Un mes de felicidad
Cuando Fern¨¢ndez Fl¨®rez se sent¨ªa hipocondriaco, se iba a las Cortes de Madrid porque una gran parte de los diputados eran m¨¦dicos y sab¨ªa que si le pasaba algo le atender¨ªan de inmediato. Los tiempos han cambiado mucho y yo ahora prefiero irme a un aeropuerto. Con el problema de la neumon¨ªa asi¨¢tica, te hacen encuestas de salud, toman la temperatura y las m¨¢quinas te examinan hasta los entresijos m¨¢s ¨ªntimos. Luego no me subo al avi¨®n, porque no tengo ganas de ir a ninguna parte, pero salgo de all¨ª como nuevo, tranquilo y confiando en mi salud de hierro. A veces me quedo sentado, esperando que la se?orita de la megafon¨ªa avise con voz mon¨®tona: "Pasajero n¨²mero tres con destino a Barcelona, artrosis en la rodilla derecha". Todo llegar¨¢, estoy seguro.
Dicen que la foto y los an¨¢lisis del bicho de esta neumon¨ªa se distribuyen por Internet, para que los m¨¦dicos de todo el mundo puedan investigarlo. Digo yo que tambi¨¦n podr¨ªan ampliar la foto y colocarla en los lugares p¨²blicos, porque nunca nos presentan a estos virus y solo los conocemos por los estragos que nos hacen. Si conoci¨¦ramos personalmente al enemigo, puede que nuestro organismo reaccionara mejor, cosas m¨¢s raras se han visto. O a la inversa, colocar su foto en las mascarillas protectoras para que, cuando intente entrar por nuestra boca, se quede prendado de su imagen y se lo piense dos veces antes de infectarnos. Al fin y al cabo, no se sabe casi nada de ¨¦l y mucho menos su capacidad intelectual o sus tendencias narcisistas.
La tecnolog¨ªa lo es todo, pero Internet es su imagen m¨¢s representativa. Por eso el Partido Popular present¨® el pasado jueves su programa sobre comunicaciones inform¨¢ticas en la Comunidad Valenciana. Francisco Camps, el candidato, se sent¨® hier¨¢tico y con la sonrisa triste, que terminar¨¢ siendo su mejor tir¨®n electoral, delante de un ordenador y acarici¨® levemente al ratoncito. La pantalla lo escane¨® como si estuviera en el aeropuerto y, en lugar de diagnosticar contractura muscular generalizada, se puso a escribir sola un esquema de su programa electoral en la gran pantalla de la sala. Luego habl¨®, me refiero a Camps, y prometi¨® mucha inform¨¢tica para el futuro valenciano. Seamos justos, parec¨ªa cre¨¦rselo. Tambi¨¦n hizo algo de balance de gesti¨®n, mejor dicho, de gesti¨®n del balance, uno de los pocos s¨ªmbolos que se utilizaron del pasado pol¨ªtico inmediato.
Tuvo especial relevancia el senador Gonz¨¢lez Pons, a veces llamado el senador web y, a?adir¨ªa por mi parte, la cara sonriente de Camps. Fue, sin duda alguna, el inspirador del programa, puesto que es reconocido como defensor y promotor de Internet en toda la pol¨ªtica nacional. Por all¨ª pas¨® la democracia digital, sanidad a la carta, recetas electr¨®nicas, una nueva Universidad en la red, software libre y valenciano. No sigo para que no parezca que hago propaganda. Solo faltaba en el sal¨®n un gran cartel con un "No a la guerra" para aceptar plenamente una verdadera sociedad del conocimiento.
Lo tengo decidido. Durante el pr¨®ximo mes, pasear¨¦ por muchos aeropuertos y por la presentaci¨®n de programas de todos los partidos. Un mes cada cuatro a?os no es mucho para confiar en la salud y en un futuro feliz. Despu¨¦s ya me enfrentar¨¦ a la triste realidad.
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