La piel y el b¨²nker
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pretende que los ni?os aprendan antes a fruncir la nariz, que a limpi¨¢rsela. Y es que, ya se sabe, hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable. Espa?a, ha dicho Aznar, no puede conformarse con ser un pa¨ªs simp¨¢tico y tiene que ser un pa¨ªs serio. Qu¨¦ raro, porque hace a?os que uno le hab¨ªa encontrado a Aznar un cierto aire de simp¨¢tico empleado de funeraria y que me disculpen los de ese gremio. Y qu¨¦ extra?o resulta que eso lo diga el presidente del Gobierno de un pa¨ªs cuya primera fuente de riqueza es el turismo.
Pero se equivoca Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, cuando afirma que Aznar se ha instalado en la crispaci¨®n. No, la crispaci¨®n se ha hecho carne en Aznar. Donde se ha instalado el presidente del PP es en el b¨²nker. Desde all¨ª apunta y dispara sus soflamas contra cualquier disidencia. Recurrir al b¨²nker tiene su l¨®gica, militar por supuesto: a Aznar le empiezan a salir desafectos. Entre otros y no menos importantes, algunos miembros de la Brunete medi¨¢tica con la que se ha protegido durante todos estos a?os. Posiblemente el problema de Aznar es que ¨²ltimamente se le entiende todo y tal como apunt¨® ?scar Wilde, un poco de sinceridad es cosa peligrosa, pero una sinceridad absoluta puede ser fatal.
El efecto b¨²nker se deja notar en todos los ¨¢mbitos de la pol¨ªtica. Las listas del PP para las elecciones auton¨®micas son un buen ejemplo. El otro d¨ªa un peri¨®dico hablaba de "candidaturas trincheras", en las que Zaplana habr¨ªa instalado a sus m¨¢s fieles, ante la eventualidad de que el candidato Camps no consiguiera los votos suficientes para formar Gobierno y hubiera que refugiarse en los esca?os de penitencia.
Aseguran los dirigentes del PP que el impacto de las im¨¢genes de la guerra les est¨¢ impidiendo mostrar su gesti¨®n a los ciudadanos. Como si eso fuera un inconveniente para ellos. Al contrario, pocas son las ¨¢reas de su gobierno que soporten un m¨ªnimo an¨¢lisis. La huelga general ya tuvo la virtud de mostrar las verg¨¹enzas del empleo en precario. Con la cat¨¢strofe del Prestige se vio la capacidad de gesti¨®n de un Gobierno, cuyas costuras revientan un d¨ªa por la l¨ªnea del AVE y al siguiente se deshilachan a lo largo de los envejecidos kil¨®metros de las v¨ªas de Renfe.
Entre nosotros el problema de las infraestructuras se multiplica por la falta de inversi¨®n en los hospitales, el retraso a?adido en el metro o en el AVE y la trampa presupuestaria con la que se pretende financiar el enterramiento de las v¨ªas: convertir los terrenos de Renfe en solares para la edificaci¨®n, a costa del Parque Central. Todo eso sucede en un pa¨ªs que, a pesar de ser el pen¨²ltimo de todas las comunidades aut¨®nomas en gasto sanitario p¨²blico, est¨¢ en cabeza en cuanto a endeudamiento de la hacienda auton¨®mica. Y por si no hubiera suficiente con todos los parques emble(te)m¨¢ticos de la era zaplanista y mientras el estupendo edificio del Muvim se ve reducido a la condici¨®n de barraca de feria de la Ilustraci¨®n, ahora se pretende cubrir el IVAM con "la piel", un enorme cubo de acero y cristal de 45 millones de euros. Es evidente que como dice la publicidad del PP, avanzamos. Del ladrillo y el cemento hemos pasado al acero y al cristal. Wilde, como cualquier v¨ªctima de la barbarie, tambi¨¦n lo sab¨ªa: la piel es la parte m¨¢s profunda del ser humano.
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