?No puedo entrar en mi casa!
Este t¨ªtulo, que parece de una pel¨ªcula de terror, es lo que nos sucede a cinco vecinos de la Urbanizaci¨®n Campo Alegre de Alcal¨¢ de Guada¨ªra, como consecuencia de la aplicaci¨®n del PGOU del Ayuntamiento de esta localidad.
En el 2000 se cre¨® la Junta de Compensaci¨®n de la Urbanizaci¨®n Campo Alegre para dar viabilidad al PGOU de dicha urbanizaci¨®n. Cinco vecinos, que vivimos a pie de carretera, con todos nuestros servicios catalogados como urbanos (pagamos el IBI como tal), fuimos incluidos en este plan y as¨ª comenz¨® nuestro calvario.
Desde entonces, hemos soportado ruidos, roturas del asfalto y acerado de los viales que limitan nuestras casas, suciedad (impresionante la cantidad de polvo y albero que se introduc¨ªa en nuestras casas), destrucci¨®n por parte de Emasesa de la arqueta de desag¨¹e, que se encontraba en perfecto estado, cortes de suministro el¨¦ctrico de cinco y seis horas, que nos imped¨ªa cocinar y causaban la descongelaci¨®n de los alimentos almacenados, todo esto con la gravedad de que fuimos obligados a pagar a la Junta de Compensaci¨®n la cantidad de 1.000.017 pesetas de las de antes, que se convirtieron en 1.200.000 por desviaci¨®n presupuestaria e instalaci¨®n de nueva arqueta.
El colmo de los desprop¨®sitos es que, cuando por fin asfaltan nuestra calle, nos reducen su anchura hasta el punto de que, aparte de no poder aparcar en la misma, nos es imposible meter el coche en nuestra casa sin realizar varias maniobras y, lo m¨¢s incre¨ªble es que no podemos acceder a nuestras viviendas a no ser que cometamos varias infracciones de tr¨¢fico y nos saltemos varias se?ales de prohibici¨®n. ?Qu¨¦ mente privilegiada ha dise?ado los viales?
Resumiendo, despu¨¦s de tres a?os de soportar todos los inconvenientes antes citados, cuando parece que ve¨ªamos luz al final del t¨²nel, resulta que ?no puedo entrar en mi casa!
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