Treinta colectivos sociales censuran la rehabilitaci¨®n de Bilbao La Vieja
La coordinadora de grupos exige "intervenir de verdad" en la reforma
Representantes de la Coordinadora de Grupos por la Rehabilitaci¨®n de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala -colectivo que representa a 30 asociaciones vecinales y sociales- censuraron ayer la marcha del plan institucional para transformar esta degradada zona de la ciudad iniciado en 2000. Para la coordinadora "no existe un plan, sino un refrito de iniciativas", por lo que barajan desentenderse del proyecto.
La exigencia de esta coordinadora de asociaciones es poder "intervenir de verdad en la rehabilitaci¨®n" y el dise?o de sus barrios, algo que las instituciones que encabezan la transformaci¨®n social y urban¨ªstica no les han permitido hacer, seg¨²n sostuvieron ayer en conferencia de prensa. "Las instituciones han convertido la Mesa para la Rehabilitaci¨®n en un tabl¨®n de anuncios", en un foro en el que tienen voz pero no son escuchados, seg¨²n explic¨® Arturo Izarzelaia, miembro de la Asociaci¨®n de Vecinos de San Francisco.
La Mesa es un foro en el que participan la coordinadora, otros colectivos vecinales, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputaci¨®n, el Gobierno vasco y R¨ªa 2000. El presupuesto global de la rehabilitaci¨®n asciende a 170,6 millones de euros, el 30% de ellos dedicados a iniciativas sociales y el resto, a urban¨ªsticas. La transformaci¨®n de esta zona ha sido una de las prioridades del Ayuntamiento este mandato y lo ser¨¢ durante el pr¨®ximo, seg¨²n explic¨® un portavoz de la alcald¨ªa.
Izarzelaia asegur¨®, flanqueado por otros miembros de la coordinadora, que el impacto de las iniciativas puestas en marcha en estos barrios es "peque?o". "Evidentemente, quien ha encontrado trabajo a trav¨¦s de Lan Ekintza o a quien le han ayudado a rehabilitar la casa" lo ha notado, asegur¨® el representante de los 30 grupos, pero "la calle est¨¢ plagada de drogas, hay un mont¨®n de polic¨ªa cuyo fin de dar cierta seguridad", pero aparentemente no lo logra porque la sensaci¨®n de inseguridad es generalizada, seg¨²n su relato.
La coordinadora baraja por ello abandonar un foro que le ha "defraudado", si tras las elecciones del 25-M no se empiezan a poner en pr¨¢ctica once compromisos "m¨ªnimos".
Su primera exigencia es que las instituciones no decidan en nombre del movimiento vecinal. Las otras medidas abarcan diversos ¨¢mbitos. Reclaman una escuela p¨²blica "integradora, euskald¨²n y multicultural" frente al modelo actual que la est¨¢ convirtiendo en "un gueto". Quieren m¨¢s servicios sociales de base porque, aunque los equipamientos han aumentado en el marco de la rehabilitaci¨®n, a¨²n son insuficientes.
Aboga la coordinadora por que los vecinos expropiados sean realojados en condiciones justas y por que se rehabiliten, y no derriben, las viviendas en mal estado. Piden una mediaci¨®n coordinada para reducir la conflictividad social y que se "quite poder a los narcotraficantes". Tambi¨¦n exigen el "reconocimiento de todos los derechos civiles y sociales para los inmigrantes" de modo que puedan acceder a todos los recursos p¨²blicos para no caer en la marginaci¨®n. Las otras demandas vecinales son una mayor coordinaci¨®n institucional ante la violencia sexista y la eliminaci¨®n de los taludes y las barreras arquitect¨®nicas que les separan del resto de la villa.
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