LA CAMPA?A EN UN MINUTO
El pinchazo
No fue ayer un buen d¨ªa para Aznar. Por la ma?ana se mof¨® del eslogan del PSOE -"otra forma de ser, otra forma de gobernar"- y lo hizo recurriendo a un pasado ya remoto. Acus¨® a los socialistas de "ser" corruptos y de "gobernar" fabricando parados. Por la noche, y en lo que tendr¨ªa que haber sido una demostraci¨®n de su capacidad de convocatoria, el presidente del Gobierno pinch¨®. El grader¨ªo de Mestalla present¨® calvas muy preocupantes. Como si all¨ª anoche se jugara un partido de segunda.
El piloto encendido
No est¨¢n contentos precisamente los socialistas con la gesti¨®n del PP al frente de la televisi¨®n p¨²blica. Ayer, sin ir m¨¢s lejos, denunciaron su doble juego. Los socialistas acusan a los populares de aceptar p¨²blicamente la celebraci¨®n de debates electorales para luego vetarlos en la pr¨¢ctica. As¨ª que Zapatero opt¨® anoche por la v¨ªa r¨¢pida para regalarse una peque?a venganza. Lo hizo durante el mitin de Almer¨ªa. Cuando se encendi¨® el piloto para avisarle de que estaba en directo, el l¨ªder socialista dijo con energ¨ªa: "Exigimos menos basura y m¨¢s cultura en la televisi¨®n p¨²blica". As¨ª fue como su denuncia entr¨® en el telediario de las nueve. Por toda la escuadra.
La manifestaci¨®n
El departamento de Interior del Gobierno vasco no prohibi¨® una vez, sino dos, la manifestaci¨®n solicitada por los simpatizantes de Batasuna para protestar por la ilegalizaci¨®n de Udalbitza. Por eso, ayer por la tarde, miles de personas se manifestaron tranquilamente por el centro de la ciudad sin que ning¨²n agente se interpusiera en su camino. S¨®lo un helic¨®ptero de la Ertzaintza vigil¨® la marcha desde el cielo. Para comprobar que todo discurr¨ªa conforme a lo previsto.
Las promesas
La candidata del PP a la alcald¨ªa de Vigo se llama Colina Porro. El otro d¨ªa prometi¨® a sus vecinos que si sale elegida eliminar¨¢ de un plumazo el recibo de la basura. Tan generosa le pareci¨® su promesa -el municipio ingresa siete millones de euros al a?o por ese concepto- que debi¨® pensar que no se la iba a creer nadie. Para remediarlo, cogi¨® y se plant¨® en la casa de un notario y firm¨® ante ¨¦l su compromiso.
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