. En t¨¦rminos de poder blando (cultura e ideolog¨ªa), Estados Unidos es, con mucha diferencia, el primer exportador de cine y televisi¨®n del mundo; tambi¨¦n atrae la mayor cantidad de estudiantes a sus instituciones de educaci¨®n superior. Adem¨¢s de estudiantes, en el a?o 2000 hab¨ªa m¨¢s de medio mill¨®n de expertos extranjeros residiendo en sus instituciones educativas. En palabras del peri¨®dico citado, "EE UU es el modelo econ¨®mico dominante para el resto del mundo desarrollado y una gran parte del mundo en v¨ªas de desarrollo".
Esta hiperpotencia, imperio o como quiera llam¨¢rsele es la que ha protagonizado la invasi¨®n de Irak y quien va a hegemonizar su reconstrucci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. La doctrina del ataque preventivo es una variante del derecho de injerencia militar. Con unas restricciones selectivas que ha estudiado Tzvetan Todorov en su Memoria del mal, tentaci¨®n del bien. Indagaci¨®n sobre el siglo XX (editorial Pen¨ªnsula). La primera limitaci¨®n es que s¨®lo se utiliza el derecho de injerencia contra pa¨ªses sensiblemente m¨¢s d¨¦biles que aquel o aquellos que protagonizan el castigo (China transgrede los derechos humanos en el T¨ªbet, la India ocupa Cachemira, Rusia hace la guerra sucia en Chechenia...). La segunda es que las violaciones de los derechos humanos se impedir¨¢n, pero s¨®lo en los pa¨ªses que no sean aliados nuestros; ¨¦stos pueden hacer con sus minor¨ªas lo que quieran (Israel, por ejemplo). En tercer lugar, la injerencia no se aplica si quienes se inspiran en ella no tienen nada que ganar en el plano material (petr¨®leo), en el de la pol¨ªtica interior ni en el del prestigio internacional; los dos genocidios que se han producido despu¨¦s de la II Guerra Mundial, el de Camboya en 1976 o Ruanda en 1994, no provocaron la menor intromisi¨®n de la comunidad internacional.
Adem¨¢s, para ser cre¨ªbles, los pa¨ªses que se comprometen en la injerencia militar deber¨ªan estar por encima de toda sospecha en lo que se refiere a los derechos humanos. Para ello, EE UU deber¨ªa despejar cualquier duda sobre la excepcionalidad del Acta Patri¨®tica, vigente para cuatro a?os, el limbo jur¨ªdico de Guant¨¢namo o la pena de muerte en algunos de sus Estados.
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