El AVE, punta de iceberg
El AVE es la mayor inversi¨®n p¨²blica jam¨¢s realizada en Espa?a. Los ciudadanos nos enfrentamos a ella tras haber sido impuesta por dos gobiernos consecutivos, pese a no haber figurado en ning¨²n programa electoral.
Recientemente, Ana Botella, metida en actividades pol¨ªticas, explic¨® en Barcelona el concepto que el Partido Popular tiene de la democracia representativa: los ciudadanos votan y escogen a sus gobernantes, que act¨²an libremente. Pasados cuatro a?os, los ciudadanos vuelven a votar aprobando o no la labor realizada por estos gobernantes. En ese tiempo, no queda m¨¢s remedio que aceptarlo todo.
El ferrocarril es el primer medio de transporte masivo que invent¨® el hombre. Pese a la competencia frente a otros transportes: camiones, autobuses, e incluso aviones, un siglo y medio despu¨¦s de su invenci¨®n, el ferrocarril se ha erigido como el rey de los transportes.
Con la construcci¨®n del AVE, la red ferroviaria espa?ola queda abandonada hasta su hundimiento. ?Puede un Gobierno democr¨¢tico hacer la mayor inversi¨®n p¨²blica del pa¨ªs sin consultarlo a los ciudadanos?
Francia es un pa¨ªs a la vanguardia ferroviaria europea. Dispone de una impresionante red con un elevado porcentaje de doble v¨ªa. Sus trenes alcanzan velocidades m¨ªnimas de 100 kil¨®metros por hora, se ha eliminado los pasos a nivel y compiten con el avi¨®n en trayectos cortos. Pero sobre todo, Francia ha creado el tren de alta velocidad, capaz de alcanzar 370 kil¨®metros por hora, que mejora el tiempo del avi¨®n en distancias inferiores a 1.000 kil¨®metros, con l¨ªneas planificadas, rentables y, sobre todo, utilizadas por los ciudadanos.
En Espa?a, la situaci¨®n es diferente. La construcci¨®n de la primera l¨ªnea de tren se retras¨® hasta mediados del siglo XIX. La influencia de los militares, o la taca?er¨ªa habitual, llev¨® a que esta primera l¨ªnea que se construy¨® entre Barcelona y Matar¨® se realizara con un ancho de v¨ªa diferente al europeo. El caso es que las primeras unidades fueron compradas a una compa?¨ªa brit¨¢nica que, tras 50 a?os de funcionamiento, acab¨® readaptando su trazado al ancho europeo y, por tanto, sald¨® todo su material vendi¨¦ndolo al marqu¨¦s de Biada.
Miguel Biada est¨¢ considerado uno de los art¨ªfices de la llegada del tren a Espa?a y una de las dos m¨¢ximas autoridades de los 100 primeros a?os de nuestro ferrocarril. La otra autoridad es la del ingeniero Fernando Reyes Garrido, mi padre, autor del metro transversal y de los proyectos de enlaces ferroviarios de Madrid y Barcelona en 1917. Varias de sus ideas fueron adoptadas r¨¢pidamente: la de la estaci¨®n de paso frente a la estaci¨®n terminal o la creaci¨®n de las dos redes de cercan¨ªas de Madrid o Barcelona, que fueron inauguradas 60 a?os despu¨¦s y presentadas como "uno de los grandes logros del r¨¦gimen", olvidando no s¨®lo a mi padre, que hab¨ªa fallecido en 1937, sino tambi¨¦n a Indalecio Prieto, que hab¨ªa hecho suyos los proyectos inconclusos de mi padre.
En los a?os anteriores a la Guerra Civil, el tren estaba situado en Espa?a a un nivel cercano al europeo. Pero la guerra cambi¨® el panorama: pulveriz¨® los trazados ferroviarios existentes, que se repararon mal tras acabar el conflicto, y el tren se convirti¨® en un medio de transporte lento, usado sobre todo por los pobres. En la dictadura, Franco nacionaliz¨® las compa?¨ªas ferroviarias existentes y cre¨® la Renfe.
Durante la edad de oro del Gobierno socialista se plante¨® una reforma de la compa?¨ªa y de los trazados ferroviarios, apostando por la reconversi¨®n al ancho europeo de unos 8.000 kil¨®metros de v¨ªa existentes, aproximadamente. Sin embargo, a finales de la d¨¦cada de 1980 esta labor qued¨® reducida a la construcci¨®n de un tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla: el famoso AVE.
