La victoria de Bush depende de un nuevo recuento en Florida.
Los dem¨®cratas empatan en el Senado y reducen su desventaja en la C¨¢mara. Gore puede perder la Casa Blanca pese a obtener 169.937 votos m¨¢s que el candidato republicano
Tras vivir la noche electoral m¨¢s larga, confusa y emocionante de su historia, Estados Unidos desconoc¨ªa ayer el nombre de su futuro presidente. Desde Nashville, el dem¨®crata Al Gore hizo saber que no se daba por derrotado y que sus asesores pol¨ªticos y sus abogados segu¨ªan con lupa el segundo recuento de los casi seis millones de votos de Florida. La incertidumbre en el resultado en ese Estado, donde los dem¨®cratas locales denunciaban varios errores e irregularidades, hac¨ªa tambi¨¦n que el republicano George Bush, recluido en su feudo de Austin, no se atreviera a proclamarse ganador de los comicios.
La duda podr¨ªa despejarse hoy, al culminar el minucioso repaso de las papeletas de Florida. ?ste era el episodio trascendental de unas elecciones llenas de cosas curiosas, como el que una primera dama se haga con un esca?o en el Senado, un muerto gane otro en Misuri o un millonario llegue al Capitolio tras gastarse 60 millones de d¨®lares. Las elecciones presidenciales dieron a Gore la victoria en el voto popular por una diferencia de 169.937 sufragios, lo que no le garantiza la Casa Blanca. Los expertos hab¨ªan vaticinado lo contrario: la proclamaci¨®n de Gore como presidente gracias a los votos electorales, pese a su derrota en los populares, circunstancia que s¨®lo tiene dos antecedentes en el siglo XIX. Si se confirma que gan¨® Florida, Bush ser¨ªa el presidente gracias al sistema indirecto de compromisarios del Colegio Electoral. La cautela dominaba ayer a los candidatos y los medios de comunicaci¨®n tras la experiencia de la noche electoral, cuando las cadenas dieron primero a Gore como ganador en Florida, anunciaron despu¨¦s un empate y, por ¨²ltimo, otorgaron ese Estado a Bush, y con ¨¦l, la Casa Blanca. En la madrugada, Gore telefone¨® a Bush para felicitarle. El primero se aprestaba a aceptar en p¨²blico su derrota cuando fue informado de que la batalla de Florida no estaba clara. Gore retir¨® la felicitaci¨®n y las televisiones se retractaron.
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