Siniestralidad laboral e incompetencia
Uno de cada cinco muertos por accidente laboral dentro de la Uni¨®n Europea corresponde a Espa?a (EL PA?S, 15-09-02). Ocupamos los primeros puestos de la UE en siniestralidad laboral y parece que esto ha disparado las alarmas. Las cifras son suficientemente llamativas para justificar un amplio debate; sobre todo porque, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), un 80% de las muertes y de los accidentes podr¨ªan evitarse si se adoptasen medidas preventivas. ?Pero cu¨¢les son las medidas preventivas?
He le¨ªdo con detenimiento el Informe Dur¨¢n, las opiniones de los sindicatos, el plan de acci¨®n sobre la siniestralidad que elabor¨® el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en 1998, entre otros documentos, y contemplo, asombrada, que se habla de la gran importancia que tiene la prevenci¨®n, pero nadie se plantea qu¨¦ pasa con los Servicios de Prevenci¨®n; por qu¨¦, despu¨¦s de siete a?os de vigencia de la Ley de Prevenci¨®n de riesgos Laborales, y con gastos millonarios para formar a miles de delegados de prevenci¨®n, t¨¦cnicos de prevenci¨®n, m¨²ltiples master y diplomas en prevenci¨®n de riesgos laborales, etc., vamos a peor, o por lo menos no est¨¢ dando los resultados que se esperaba. El que hayan disminuido el total de accidentes y los siniestros leves no es muy valorable; porque resulta poco cre¨ªble que desciendan los accidentes leves y se incrementen los graves o mortales, que curiosamente son los m¨¢s dif¨ªciles de maquillar.
Los profesionales de la prevenci¨®n s¨®lo tendr¨ªan que dar cuentas de sus actos a las autoridades laborales y no a los empresarios
Desde hace a?os mantengo una buena relaci¨®n con los m¨¦dicos del trabajo franceses y he podido comparar en el extranjero cu¨¢l es la situaci¨®n de nuestra medicina del trabajo, analizando, como se dice ahora, nuestras fortalezas y debilidades para la mejora del sistema. Por ello, me voy a permitir un an¨¢lisis cr¨ªtico de algo que tengo la impresi¨®n que todo el mundo intuye pero que nadie se atreve a encarar. En mi opini¨®n, si el sistema espa?ol de prevenci¨®n de riesgos laborales est¨¢ resultando un fracaso (y eso que prevenir los accidentes laborales es muy f¨¢cil, comparado con la prevenci¨®n de los c¨¢nceres profesionales y riesgos psicosociales) se debe, entre otras causas, a que fallan los servicios de prevenci¨®n.
Dice Federico Dur¨¢n que se necesita mayor formaci¨®n e investigaci¨®n. Perm¨ªtame que discrepe: lo que se necesita es que los m¨¦dicos del trabajo y t¨¦cnicos de prevenci¨®n hagan su trabajo, pero para ello se requiere que est¨¦n protegidos; y a la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos (LPRL) le falta una normativa expresa y clara que garantice la independencia profesional de sus t¨¦cnicos y los proteja de las posibles represalias que pueden padecer si son eficaces e intentan hacer cumplir la ley.
Hace 15 a?os, cuando obtuve por oposici¨®n una plaza de m¨¦dico del trabajo en un organismo p¨²blico, uno de los directivos me felicit¨® y me explic¨®, muy amablemente, que procurara no molestar. Esta advertencia, que entonces me provoc¨® una sonrisa, ahora, con las leyes actuales, me hubiera producido un escalofr¨ªo. ?Cree alguien que un m¨¦dico del trabajo u otro t¨¦cnico que est¨¦ bajo el poder de su empresa o de una mutua y sepa que le pueden despedir o hacer de su vida profesional un infierno va a estar motivado para enfrentarse a los jefes que no cumplen la normativa, cuando seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales (IV Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo) el 70% de los empresarios las incumple? Puede que alguien me diga que para eso ya est¨¢ el art¨ªculo 30 de la LPRL, que es la trasposici¨®n del 7.2 de la Directiva comunitaria, donde se plantea cierta protecci¨®n. Pero le puedo contestar, incluso con mi propia experiencia, que sirve de muy poco, porque es compleja, ambigua y dif¨ªcil de interpretar hasta para los jueces.
Hace unos a?os, en Francia, una empresa p¨²blica intent¨® despedir a una de las mejores epidemi¨®logas de medicina del trabajo porque estaba investigando unos c¨¢nceres profesionales que pod¨ªan comprometer su imagen. A pesar del enorme poder pol¨ªtico de dicha empresa y de la argucia legal que quiso utilizar, no pudo llevar a cabo el despido porque en Francia, desde 1946, el m¨¦dico del trabajo es un asalariado especialmente protegido (no se les puede despedir arbitrariamente y en el desempe?o de sus funciones no est¨¢n obligados a cumplir las ¨®rdenes de la empresa, sino de sus autoridades laborales). Este despido frustrado junto al esc¨¢ndalo del amianto (porque si algunos m¨¦dicos se hubieran atrevido a denunciar lo que sospechaban se hubieran evitado miles de muertes) sirvi¨® de detonante para que empezaran a denunciar la situaci¨®n de acoso e intimidaci¨®n que sufr¨ªan por parte de sus jefes, tanto en los servicios propios como ajenos (Les m¨¦decins du travail prennent la parole. Un m¨¦tier en d¨¦bat. Syros 2000).
No se hizo esperar la respuesta del Gobierno franc¨¦s: en su nueva Ley de modernizaci¨®n social del 17 de enero de 2002 dedica siete art¨ªculos a mejorar las competencias de los m¨¦dicos del trabajo y a reforzar su independencia. El sistema franc¨¦s de prevenci¨®n gira alrededor del m¨¦dico, pero permite que tenga ayuda exterior cualificada, y en la actualidad va a comenzar a integrar a otros profesionales, aunque primero -se dice en el art¨ªculo 241.2- hay que elaborar un decreto que garantice la independencia profesional de estos nuevos t¨¦cnicos.
Para poder implantar medidas preventivas, lo que se llama la cultura preventiva, se necesita que los t¨¦cnicos de prevenci¨®n est¨¦n legitimados, sean independientes y se les note. Porque no s¨®lo hay que luchar con los empresarios para que compren y paguen sistemas de seguridad, sino que en muchas ocasiones hay que luchar tambi¨¦n con los trabajadores para que se protejan, pues hay que reconocer que usar gafas, cascos, guantes, protectores auditivos... es molesto. Los que hemos vivido el inicio de la pandemia del sida sabemos lo mucho que en el ¨¢mbito sanitario cost¨® que se dejara de encapuchar las agujas o que se utilizaran guantes ante ciertas t¨¦cnicas de riesgo (porque dificultaba el trabajo).
Como conclusi¨®n, considero que entre el paquete de medidas legislativas para mejorar la actual Ley de Prevenci¨®n de Riesgos deber¨ªa haber alguna medida adicional que proteja a todos los profesionales de la prevenci¨®n (formen parte o no de servicios de prevenci¨®n). Por ejemplo, que tengan que dar cuentas de sus actos a las autoridades laborales y no a los empresarios, o que no se les pueda despedir sin el visto bueno del inspector de trabajo, si se quiere que estos trabajadores asuman las responsabilidades que les corresponden. De lo contrario, las pol¨ªticas de prevenci¨®n servir¨¢n de muy poco. Porque se puede cumplir la ley de manera formalista, sin cometer infracciones penales, y con una total incompetencia, voluntariamente buscada, para evitarse represalias.
Reyes N¨²?ez es m¨¦dico del Trabajo
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