El valor de una foto
El d¨ªa 9 de mayo, cuando compr¨¦ EL PA?S, me qued¨¦ sorprendido por la foto de la portada. Estuve bastante tiempo observ¨¢ndola, y la verdad es que una serie de pensamientos contradictorios vinieron a mi cabeza.
En ella se puede ver c¨®mo un soldado le da calor con su propio cuerpo a un inmigrante, que ha llegado exhausto a las playas de Tarifa. Pero la imagen irradia un sentimiento dif¨ªcil de describir. El/la inmigrante (no s¨¦ si es hombre o mujer) est¨¢ con los ojos cerrados, tapado con una manta, y un soldado encima de ¨¦l/ella, d¨¢ndole el calor de su propio cuerpo, con los ojos cerrados, como un padre har¨ªa por su hijo. Debo decir que me impresion¨® much¨ªsimo.
Yo soy una persona que no hizo la mili, fui objetor, el Ejercito no es santo de mi devoci¨®n precisamente. Al mismo tiempo, tampoco estoy de acuerdo con el trato inhumano por el que han de pasar los inmigrantes que vienen a Espa?a, que llegan porque se est¨¢n muriendo de hambre, y que si alcanzan la costa y no se ahogan, les tratamos como si fuesen delincuentes. Sin embargo, surge una imagen como ¨¦sta y me ayuda a creer en la dignidad del hombre de nuevo.
Gracias, soldado como quiera que te llames, gracias por tu acci¨®n; deber¨ªamos averiguar c¨®mo te llamas y condecorarte, s¨ª; por esto s¨ª debieran condecorarte, no por volver victorioso de un bombardeo. Y al/la inmigrante, perd¨®n, perd¨®n mil veces por el ego¨ªsmo de este Primer Mundo que os da la espalda de esta manera, y mi esperanza de que esto alguna vez cambie gracias a que personas dignas como el soldado que te abraz¨® entre su cuerpo abunden en todos los estamentos de nuestra sociedad.
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