EE UU da largas a la compra de 35 aviones militares espa?oles por 900 millones de euros
Casi un a?o despu¨¦s de la adjudicaci¨®n no se ha firmado a¨²n el contrato con EADS-CASA
Las relaciones privilegiadas entre Espa?a y EE UU, que se han plasmado en el alineamiento sin fisuras del Gobierno de Aznar con la Administraci¨®n Bush en la guerra de Irak, no han servido hasta ahora para desbloquear la venta de 35 aviones de patrulla mar¨ªtima de la empresa espa?ola EADS-CASA a la Guardia Costera estadounidense. La firma del contrato, por un valor de 900 millones de d¨®lares (pr¨¢cticamente la misma cifra en euros) ampliables hasta 2.000, est¨¢ pendiente desde que, en junio de 2002, se adjudic¨® el programa Deepwater (Agua Profunda) al consorcio ICGS.
El 25 de junio del a?o pasado, la Guardia Costera de EE UU anunci¨® la adjudicaci¨®n del programa Deepwater, valorado en 15.000 millones de d¨®lares y con una duraci¨®n de 30 a?os, al consorcio ICGS, liderado por las empresas Lockheed Martin y Northrop Grumman. La oferta ganadora inclu¨ªa 35 aviones de patrulla mar¨ªtima de la empresa espa?ola EADS-CASA, que present¨® una versi¨®n modificada de su modelo CN-235-300, denominada ER (Extended Range). A pesar de que ya ha transcurrido casi un a?o desde entonces y de que las primeras doce unidades deber¨ªan entregarse en el a?o 2005, a¨²n no se ha firmado el correspondiente contrato.
La venta de los 35 aviones espa?oles, la m¨¢s importante exportaci¨®n de material militar espa?ol a Estados Unidos realizada nunca, se present¨® como el primer fruto de la Declaraci¨®n de Principios sobre Cooperaci¨®n Industrial en Materia de Defensa, que el ministro espa?ol Federico Trillo-Figueroa y su hom¨®logo estadounidense Donald Rumsfeld firmaron en abril de 2002 como anejo al nuevo convenio entre los dos pa¨ªses. Una prueba de la importancia que Espa?a daba a esta operaci¨®n es que acept¨® incluir en el convenio bilateral con EE UU una autorizaci¨®n expresa para que los buques de la Guardia Costera pudieran utilizar los puertos espa?oles. La autorizaci¨®n se ha puesto en pr¨¢ctica durante la guerra de Irak, cuando han hecho escala en la base de Rota (C¨¢diz).
El ministro espa?ol de Defensa abord¨® el asunto en su visita a Washington, los pasados 2 y 3 de diciembre, donde dio por hecha la venta de los aviones. "Ya no se trata de recibir ayuda de Estados Unidos, sino de permitir que nuestros productos industriales est¨¦n presentes en su mercado", dijo Trillo-Figueroa, quien asegur¨® que esta operaci¨®n abrir¨ªa la puerta a otros productos espa?oles, como los simuladores de Indra.
Sin embargo, ha transcurrido otro medio a?o y el contrato sigue sin firmarse. Fuentes conocedoras de la negociaci¨®n atribuyen el retraso a la integraci¨®n de la Guardia Costera en el nuevo Departamento de Seguridad Interior, creado por el presidente Bush a ra¨ªz de los atentados del 11-S de 2001.
El superministro de Interior, Tom Ridge, un republicano de la m¨¢xima confianza de Bush, ha sometido a minuciosa revisi¨®n los programas comprometidos por las agencias ahora a sus ¨®rdenes. El hecho de que el servicio de aduanas, integrado tambi¨¦n en el nuevo departamento, dispusiera de aviones Bombardier llev¨® a cuestionar la necesidad de adquirir un modelo diferente, seg¨²n las mismas fuentes. A su vez, el retraso permiti¨® a la firma italiana Alenia presionar en favor de su oferta, el C-27, que ya hab¨ªa sido eliminado por la Guardia Costera, pero cuenta con la ventaja de tener como cofabricante a Lockheed Martin, contratista principal del Deepwater.
Seg¨²n las fuentes consultadas, hubo que convencer a la Administraci¨®n Bush de que el CN-235 es un avi¨®n ¨ªntegramente espa?ol, a pesar de que CASA est¨¢ integrada en el consorcio aeron¨¢utico europeo EADS, en cuyo capital tienen mayor¨ªa Francia y Alemania, lo que en este momento no constituye una buena tarjeta de presentaci¨®n en EE UU.
Las mismas fuentes est¨¢n convencidas de que EE UU comprar¨¢ las 35 plataformas espa?olas, pero no est¨¢ tan claro que suceda lo mismo con los equipos electr¨®nicos de misi¨®n (FITS), que suponen m¨¢s del 50% de los 900 millones de d¨®lares que cuesta la adquisici¨®n. Ni tampoco est¨¢ asegurado el contrato de mantenimiento por 20 a?os, que supone otros 1.000 millones de d¨®lares. No se trata de que Bush premie a Espa?a, sino de que no se torpedee un modelo que gan¨® en base a criterios estrictamente t¨¦cnicos, alegan dichas fuentes.?
Un motor en disputa
La elecci¨®n del motor que debe equipar al A400M o Airbus militar ha desencadenado una nueva batalla entre Europa y EE UU. Hasta ahora se daba por sentado que el futuro avi¨®n de transporte europeo llevar¨ªa el turboh¨¦lice TP400, desarrollado por un consorcio en el que participan Snecma (Francia) , MTU (Alemania), Rolls-Royce (Reino Unido) e ITP (Espa?a). Sin embargo, la firma estadounidense Pratt & Witney ha presentado una oferta que rebaja el coste en alrededor de un 20%.
Incorporar un motor estadounidense al A400M puede suponer un duro golpe para la industria europea de motores de aviaci¨®n, por m¨¢s que Pratt & Witney se comprometa a fabricar parte de sus componentes en el Viejo Conmtinente.
El problema, seg¨²n las fuentes consultadas, radica en que el contrato firmado con el consorcio aerona¨²tico Airbus Militar por los compradores del avi¨®n (Alemania, Francia, Reino Unido, Espa?a, Turqu¨ªa y B¨¦lgica) fijaba un coste m¨¢ximo por aparato. Cualquier incremento de precio ir¨¢, en consecuencia, contra los eventuales beneficios de Airbus.
Las negociaciones en curso pretenden que el motor europeo rebaje su coste, pero tambi¨¦n que los Gobiernos europeos subvencionen en mayor medida su desarrollo.
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