El concepto de democracia representativa expresado por Ana Botella en Barcelona no es tan extempor¨¢neo. En una reuni¨®n de un Gobierno socialista se tom¨® la decisi¨®n de construir el AVE, y as¨ª se hizo sin un proyecto de presentaci¨®n al pa¨ªs, sin una propuesta alternativa de elecci¨®n. A partir de aquel momento, lo que se lleva es hablar del AVE. El resto de la red ferroviaria espa?ola se queda como recuerdo hasta que se hunda o desaparezca. Con un coste aproximado de 18,03 millones de euros por kil¨®metro, el AVE hace que Renfe no disponga de dinero suficiente para realizar mejoras en la red general. El mal estado de las v¨ªas, los errores en la se?alizaci¨®n, los miles de pasos a nivel, el alto porcentaje de v¨ªa ¨²nica, el mal mantenimiento de las unidades tractoras producen numerosos accidentes.
Adem¨¢s, esta situaci¨®n lleva a que la velocidad de los trenes se mantenga a niveles anteriores a la Guerra Civil, lo cual deja ver una soterrada intenci¨®n de que sea m¨¢s espectacular el contraste con las velocidades del AVE. Tal es el empacho del AVE, que se emplea y ofrece como soluci¨®n a todos los problemas: si el chapapote crea problemas en Galicia, se les promete el AVE, pese a que en Europa jam¨¢s se crear¨ªa una l¨ªnea de tren de gran velocidad (TGV) hacia una terminal. A los valencianos, les prometen un AVE Madrid-Valencia, pese a que en Europa jam¨¢s se crear¨ªa una l¨ªnea de TGV de 300 kil¨®metros. Con gran ignorancia se habla del AVE Madrid-Burgos; del AVE Madrid-Valladolid; del AVE Madrid-?vila, sin ver que existe un tendido ferroviario que, puesto al d¨ªa, cumplir¨ªa sobradamente las exigencias ferroviarias actuales.
La construcci¨®n de la l¨ªnea del AVE Madrid-Barcelona-Francia vive dram¨¢ticos momentos no s¨®lo por los incidentes de las ¨²ltimas semanas conocidos por todos, sino por la situaci¨®n creada en Barcelona y alrededores, donde el AVE puede acabar siendo un aut¨¦ntico metro de servicios urbanos. Para colmo, la obra empieza en Madrid para impedir que la conexi¨®n con Francia llegue a Barcelona antes que a la capital de la naci¨®n.
Entre tanta situaci¨®n negativa, funciona hace unos a?os un humilde y exitoso Euromed entre Barcelona y las capitales del Levante que alcanza m¨¢s de 150 kil¨®metros por hora mejorando el tendido normal, sin pasillo ferroviario especial alguno.
?Puede un Gobierno democr¨¢tico hacer la mayor inversi¨®n p¨²blica del pa¨ªs sin consultarlo a los ciudadanos? ?Tenemos que limitarnos a observar sin poder opinar? ?Es la construcci¨®n del AVE la ¨²nica soluci¨®n a nuestros problemas ferroviarios o existen otras alternativas? ?Ancho europeo y doble v¨ªa en todos los recorridos? ?Se suprimir¨¢n los pasos a nivel? ?Se mejorar¨¢n las estaciones y los servicios? La soluci¨®n de todos estos problemas ser¨ªa mucho m¨¢s barata que la l¨ªnea de AVE que se est¨¢ construyendo.
La crisis de la democracia representativa es general frente a la democracia participativa, en la que el ciudadano tendr¨¢ acceso directo a las acciones de poder evitando las corrupciones y llevando a consulta popular todas las cuestiones. Espa?a es un pa¨ªs de caciquismo y dictadura, orgulloso y reiterativo en el error, de chapuza institucionalizada. Unos 18,03 millones de euros cuesta el kil¨®metro de realizaci¨®n de v¨ªa del AVE, pero luego dicen que la catenaria se ha roto por colocarla demasiado tirante o que no se han tenido en cuenta las caracter¨ªsticas del terreno sobre el que se ha efectuado el tendido de las v¨ªas. Ser¨¢ por la obsesi¨®n de obtener el d¨¦ficit cero. Realmente, no lo entiendo.
Jorge Reyes Planas es periodista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.