Carb¨®n
Desde el punto de vista ambiental, el carb¨®n es el peor combustible que existe para la generaci¨®n el¨¦ctrica. Sobre este asunto parece existir un amplio consenso en todo el mundo. El pasado mes de julio de 2002 (semana del 6 al 12) la revista The Economist dedicaba su portada a esta cuesti¨®n con este significativo t¨ªtulo El carb¨®n: enemigo p¨²blico n¨²mero uno del medio ambiente. Por esta raz¨®n, no deja de sorprender, en un pa¨ªs ya muy castigado ambientalmente como Espa?a, que tres empresas energ¨¦ticas (Endesa, Hidrocant¨¢brico y Uni¨®n Fenosa) se hayan planteado enmendarle la plana al Gobierno con la propuesta de ampliar las centrales el¨¦ctricas con carb¨®n que existen en nuestro pa¨ªs. En lugar de cerrar centrales de carb¨®n, proponen construir otras nuevas o ampliar las existentes.
Espa?a debe cerrar las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n obsoletas para abandonar el furg¨®n de cola medioambiental
No se trata de una vuelta al carb¨®n. De hecho, el carb¨®n nunca se fue. En el a?o 2001 (¨²ltimo del que tenemos estad¨ªsticas completas), m¨¢s de un tercio de la generaci¨®n el¨¦ctrica espa?ola se obtuvo a partir de la combusti¨®n de carb¨®n: el 36% exactamente. El resto de la energ¨ªa primaria consumida en generar electricidad aquel a?o se distribuy¨® as¨ª: otro 36% era de origen nuclear, el 11% proced¨ªa de derivados del petr¨®leo (fuel), el 7,6% era hidroel¨¦ctrica, el 6,7% se produc¨ªa con gas natural y el 2,7% se basaba en otras fuentes (biomasa, residuos s¨®lidos urbanos y e¨®lica).
Aclaremos que estamos hablando cada vez m¨¢s de carb¨®n de importaci¨®n. Habida cuenta de la mala calidad del carb¨®n espa?ol, las centrales t¨¦rmicas basadas en este combustible usan cada vez m¨¢s carb¨®n de importaci¨®n, de pa¨ªses como Sur¨¢frica. Con ello, va perdiendo sentido progresivamente la supuesta protecci¨®n a la producci¨®n espa?ola y el argumento de la autosuficiencia energ¨¦tica.
El papel central del carb¨®n en la generaci¨®n el¨¦ctrica contribuye a explicar por qu¨¦ Espa?a se halla entre los pa¨ªses con peor actuaci¨®n ambiental de la Uni¨®n Europea, especialmente por lo que se refiere a la contaminaci¨®n a la atm¨®sfera y a la eficiencia energ¨¦tica. En efecto, las centrales t¨¦rmicas tradicionales de carb¨®n emiten tres veces m¨¢s di¨®xido de carbono y seis veces m¨¢s ¨®xidos de nitr¨®geno que las nuevas centrales de ciclo combinado a gas natural. Las centrales de carb¨®n son tambi¨¦n las peores en emisiones de di¨®xido de azufre, de part¨ªculas en suspensi¨®n, de mon¨®xido de carbono, de ¨®xido nitroso y de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles. Como es sabido, el di¨®xido de carbono es el principal responsable del cambio clim¨¢tico a escala global, y los ¨®xidos de nitr¨®geno constituyen el principal problema en relaci¨®n con la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica local o superficial. El di¨®xido de azufre es uno de los causantes de la lluvia ¨¢cida, como saben muy bien los vecinos de Andorra (Teruel) y de Cercs (Bergued¨¤).
Esta situaci¨®n nos ayuda a entender por qu¨¦ Espa?a es el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea que m¨¢s incumpli¨® lo acordado en el Protocolo de Kioto sobre cambio clim¨¢tico, por qu¨¦ es el antepen¨²ltimo pa¨ªs (s¨®lo detr¨¢s de Portugal e Irlanda) en la reducci¨®n de contaminantes que contribuyen al proceso de acidificaci¨®n, o por qu¨¦ es tambi¨¦n el tercero por la cola (detr¨¢s de Portugal y Grecia en este caso) en reducci¨®n de emisiones de los precursores del ozono (como el ¨®xido de nitr¨®geno y los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles) que generan la poluci¨®n a ras de tierra.
Este papel del carb¨®n tambi¨¦n ayuda a explicar la mala intensidad energ¨¦tica (consumo energ¨¦tico por unidad econ¨®mica producida) de Espa?a: a finales de la ¨²ltima d¨¦cada era el pen¨²ltimo pa¨ªs de la Uni¨®n Europea. Si los pa¨ªses de la Uni¨®n hab¨ªan reducido en un 1%, como promedio, su intensidad energ¨¦tica, Espa?a la hab¨ªa aumentado en un 1%. Solamente Portugal ofrec¨ªa un balance peor. Las razones de nuestra ineficiencia energ¨¦tica son m¨²ltiples. Pero es preciso recordar tambi¨¦n que mientras que una central t¨¦rmica tradicional de carb¨®n tiene una eficiencia del 36% (de cada 100 unidades de energ¨ªa que entran en la central s¨®lo pueden convertirse en energ¨ªa el¨¦ctrica 36 unidades), las nuevas centrales de ciclo combinado a gas natural alcanzan niveles de eficiencia del 58%.
Todo ello explica las razones del plan energ¨¦tico del Gobierno espa?ol para el periodo 2001-2011. En l¨ªnea con la pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea y de los pa¨ªses m¨¢s avanzados del mundo, el Gobierno apuesta por satisfacer el aumento previsto de la demanda energ¨¦tica en Espa?a a partir de la construcci¨®n de centrales de ciclo combinado a gas natural (13.000 nuevos megavatios) y de parques de energ¨ªa e¨®lica (9.000 nuevos megavatios). Con el objetivo de que el gas natural representase al final de este per¨ªodo (a?o 2011) el 33,1% de la energ¨ªa el¨¦ctrica espa?ola y que el carb¨®n descendiera en t¨¦rminos relativos al 15% en aquella fecha.
No parece oportuno ampliar todav¨ªa m¨¢s la enorme porci¨®n de generaci¨®n el¨¦ctrica que proviene del carb¨®n. Bien al contrario, m¨¢s all¨¢ de las nuevas fuentes de generaci¨®n el¨¦ctrica m¨¢s eficientes y menos contaminantes, lo que procede es ir cerrando ordenadamente las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n m¨¢s obsoletas. Nos va en ello dejar de una vez el furg¨®n de cola de la Uni¨®n Europea en actuaci¨®n ambiental. Espa?a, potencia tur¨ªstica de primer orden a escala mundial, deber¨ªa abandonar esta posici¨®n lo antes posible.
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