Delirio fotogr¨¢fico
Hace dos a?os coment¨¢bamos, a ra¨ªz de la feria Par¨ªs Photo, el espectacular aumento del mercado de la fotograf¨ªa, con unos nuevos coleccionistas j¨®venes, no necesariamente millonarios, apasionados por el medio. La venta Breton ha venido a confirmar este inter¨¦s, al multiplicarse por cinco o m¨¢s los precios estimados. El hecho de que la m¨¢s m¨ªnima fotograf¨ªa documental del movimiento surrealista haya adquirido sumas exorbitantes -9.000 euros por un retrato an¨®nimo de Breton en su taller; 5.500 por una vista de la exposici¨®n de la galer¨ªa Pierre Colle, de Man Ray; 5.500 por una peque?a p¨¢gina de un ¨¢lbum de Breton, con diminutas fotograf¨ªas de Paul ?luard de viaje, y, sobre todo, los 23.000 pagados por una serie de fotograf¨ªas de fotomat¨®n en donde Dal¨ª, Breton, Bu?uel y otros hacen muecas- significa dos cosas. Una, el fetichismo y el car¨¢cter de apasionada reivindicaci¨®n que ha invadido el surrealismo, tal vez como respuesta al desd¨¦n hist¨®rico del Gobierno franc¨¦s hacia el movimiento. Y otra, el inter¨¦s de los m¨¢s importantes marchantes de todo el mundo por hacerse con las fotograf¨ªas.
Las Mu?ecas de Bellmer, art¨ªsticamente importantes pero pol¨¦micas en tanto que expresan fantasmas muy masculinos como el voyeurismo y la agresi¨®n hacia el cuerpo de la mujer, alcanzaron cotas alt¨ªsimas -185.000 euros por una coloreada con anilinas, para un coleccionista privado, y 110.000 otra, comprada por el Mus¨¦e de la Ville, de Par¨ªs. Los ?lvarez Bravo, excelente fot¨®grafo mexicano reci¨¦n fallecido cuyas copias de ¨¦poca son raras de ver, alcanzaron de 30.000 a 130.000 euros. Juegos prohibidos, de Dora Maar, subi¨® a 13.000 euros, mientras unas bell¨ªsimas Manos, de Claude Cahun, llegaban a los 28.000. Los precios de esta fot¨®grafa se han disparado, as¨ª como los de Leo Dhomen, amigo del belga Marcel Marien, que hace unos meses se vend¨ªan a cinco veces menos (13.000 euros por L'amitieuse). Una Pentesilea de Raoul Uban, un cl¨¢sico del surrealismo, alcanz¨® 95.000 euros, y Les toilettes, de Man Ray, in¨¦dita e irreverente (la cadena del inodoro del apartamento de Andr¨¦ Thirion termina en una cruz), multiplic¨® por diez su estimaci¨®n (40.000 euros). Finalmente, la important¨ªsima instant¨¢nea del ataque de la liga antijud¨ªa contra la exposici¨®n que acompa?aba el pase de L'age d'or de Bu?uel en el Studio 28 (1930), en donde se ven las fotograf¨ªas arrancadas y un collage de Mir¨® por los suelos, subi¨® a 7.500 euros.
El final de esta pol¨¦mica subasta es el triunfo de Breton, de su gusto, de su heterodoxia y de su radicalidad. Uno de los principales coleccionistas coment¨®: "A Breton le hubiera gustado que sus obras fueran a manos privadas, a gente apasionada por el arte, no a bur¨®cratas que jam¨¢s lo han entendido".
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