Marginaci¨®n en la ciudad del Para¨ªso
En M¨¢laga ya no hay chabolas, pero s¨ª tres barrios marcados por la exclusi¨®n social
En M¨¢laga ya no quedan chabolas. Un convenio entre el Ayuntamiento y la Junta permiti¨® hace dos a?os el desmantelamiento de los n¨²cleos de Puente de los Morenos y La Misericordia. Pero todav¨ªa hay tres barriadas marcadas por la marginaci¨®n: Los Asperones, La Corta y La Palmilla.
Los Asperones es, con diferencia, la m¨¢s degradada. Fue creada para realojar chabolistas; era una barriada de transici¨®n que deb¨ªa desaparecer en cinco a?os, pero ha cumplido 14. La Junta y el Ayuntamiento coinciden en que la ¨²nica soluci¨®n es su desmantelamiento, pero no cierran un acuerdo sobre c¨®mo hacerlo. Dispone de todos los servicios, aunque la limpieza, el alumbrado y el transporte son bastante deficientes. All¨ª malviven unas 350 familias, la amplia mayor¨ªa de etnia gitana.
La Corta naci¨® hace una d¨¦cada concebida como una barriada estable que sirviera de alojamiento temporal a familias procedentes de viviendas prefabricadas desmanteladas, de expropiaciones, de corralones demolidos o de desahucios, hasta que accedieran a un nuevo hogar. Pero muchos casos acabaron enquist¨¢ndose ante la imposibilidad de conseguir una vivienda. Est¨¢ habitada por unas 180 familias, m¨¢s de la mitad, gitanas; aunque la proporci¨®n de esta etnia no es tan alta como en Los Asperones. Hubo un tiempo en que los empleados de la limpieza entraban acompa?ados de la polic¨ªa. La situaci¨®n se ha normalizado, pero la inseguridad sigue siendo alta. Raro es el taxista que accede a llevar a un pasajero dentro de la barriada, algo similar a lo que ocurre con Los Asperones. Los servicios se prestan, pero son deficientes.
La Palmilla es la m¨¢s normalizada de las tres. Formada por bloques construidos en los a?os sesenta para viviendas sociales, era una barriada m¨¢s, pero se fue progresivamente degradando. All¨ª conviven m¨¢s de 1.000 familias; la etnia gitana est¨¢ m¨¢s diluida y se mezcla con inmigrantes y espa?oles. Tambi¨¦n los servicios est¨¢n m¨¢s normalizados que en Los Asperones o La Corta. La labor de los ¨²ltimos a?os de ONG, administraciones e incluso de las propias asociaciones vecinales no ha ca¨ªdo en saco roto, a tal punto que la Junta ha dejado de considerarla barriada de actuaci¨®n preferente, un criterio que el Ayuntamiento no comparte. Es un n¨²cleo de venta de droga, pero las redadas policiales no son f¨¢ciles porque en algunos bloques sus moradores han llegado a colocar puertas met¨¢licas electrificadas.
M¨¢laga, la llamada Ciudad del Para¨ªso, tambi¨¦n tiene marginaci¨®n, pero pasa inadvertida para turistas e incluso a los ojos de muchos malague?os porque, salvo La Palmilla, que est¨¢ m¨¢s cerca, La Corta y, sobre todo, Los Asperones, est¨¢n en los extrarradios. Los pol¨ªticos no suelen prodigarse en visitas a estos dos ¨²ltimos n¨²cleos.
Al margen de estas barriadas, hay otra realidad que va en aumento: la de los inmigrantes que duermen en la calle o en la playa, en los alrededores del albergue municipal, debido a la saturaci¨®n de los recursos sociales. Las cifras var¨ªan pero en algunas ocasiones alcanzan el centenar. Poca gente los ve porque recogen su improvisado dormitorio bien temprano, para no molestar.
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