Los tres alcaldes prometen 20.000 nuevos pisos a los votantes

La carest¨ªa de la vivienda se ha convertido en un debate recurrente en Euskadi. Los precios medios de los pisos se elevan en la comunidad aut¨®noma muy por encima de la media espa?ola. Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria est¨¢n entre las cinco capitales espa?olas con la vivienda m¨¢s cara, junto a Madrid y Barcelona. Con este panorama, las propuestas de los partidos para solucionar el problema ocupan un puesto destacado en sus discursos electorales. Los actuales alcaldes de las capitales y aspirantes a repetir mandato prometen ceder suelo para levantar 20.000 nuevas casas los pr¨®ximos a?os.

De esta cantidad, al menos la mitad ser¨¢n de protecci¨®n oficial. Los j¨®venes, el segmento m¨¢s castigado por la carest¨ªa de los pisos, reciben con escepticismo estas promesas. Alfonso Alonso, el alcalde del PP de Vitoria, ha anunciado 8.000 nuevas viviendas y deja otras 4.000 en construcci¨®n. El principal efecto de esta oferta masiva ser¨¢, asegura, la congelaci¨®n del precio de la vivienda usada y la reducci¨®n del de la nueva. En Bilbao, el peneuvista I?aki Azkuna, aspira a promover 3.267 pisos y concluir otros 1.200.

Por su parte, el socialista Od¨®n Elorza pretende levantar hasta 8.000 casas en San Sebasti¨¢n. Los tres han concluido sus mandatos con casi 25.000 casas terminadas o en construcci¨®n, pero eso no ha servido para contener la escalada de precios del mercado libre, tanto de los pisos nuevos como de los de segunda mano, que durante la legislatura han subido cerca de un 40%.

Una vivienda de nueva construcci¨®n o usada que en 1999 costaba 157.000 euros de media, a finales del a?o pasado no se pod¨ªa adquirir por menos de 215.000 euros. Un ciudadano con una renta familiar media-altas podr¨¢ acceder a una vivienda a base de endeudase para toda su vida. Y si su pretensi¨®n es vivir del alquiler, se topa con que no encuentra nada por menos de 700 euros al mes. Con este panorama es f¨¢cil entender que los j¨®venes vascos, al igual que los espa?oles, sean los europeos que m¨¢s tarde logran salir de casa y emanciparse.

Este es el caso de Andoni, que a sus 26 a?os centra su ilusi¨®n en comprarse un piso en Vitoria para irse a vivir junto a su novia. Al igual que la mayor¨ªa de los 84.000 vascos inscritos en el servicio Etxebide, la lista abierta por el Gobierno vasco para demandantes de vivienda, Andoni busca su primera casa con unos recursos econ¨®micos limitados. No puede pagar por ella m¨¢s de 150.000 euros (lo mismo que el 85% de los registrados en Etxebide).

Sus posibilidades quedan muy lejos de la realidad del mercado inmobiliario. Ha rastreado con ah¨ªnco todas las ofertas. "No hay nada que hacer. Cuando veo los pisos que me ofrecen por lo que puedo pagar, me desmoralizo m¨¢s". ?Y vivir de alquiler? "El alquiler me costar¨ªa poco menos que pagar la cuota de un pr¨¦stamo hipotecario", asegura Andoni. Con este panorama, ha iniciado el peregrinaje por los pueblos cercanos a la capital alavesa en busca de ese piso que le permita independizarse.

Revitalizaci¨®n de la VPO

Las instituciones albergan grandes esperanzas en que la revitalizaci¨®n de la vivienda de protecci¨®n oficial consiga mitigar las subidas y se convierta en un instrumento para lograr el equilibrio social. La construcci¨®n de pisos descendi¨® el a?o pasado en Euskadi un 4,7% y s¨®lo el empuje de la VPO, cuya edificaci¨®n aument¨® un 17%, contuvo la ca¨ªda. Y es que el 34% de los pisos que se empezaron a levantar eran protegidos, hasta superar los 5.000. Este porcentaje triplica la media del resto de Espa?a y explica, seg¨²n el viceconsejero de Vivienda del Gobierno, Javier De¨¢n, que mientras en el conjunto de Espa?a los precios de los pisos libres han crecido un 16% de promedio en 2002, en la comunidad aut¨®noma esa subida haya sido de un 7%. Aunque conocer en realidad el porcentaje de subida de la vivienda depende el estudio que se maneje, ya sea del Gobierno vasco, del Ministerio de Fomento, de la Sociedad Espa?ola de Tasaci¨®n o de otros despachos dedicados a las tasaciones.

Los precios de la vivienda crecen, en opini¨®n de De¨¢n, como consecuencia de la pol¨ªtica liberalizadora del PP y de "la avaricia de muchos propietarios de suelo y no pocos promotores, que se han aprovechado de una demanda creciente de vivienda por parte de ciudadanos que est¨¢n dispuestos a pagar lo que sea por disponer de un techo donde vivir". Sin embargo, los constructores tienen una teor¨ªa muy diferentes y consideran que uno de los factores que explica la carest¨ªa de la vivienda en el Pa¨ªs Vasco es, precisamente, la decidida apuesta del Gobierno por la VPO. La obligaci¨®n legal, fijada en la conocida como Ley Maturana, de reservar el 65% de los suelos urbanizables para estas casas ha reducido el mercado de la vivienda libre, fomentando as¨ª su encarecimiento, resaltan los promotores.

Fomentar el alquiler

San Sebasti¨¢n sigue, a?o tras a?o, encabezando la triste estad¨ªstica de ser la ciudad con los pisos m¨¢s caros de toda Espa?a. Su concejal de Urbanismo, el socialista Jorge Letamendia, se ha propuesto que la construcci¨®n de VPO supere el 50% de todos los pisos que se inicien en la capital guipuzcoana. Y adelanta que un porcentaje se destinar¨¢ a pisos de precio tasado, una f¨®rmula a¨²n est¨¢ sin explotar en Euskadi. "Ser¨¢n casas de 120.000 a 132.000 euros para familias con rentas de hasta 41.000 euros", precisa.

La pol¨ªtica de vivienda en Euskadi y por extensi¨®n de Espa?a ha favorecido con claridad la adquisici¨®n de la vivienda frente al alquiler. Es algo que pretende cambiar el consejero de Vivienda, Javier Madrazo, de IU. Por eso, la totalidad de la promoci¨®n p¨²blica directa del departamento y de sus sociedades Alokabide y Visesa se destinar¨¢n al alquiler.

Entre otras medidas, el Gobierno vasco transmitir¨¢ a la ciudadan¨ªa la idea de que vivir de alquiler ofrece m¨¢s libertad para la toma de decisiones, al no tener que destinar la mitad de los ingresos a la hipoteca. Y es que, pese a que Espa?a tiene los cr¨¦ditos hipotecarios m¨¢s baratos de Europa, el porcentaje de ingresos que destina una familia para pagar el pr¨¦stamo hipotecario ha pasado del 32% en 1998 al 48% actual.