Estreno local

La pr¨®xima cita electoral pondr¨¢ a prueba las posibilidades reales del Partido Socialista de Andaluc¨ªa (PSA), reciente formaci¨®n nacionalista surgida de una escisi¨®n del Partido Andalucista (PA), con Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, como figura estelar. Registrado en el Ministerio del Interior en diciembre de 2000, el estreno del PSA ser¨¢ local, el terreno donde este nuevo partido pisa con mayor fuerza no s¨®lo porque su cartel m¨¢s popular y populista -Pedro Pacheco- sea un veterano municipalista, sino porque de la ruptura con su fuerza matriz el PSA arrastr¨® 36 concejales, repartidos por todas las provincias andaluzas, excepto Huelva. C¨¢diz se lleva la palma con 26 ediles, 12 de ellos en Jerez. Sanl¨²car de Barrameda, Algodonales, Ubrique y Grazalema cuentan con un par de representantes.

Menos en Huelva, el PSA se presenta en todas las grandes ciudades andaluzas

Tras la ruptura con el PA, la nueva formaci¨®n nacionalista se llev¨® 36 concejales

El PSA se define como federalista y ubicado claramente en el espacio de la izquierda

El PSA presenta 109 candidaturas: 10 en Almer¨ªa, 27 en C¨¢diz, 4 en C¨®rdoba, 2 en Huelva, 33 en Granada, 5 en Ja¨¦n, 9 en M¨¢laga y 19 en Sevilla. Del ¨¦xito que tengan depender¨¢ en buena medida su continuidad para las elecciones auton¨®micas de 2004. De momento, cuentan con un diputado en el Parlamento andaluz (Pacheco) y la colaboraci¨®n de otro (Ricardo Chamorro), quien ha anunciado ya su retirada de la pol¨ªtica. Ambos est¨¢n integrados en el grupo mixto.

El 12? congreso del PA de Torremolinos de octubre de 2000 certific¨® la fractura del andalucismo. Los expedientes de expulsi¨®n a Pacheco y Jes¨²s Valenzuela (secretario general y candidato de Granada) que vinieron a continuaci¨®n propici¨® que un grupo de militantes empezara de nuevo bajo otras siglas. Una gestora fue dando forma al partido hasta que en noviembre de 2001 el PSA celebr¨® su congreso constituyente. Pese a que Pacheco no se incorpor¨® hasta dos meses antes de la puesta de largo como partido, desde el mismo instante que naci¨® la formaci¨®n le dio cobertura medi¨¢tica con el soporte del grupo mixto de la C¨¢mara auton¨®mica. El jerezano quiso estar en un segundo plano y no opt¨® a la secretar¨ªa general, que dirige Valenzuela, y pas¨® a ser el coordinador de un ¨®rgano de 24 miembros que tiene como tareas, entre otras, las de velar por la l¨ªnea ideol¨®gica, designar a los diferentes candidatos y aprobar los programas electorales.

El PSA se define como nacionalista, federalista y ubicado claramente en el espacio ideol¨®gico de la izquierda. En este aspecto, los andalucista del PSA han insistido mucho: no se trata de una formaci¨®n s¨®lo nacionalista, es tambi¨¦n socialista y su objetivo es darle un nuevo contenido a la socialdemocracia en el Sur. "Nos quieren encasillar como alternativa al PA", repiten sus miembros, "pero aparte de Blas Infante, queremos pol¨ªticas sociales y progresista sin confusi¨®n ideol¨®gica alguna". Reivindican la m¨¢xima capacidad de autogobierno para Andaluc¨ªa, sin llegar a la autodeterminaci¨®n, la autonom¨ªa local y la divisi¨®n comarcal como elemento vertebrador pol¨ªtico, administrativo, cultural y social del territorio andaluz. El municipio, seg¨²n el PSA, es la base de la aut¨¦ntica democracia social, una de las caracter¨ªsticas del nacionalismo andaluz.

Aunque en un principio el PSA baraj¨® establecer coaliciones electorales, finalmente no ha sido as¨ª. No obstante, planean establecer pactos una vez que se celebren los comicios donde sea posible porque "en democracia lo ideal es el consenso". La idea, aseguran, es apoyar a la lista m¨¢s votada para garantizar la gobernabilidad y que los ayuntamientos sean una pieza de la autonom¨ªa. Del cat¨¢logo de socios virtuales, el PSA borra sin lugar a matices o condicionantes a sus antiguos compa?eros del PA, con quien sostiene una relaci¨®n ¨²nicamente en el ¨¢mbito del insulto.

