Cicatrices contra la versi¨®n oficial
Un inmigrante marroqu¨ª fue apaleado en Huelva casi un mes antes del asesinato a golpes de otro extranjero en la ciudad
El asesinato que un grupo de encapuchados cometi¨® el pasado jueves en Huelva fue definido
de manera oficial con toda rapidez como un hecho aislado, algo que nunca hab¨ªa pasado y, por lo tanto, imposible de prevenir. Un marroqu¨ª de 60 a?os falleci¨® el s¨¢bado en un hospital de Sevilla con la cabeza destrozada. Otro, de 36 a?os, sigue internado en el mismo centro sanitario y la otra v¨ªctima, un var¨®n de 24 a?os, recibi¨® el martes el alta en Huelva tras recuperarse de una herida en la pantorrilla y una crisis nerviosa.
Contrariamente a la versi¨®n oficial, este ataque ya sea contra indigentes -como insin¨²a la Delegaci¨®n del Gobierno-, inmigrantes o ambos no es algo nuevo. Abderrahman Quarrab asegura que le apalearon mientras dorm¨ªa en la calle en Huelva el 21 de marzo. El parte m¨¦dico del hospital sevillano Virgen Macarena que lleva consigo habla de fractura leve en el temporal izquierdo y de la cabeza del peron¨¦ y las cicatrices de su cuerpo certifican lo que dice el papel lleno de dobleces.
Quarrab tiene 31 a?os y dice haber nacido en Kalhat. Sentado en la sede de la Asociaci¨®n de Trabajadores Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a (Atime) dec¨ªa ayer no acordarse de la agresi¨®n. S¨®lo del dolor. Sin embargo, en la denuncia que present¨® en la Comisar¨ªa de Huelva a las cinco y media de la ma?ana el 21 de marzo se habla del ataque de un grupo de personas con las cabezas cubiertas y palos y barras de hierro en las manos. Quarrab insiste en que ¨¦l no recuerda nada y asegura que esos datos se los debi¨® de dar a la polic¨ªa otro de los agredidos. Por el momento, no se tiene conocimiento oficial de otras v¨ªctimas por ese ataque. Aunque tampoco resulta extra?o, ya que el caso de Quarrab tan s¨®lo ha salido a la luz despu¨¦s de la paliza y asesinato del jueves. Tambi¨¦n se hab¨ªa ocultado que hubiera bandas organizadas dando palizas y que de una u otra manera, los trabajadores sin papeles est¨¢n en su punto de mira.
Quarrab estuvo ingresado en el Virgen Macarena desde el 21 de marzo hasta el pasado d¨ªa 8. El parte m¨¦dico asegura que lleg¨® al centro sevillano trasladado desde el hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de Huelva. ?l asegura que tras presentar la denuncia en Comisar¨ªa pas¨® por varios centros de salud y que lleg¨® en autob¨²s a Sevilla, en donde le llevaron al hospital.
Quarrab insiste en que no vio a sus agresores, diga lo que diga el atestado policial. De lo que s¨ª dice acordarse es de un compatriota con el que coincidi¨® en uno de los centros en Huelva. Recuerda que ten¨ªa vendados los pies y que ¨¦ste le dijo que se los hab¨ªan rociado de gasolina y prendido fuego mientras dorm¨ªa.
Quarrab lleg¨® a Espa?a hace dos a?os en una patera dejando mujer y dos hijos atr¨¢s. Desde entonces, ha trabajado en Granada, Almer¨ªa, Murcia, C¨®rdoba y Girona. Solicit¨® su regularizaci¨®n en Zaragoza en 2002 y se la denegaron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.