Suspenso en gesti¨®n

Dos de cada tres ciudadanos consideran que los servicios de salud espa?oles funcionan bien o muy bien, y la valoraci¨®n media del sistema es un aprobado alto, 5,95 puntos sobre 10. No es una mala nota. Pero un estudio m¨¢s pormenorizado de los resultados del Bar¨®metro Sanitario de 2002, elaborado por el Centro de Estudios Sociol¨®gicos (CIS) a partir de una encuesta con 7.000 personas, indica que la nota podr¨ªa ser bastante m¨¢s alta si las autoridades sanitarias hicieran un mayor esfuerzo en cuestiones que no afectan al n¨²cleo de la asistencia, la prestaci¨®n sanitaria propiamente dicha, sino a su entorno, es decir, a c¨®mo se organiza esa asistencia.

Los ciudadanos tienen una alta opini¨®n del trabajo de los profesionales y de la atenci¨®n que reciben cuando llegan a ellos, pero est¨¢n muy descontentos de todo lo relacionado con la informaci¨®n y el acceso a los servicios asistenciales. O sea, que el sistema sanitario p¨²blico aprueba con holgura en lo fundamental y suspende estrepitosamente lo accesorio. Suspende en gesti¨®n. Con el agravante de que, en cuestiones de salud, un mal funcionamiento de lo accesorio no s¨®lo enturbia la percepci¨®n sobre la calidad del conjunto, sino que en algunos casos puede llegar a comprometer lo esencial.

Una mala informaci¨®n sobre los servicios disponibles y c¨®mo llegar a ellos afecta a la equidad, porque los menos favorecidos culturalmente tienen mayores dificultades para beneficiarse de unos recursos que pagamos entre todos. La falta de continuidad entre la asistencia primaria y la especializada no s¨®lo encarece in¨²tilmente el proceso, sino que somete al paciente a un v¨ªa crucis exasperante, que, en casos graves, puede privarle de oportunidades de curaci¨®n. Finalmente, el hecho de que el 46,6% de los usuarios considere que las listas de espera no han mejorado y el 9% crea que incluso han empeorado indica que los esfuerzos realizados hasta ahora son claramente insuficientes.

El Bar¨®metro revela una sorprendente coincidencia entre la opini¨®n de los ciudadanos y el diagn¨®stico de los expertos. Los males del sistema sanitario espa?ol est¨¢n perfectamente definidos. El problema est¨¢ en que los gestores de la sanidad no han sido hasta ahora capaces de aplicar la terapia adecuada, tal vez porque lo primero que tendr¨ªan que revisar es su propio trabajo.