No es la primera vez que este peque?o espacio electoral en Andaluc¨ªa se parte en dos. La teor¨ªa de los ciclos hist¨®ricos se cumplen en el andalucismo con una exactitud asombrosa. En 1993, los cr¨ªticos del PA -capitaneados tambi¨¦n por Pacheco- crearon el Partido Andaluz de Progreso (PAP) y los puntales de uno y otro lado fueron los mismos: Pacheco y el ahora presidente del PA Alejandro-Rojas Marcos. Aunque en la ¨²ltima crisis ha irrumpido como tercer hombre Antonio Ortega, consejero de Turismo y secretario general del PA, que sustituir¨¢ a Pacheco como candidato a las elecciones auton¨®micas previstas para el pr¨®ximo a?o.

Precisamente la antigua pertenencia al PA de la mayor¨ªa de los miembros del PSA ha creado una cierta confusi¨®n en el electorado, que no diferencia con claridad que el PSA es un partido distinto al PA. Al enredo contribuye la circunstancia de que PSA son las siglas hist¨®ricas que cre¨® Alejandro Rojas-Marcos en 1976 y que posteriormente se transformar¨ªan en el PA. La nueva formaci¨®n ha realizado una campa?a para desligarse de su partido matriz, pero sondeos de varios organismos y otras fuerzas se?alan que la confusi¨®n persiste.

El PSA no contar¨¢ casi con cobertura en los espacios gratuitos de las televisiones p¨²blicas. Los nacionalista recurrieron a la Junta Electoral de Zona despu¨¦s de que el Consejo de Administraci¨®n de la RTVA ordernara estos espacios, los debates y las entrevistas sin que apenas tuvieran tiempo. El fallo no pudo ser m¨¢s desfavorable: los partidos que no han concurrido en las elecciones inmediatamente anteriores no tienen derecho a publicidad seg¨²n el n¨²mero de concejales que tienen ahora, ya que se presentaron bajo otras siglas. Y no ¨²nicamente en la RTVA, sino en todas las emisoras p¨²blicas, incluida Onda Jerez. Conclusi¨®n: el PA, que en esta ciudad ya no tiene concejales, disfruta del tiempo de los 12 ediles de Pacheco. Quiz¨¢s por eso los espacios gratuitos se emiten a altas horas de la madrugada.

Menos en Huelva, el PSA se presentan en todas las grandes ciudades. Por Algeciras concurre Manuel Garnica Gil, asesor fiscal, de 44 a?os. Uno de los fundadadores del PSOE algecire?o en 1977, asienta su discurso en la creaci¨®n de empleo y la construcci¨®n de viviendas sociales. Est¨¢ convencido de que conseguir¨¢ cuatro o cinco concejales para ser "el partido bisagra" que le permita formar gobierno.

La candidata de C¨¢diz es Carmen Garc¨ªa Fern¨¢ndez, quien se incorpora por primera vez a un proyecto pol¨ªtico. Abogada, de 37 a?os, lleva 13 trabajando en promoci¨®n econ¨®mica y desarrollo local en diferentes administraciones p¨²blicas. Consciente de las escasas expectativas electorales, Garc¨ªa confiesa que sus miras est¨¢n puestas en un futuro m¨¢s lejano. Jos¨¦ Garc¨ªa Garc¨ªa, de 52 a?os y joyero, es el cartel del C¨®rdoba. Propone una dura lucha contra el paro y destinar el 3% del empleo p¨²blico del ayuntamiento a las mujeres maltratadas. Encarnaci¨®n Cruz Matilla, abogada laboralista de 41 a?os, que fuera concejal en el Ayuntamiento almeriense por el PA en el mandato de 92-95, encabeza la candidatura del partido, cuyo reto es "obtener, al menos, una o dos actas de concejal".

Jos¨¦ Mu?oz Cano, comerciante de 59 a?os, se presenta en Ja¨¦n. Mu?oz, que regenta dos pescader¨ªas, cree que es necesario que las administraciones central y auton¨®mica tripliquen su apuesta inversora en la capital durante al menos 10 a?os. "No somos ut¨®picos, creemos que podemos conseguirlo", subraya. Por M¨¢laga concurre Jos¨¦ Antonio Jaime Heredia, de 35 a?os. Entre sus reivindicaciones figuran un tranvia a¨¦reo monorrail como alternativa al metro y crear una concejal¨ªa de familia.

Jes¨²s Valenzuela, secretario general del PSA, es el cartel de Granada. En la actualidad es concejal y el turismo y el deporte son las ¨¢reas sobre las que ha volcado sus mensajes de campa?a. Fue la persona clave para implantar en Granada un equipo de gobierno de progreso junto con PSOE e IU.

Antonio Rescalvo no es en nuevo en la pol¨ªtica. Ha sido concejal de Sevilla durante el mandato 1995-1999 por IU y tambi¨¦n fue edil de 1983 a 1987. Catedr¨¢tico de franc¨¦s del instituto Pol¨ªgono Sur, uno de sus objetivos es impulsar la pol¨ªtica social para acabar con la exclusi¨®n y la marginalidad.