Eterno Greenspan

George W. Bush ha querido dejar claro y con suficiente anticipaci¨®n su apoyo sin condiciones al actual presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, para un mandato suplementario cuando concluya el actual en junio de 2004. Bush trata as¨ª de evitar los rumores de disensi¨®n que emergieron en las filas republicanas cuando Greenspan mostr¨® su escepticismo acerca de los est¨ªmulos fiscales de la actual Administraci¨®n. La reacci¨®n de los mercados al anuncio prematuro de Bush ha sido inequ¨ªvocamente favorable.

En una situaci¨®n econ¨®mica complicada, Bush ha preferido asegurarse la mejor de las compa?¨ªas para un horizonte todav¨ªa incierto, en el que las se?ales de debilidad de la confianza de familias y empresarios siguen presentes. Los indicadores de confianza de los agentes no invitan a experimentos con la Reserva. A la vez, Bush evita las cr¨ªticas a un cambio que se podr¨ªa considerar como partidista, en 2004, un a?o electoral. La continuidad de Greenspan en el cargo se producir¨ªa a pesar de que las malas relaciones con la familia Bush son conocidas desde 1992, cuando en plena campa?a electoral del padre del actual presidente se resisti¨® a una estimulaci¨®n monetaria de la econom¨ªa.

Greenspan ha presidido la fase de mayor prosperidad e innovaci¨®n del ¨²ltimo medio siglo en EE UU. Ha adoptado decisiones arriesgadas, por ejemplo cuando percibi¨® que la productividad estaba creciendo de forma suficiente y duradera como para que el crecimiento del empleo no implicara inflaci¨®n. Es un m¨¦rito del que el resto del mundo tambi¨¦n se ha beneficiado. Si tal y como parece, se produjera la pr¨®rroga de su mandato hasta enero de 2006, Greenspan habr¨ªa apurado el m¨¢ximo tiempo posible, 14 a?os, en ese cargo. El ¨²nico inconveniente podr¨ªa ser su edad, 74 a?os, y su quebradiza salud.