La UE en la dif¨ªcil posguerra
El no a la guerra en Irak tiene que declinarse con tres rotundos noes y tres claros s¨ªes. Y todos con may¨²sculas: NO a la proliferaci¨®n de armas masivas, NO a los tiranos como Sadam Husein y NO al imperialismo unilateral. Frente a ellos, tres afirmaciones capitales: S? a la democracia, S? al respeto de los derechos humanos y S? al multilateralismo encarnado en la ONU. La Uni¨®n Europea, aun sin ej¨¦rcitos, puede jugar un papel clave en la dif¨ªcil posguerra con la condici¨®n de que tenga la voluntad de hacerlo y sea capaz de rehacer su unidad.
En primer lugar, tras la votaci¨®n favorable por abrumadora mayor¨ªa del Parlamento Europeo, el camino de la ampliaci¨®n est¨¢ despejado para que en Atenas se puedan firmar los tratados de adhesi¨®n ma?ana,d¨ªa 16. Con ello, se refuerza el marco de paz y estabilidad en todo el continente, culminando la transici¨®n de 10 pa¨ªses del centro y el este del continente en algo m¨¢s de un decenio de reg¨ªmenes comunistas autoritarios en su mayor¨ªa a pa¨ªses democr¨¢ticos, cerrando una cicatriz que dividi¨® durante m¨¢s de medio siglo el continente. Adem¨¢s, se ha concertado una cita al d¨ªa siguiente para expresar, con la participaci¨®n del secretario general de la ONU, nuestra voluntad de participar en la reconstrucci¨®n de Irak. Es de esperar que la brecha se cierre en esa ocasi¨®n entre los actuales pa¨ªses miembros de la Uni¨®n, para lo cual el cambio de posici¨®n de Espa?a es esencial.
En segundo lugar, la Uni¨®n debe aprovechar sus capacidades y su experiencia de ayuda civil al desarrollo, que en este momento supone casi el 70% de la ayuda mundial, casi cuatro veces m¨¢s que la ayuda norteamericana. Lo ocurrido en los Balcanes y en Afganist¨¢n, en donde la presencia europea es decisiva, indica el camino que se debe seguir. La primera urgencia es la ayuda humanitaria, gestionada por organizaciones civiles a partir del n¨²cleo de la Cruz Roja-Media Luna Roja. La ayuda votada ya por el Parlamento Europeo de 100 millones de euros tiene que ser gestionada sin condicionamientos tales como la exigencia de un control previo de identidad por parte de las tropas invasoras o la necesidad de hacerlo a trav¨¦s de Kuwait.
En tercer lugar, la presencia de fuerzas europeas de interposici¨®n y pacificaci¨®n puede jugar un papel positivo de cara a la normalizaci¨®n de la situaci¨®n. Las experiencias de Bosnia, Kosovo, Macedonia y Afganist¨¢n, con participaci¨®n de otros pa¨ªses y en especial del mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico, muestran la conveniencia de enfriar las tensiones y los ¨¢nimos para poder proceder a la labor de reconstrucci¨®n. Desde Helsinki estamos de acuerdo en crear una fuerza de reacci¨®n r¨¢pida que podr¨ªa desplegarse de inmediato antes de llegar a un acuerdo, necesario pero m¨¢s complejo, de desarrollar la Pol¨ªtica Europea de Seguridad y Defensa, y la imprescindible industria europea en este campo.
En cuarto lugar, la reconstrucci¨®n de Irak s¨®lo se puede hacer en un marco multilateral que s¨®lo es concebible en el seno de las Naciones Unidas. ?sa es la ¨²nica salida civilizada a la crisis actual, mediante la creaci¨®n de un esp¨ªritu de confianza global. Hay que recordar la evidencia, que es que desde 1945 estamos en el mundo globalizado pol¨ªticamente, aunque sea de manera embrionaria, gracias a la creaci¨®n de la ONU en San Francisco, y ello supone el final de las aventuras coloniales de ca?oneras e invasiones y la afirmaci¨®n de una raz¨®n superior. La ONU ha ido acumulando experiencias: unas con ¨¦xito, como las de Namibia, Timor del Este y Bosnia; otras de contenci¨®n, como Chipre o L¨ªbano, a lo que se debe a?adir el ejemplo dado por pa¨ªses latinoamericanos o africanos en el Consejo de Seguridad durante la presente crisis. Frente a la pavorosa afirmaci¨®n del pr¨ªncipe de las tinieblas, Richard Perle, de que "gracias a Dios la ONU ha fracasado", hay que reivindicar su papel. Si de verdad hubiera fracasado, s¨®lo quedar¨ªa la ley del m¨¢s fuerte y despiadado. La afirmaci¨®n reiterada de que la presencia invasora en Irak "no durar¨¢ ni un minuto m¨¢s de lo necesario" s¨®lo se puede entender en rom¨¢n paladino como la afirmaci¨®n de un derecho de conquista sin control, para que el ocupante haga lo que le d¨¦ la gana.
Por ¨²ltimo, es impensable que se pueda proceder manu militari a redise?ar de manera unilateral el mapa de Oriente Medio. Si se quiere resolver en serio el conflicto m¨¢s enconado, hay que empezar por el israelo-palestino. De cara al mismo, hay ya un itinerario trazado, la hoja de ruta del Cuarteto, al que habr¨ªa que asociar estrechamente el mundo ¨¢rabe. Proceder ahora a trazar de nuevo con tiral¨ªneas fronteras que ignoran la historia y la realidad ser¨ªa una vuelta a los viejos usos coloniales y una receta segura para el fracaso. Y no basta con la buena voluntad. Los anuncios del presidente Bush de democracia y prosperidad para ma?ana recuerdan casi de modo literal los del teniente general brit¨¢nico Stanley Maude cuando entr¨® en Bagdad en 1917. Seis meses despu¨¦s se iniciaba una lucha armada reprimida en un ba?o de sangre. Lo ocurrido con el derribo de la estatua de Sadam en el centro de Bagdad es ejemplificador: la gente quer¨ªa tirarla, pero no con la bandera americana sobre ella.
Aceptar, sin m¨¢s, la teor¨ªa del ataque preventivo no supone poner los cimientos del nuevo orden mundial como proclamaba el presidente Bush padre, m¨¢s respetuoso con la ONU, hace diez a?os. Significa volver al mundo del que los europeos conseguimos salir gracias a la creaci¨®n de la Comunidad, un mundo basado en el mayor derecho del m¨¢s hegem¨®nico, suavizado por el equilibrio de poderes, inestable en s¨ª, a partir de la Paz de Westfalia. La salida se logr¨® gracias al reconocimiento de una raz¨®n superior y compartida por todos. Lo que se nos propone ahora tiene una sola diferencia con el derecho que asist¨ªa a Escipi¨®n cuando conquist¨® Numancia o a Cort¨¦s cuando conquist¨® M¨¦xico: que hoy en d¨ªa hay opini¨®n p¨²blica y medios de comunicaci¨®n globales. Tambi¨¦n que los europeos hemos descubierto, despu¨¦s de muchas aventuras imperiales, que lo mejor es construir un mundo inspirado no por Venus frente a Marte, sino por Palas Atenea, diosa protectora de Atenas. Ojal¨¢ seamos capaces de recuperar el sentido com¨²n tambi¨¦n en Atenas al celebrar la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea.
Enrique Bar¨®n Crespo es presidente del Grupo del Partido Socialista Europeo en el Parlamento Europeo.
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