Casi medio siglo
Conoc¨ª a Jos¨¦ Manuel Lara Hern¨¢ndez en octubre de 1954, cuando Ana Mar¨ªa Matute gan¨® el Premio Planeta, que entonces se otorgaba en Madrid, con su novela Peque?o teatro. La presentaci¨®n de la obra, en Barcelona, se celebr¨® en el Ateneo -que hasta 1977 no recuperar¨ªa su denominaci¨®n de
origen, Ateneu-, sede, entonces, de la Escuela Oficial de Periodismo, en la que yo estaba matriculado, y revisti¨® caracteres singulares: la autora de la obra premiada no se present¨®. Las explicaciones de Lara, pese a sus muchas tablas, en aquella ocasi¨®n fueron confusas, e intent¨® justificar la ausencia de la Matute por dificultades de transporte que a nadie convencieron. En los pasillos, como es l¨®gico, corrieron los rumores m¨¢s disparatados: su marido era en aquellas fechas el escritor oral Ram¨®n Eugenio de Goicochea -era la primera vez que se o¨ªa su nombre, y lo relacion¨¦, err¨®neamente, con el pol¨ªtico mon¨¢rquico Antonio Goicoechea, al que, en tiempos, los partidarios del Conde de Barcelona llamaban la bien
pag¨¢, por haber sacrificado sus convicciones din¨¢sticas, dec¨ªan, a cambio de la presidencia del Banco de Espa?a-. Ram¨®n Eugenio, seg¨²n aquellos rumores, al hacerse p¨²blico que su mujer hab¨ªa ganado un premio tan sustancioso econ¨®micamente habr¨ªa estado retenido en Madrid, judicialmente, a instancias de sus numerosos acredores; repito que eran s¨®lo rumores, que contribuyeron a caldear el ambiente. Pero Lara no era hombre que se arredrase f¨¢cilmente, y agarr¨® el toro por los cuernos. Abierto el coloquio dijo que quienes formulasen las cinco primeras preguntas ser¨ªan obsequiados con un ejemplar de la obra ganadora. Acept¨¦ el reto, y fui el segundo o el tercero de los asistentes en pedir la palabra. Precisamente aquel d¨ªa se hab¨ªan publicado en el diario Arriba, de Madrid, unas malhumoradas declaraciones de P¨ªo Baroja, quej¨¢ndose de que Lara editaba sus libros sin abonarle los anticipos pactados.
-?C¨®mo es posible, se?or Lara, que alardee usted de pagar 40.000 pesetas a la ganadora del premio, Ana Mar¨ªa Matute, cuando don P¨ªo Baroja le acusa hoy en la prensa de Madrid [al llegar aqu¨ª exhib¨ª, infantilmente triunfante, yo ten¨ªa 19 a?os, el ejemplar del diario] de que usted le adeuda sus derechos de autor?
Lara, por supuesto, no se cort¨®:
-Ezo e falzo. Ziguiente pregunta.
Tal vez aquel min¨²sculo episodio le impuls¨® a colocar en el vest¨ªbulo de la nueva sede de Editorial Planeta, en la calle de Fernando Agull¨®, una foto ampliada, muy espectacular, en la que, junto a su mujer, Mar¨ªa Teresa Bosch, aparec¨ªa d¨¢ndole a Baroja un fajo de billetes.
Fuese como fuese, desde aquel momento iniciamos una relaci¨®n personal de casi medio siglo nunca interrumpida, ni siquiera despu¨¦s de mi salida de Planeta; en 1973 me pidi¨® que trabajase para ¨¦l, por libre, como director de una colecci¨®n de historia, que bautic¨¦, por sugerencia de Pere F¨¤bregues, Espejo de Espa?a, frente a mi propuesta inicial de titularla, cielos, Speculum Hispaniae. Y en octubre de aquel a?o su hijo Jos¨¦ Manuel me ofreci¨® la direcci¨®n literaria de Planeta, que acept¨¦ compatibilizando ambos cargos, en los que permanec¨ª m¨¢s de 20 a?os, hasta abril de 1995, con ¨¦pocas de bonanza y otras conflictivas.
En la hora de su muerte un balance de urgencia ha de tener presente tres aciertos de Jos¨¦ Manuel Lara Hern¨¢ndez en el campo editorial: la edici¨®n espa?ola de la Gran Enciclopedia Larousse, con un equipo en el que contaba la val¨ªa de cada uno de sus miembros, al margen de su militancia o sus convicciones pol¨ªticas; la creaci¨®n y la continuidad del Premio Planeta de Novela, que ha servido si no para descubrir nuevos valores, tal como m¨¢s de una vez ¨¦l mismo hab¨ªa explicado, s¨ª para aportar nuevos lectores, y la colecci¨®n Espejo de Espa?a, un referente imprescindible, con 178 t¨ªtulos publicados, para un mejor entendimiento de la Segunda Rep¨²blica, la Guerra Civil, la larga noche del franquismo y, sobre todo, la Transici¨®n de la Dictadura a un sistema democr¨¢tico de libertades formales.
Rafael Borr¨¤s Betriu es escritor y editor.
Babelia
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