Una ministra deja el Gobierno de Blair tras acusarle de seguir "los errores de EE UU"
Clare Short cree que el primer ministro "est¨¢ obsesionado con tener un lugar en la historia"
Tras varios meses amagando, Clare Short decidi¨® ayer por fin abandonar el Gobierno brit¨¢nico por sus discrepancias sobre la reconstrucci¨®n de Irak y el pobre papel reservado para Naciones Unidas. Al despedirse, la ya ex ministra de Desarrollo Internacional lanz¨® en los Comunes un furibundo ataque contra las maneras presidencialistas de Tony Blair y su obsesi¨®n "por conseguir un lugar en la historia". Parad¨®jicamente, su marcha parec¨ªa un alivio para el primer ministro y ha permitido ocultar, aunque sea por unas horas, otro debate que amenaza la estabilidad del Gabinete brit¨¢nico: el euro.
La marcha de Clare Short estaba cantada desde que amenaz¨® con dimitir si la invasi¨®n de Irak se produc¨ªa sin una resoluci¨®n de Naciones Unidas pero luego decidi¨® permanecer en el Gobierno. Desprestigiada ante la opini¨®n p¨²blica y sus compa?eros, Short decidi¨® ayer marcharse antes de que Blair la echase este verano.
Pero, fiel a una obstinaci¨®n que en el pasado la llev¨® a dimitir dos veces del Gobierno en la sombra estando en la oposici¨®n, Clare Short se ha marchado dando un portazo. Sus palabras de despedida desde los esca?os de los Comunes, lejos ya de la primera fila, no tuvieron el calado y solemnidad de las pronunciadas semanas atr¨¢s por Robin Cook, la primera baja del Gabinete por su oposici¨®n a la guerra de Irak. Pero sus ataques al que hasta hac¨ªa unas horas hab¨ªa sido su Gobierno, y sobre todo al primer ministro, han sido la m¨¢s dura cr¨ªtica jam¨¢s lanzada contra Tony Blair desde que lleg¨® al poder. Los analistas los comparaban ayer con la diatriba lanzada en 1992 por el dimitido canciller del Exchequer (ministro del Tesoro), Norman Lamont, que le espet¨® a John Major esta despectiva frase: "Usted est¨¢ en el cargo, pero no en el poder".
Short lanz¨® contra Blair todos los agravios acumulados en seis a?os en el Gabinete. Le acus¨® de "cometer un grave error al dar cobertura a los errores de Estados Unidos", de estar "cada vez m¨¢s obsesionado por conseguir un lugar en la historia" y de gobernar con un estilo "presidencial" contrario al esp¨ªritu colectivo de un Gabinete.
"No hay verdadera responsabilidad colectiva porque no hay colectivo, s¨®lo dictados a favor de ideas cada vez peores a trav¨¦s de iniciativas pol¨ªticas que llegan desde arriba", dijo, mientras los diputados m¨¢s pr¨®ximos al primer ministro se llevaban las manos a la cabeza.
La contundencia de su ataque la convierte para siempre en un enemigo del blairismo. Quiz¨¢ por eso uno de los primeros en abrazarla tras sus quince minutos de despedida fue el ayudante parlamentario de Gordon Brown, el canciller del Exchequer.
Aunque sus ataques amenazan con abrir una pol¨¦mica en el seno del laborismo, Clare Short le ha hecho un favor a Blair al dejar el Gobierno. Primero porque le ha ahorrado a ¨¦l el trabajo de echarla. Y segundo porque su dimisi¨®n ha permitido tapar, al menos por unos d¨ªas o unas horas, las hondas diferencias que vive el Gabinete en torno al tema que puede acabar rompiendo alg¨²n d¨ªa al Gobierno y quiz¨¢s el partido: el euro.
La guerra personal que enfrenta a Blair y Brown por la moneda europea es ya algo p¨²blico y ha dividido al Ejecutivo en dos bandos. El ministro del Tesoro se dispon¨ªa esta semana a proclamar ante el Parlamento que "todav¨ªa" no se cumplen las condiciones para que la libra pueda entrar en el euro. Y tambi¨¦n a dar por sentado que esas condiciones no se cumplir¨¢n hasta dentro de varios a?os y desde luego no durante esta legislatura.
Divisi¨®n sobre el euro
Pero Blair, que ha aceptado que no puede haber refer¨¦ndum este a?o, quiere dejar abiertas las puertas a una convocatoria antes de las pr¨®ximas elecciones, previstas para el a?o 2005 o 2006. Y en ese sentido le presionan parte de sus ministros, otros pol¨ªticos y numerosos empresarios. Sin embargo, despu¨¦s de semanas de discusiones, ministro y primer ministro siguen sin ponerse de acuerdo.
La diferencia de esta crisis con otras es que los partidarios del s¨ª al euro ya no se quedan callados. Decenas de ejecutivos de empresas multinacionales como Vodafone, British Petroleum, Boeing, Siemens o Ford, han proclamado p¨²blicamente que si la libra no ingresa corren peligro sus inversiones en el Reino Unido. Y la plataforma Gran Breta?a por Europa, defensora del ingreso y muy pr¨®xima a Blair, ha amenazado con disolverse si el Gobierno da a entender que el refer¨¦ndum se retrasar¨¢ varios a?os. Y empiezan tambi¨¦n a decir lo que hasta ahora callaban: que si el Gobierno no demuestra que de verdad quiere entrar en el euro, jam¨¢s cambiar¨¢n las encuestas que vaticinan la victoria del no en un refer¨¦ndum.
Entretanto, el ministro del Interior, David Blunkett, planea endurecer la legislaci¨®n antiterrorista ampliando el tiempo de detenci¨®n sin juicio de una semana a 14 d¨ªas, siempre que lo decida un tribunal, y castigar con mayores penas la falsificaci¨®n de pasaportes y permisos de conducir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.