Por sus frutos los reconocer¨¦is
Considera el autor que la pol¨ªtica de vivienda
del Gobierno vasco est¨¢ ofreciendo
unos nefastos resultados en su gesti¨®n.
Hace m¨¢s de 10 a?os, uno de los economistas m¨¢s pragm¨¢ticos de este pa¨ªs, Antton P¨¦rez de Calleja, reci¨¦n contratado por el anterior alcalde de Vitoria-Gasteiz, Jos¨¦ Angel Cuerda, como asesor, le dijo en una reuni¨®n con funcionarios y concejales del Ayuntamiento que solo exist¨ªan tres pol¨ªticas de vivienda: la mala, la regular y la buena. La primera se caracteriza por la subida de los precios, la segunda por el mantenimiento y la tercera por la bajada, lo dem¨¢s son adornos y consideraciones filos¨®ficas para consumo electoral. Del mismo modo se criticaron las pol¨ªticas de mercado de trabajo de los gobiernos socialistas porque no disminu¨ªa el paro, etc¨¦tera.
El viceconsejero de Vivienda, Jos¨¦ Javier De¨¢n, puede ponerse como quiera, pero su pol¨ªtica de vivienda es mala porque sus resultados son malos. La subida del precio anual de la vivienda es de un 14%, no del 7% -dato trimestral que va unido a la reducci¨®n de un 13% de la oferta de vivienda-. Adem¨¢s se construyen menos viviendas que en los a?os 70, lo cual es absolutamente irracional y ajeno a la l¨®gica de cualquier otro sector econ¨®mico, dado el progreso tecnol¨®gico vivido en los ¨²ltimos 30 a?os.
El incremento del precio de la vivienda en Euskadi ha doblado la media de Espa?a en los ¨²ltimos 14 a?os, cuando Espa?a a su vez ha doblado la media de la UE. La vivienda ha incrementado el triple que los salarios en los ¨²ltimos siete a?os. Todos los analistas y expertos coinciden en que la principal causa de la subida es la escasez de suelo edificable y la incorrecta gesti¨®n p¨²blica del mismo durante los ¨²ltimos 20 a?os, derivada principalmente del modelo de gesti¨®n municipal, que ha compensado sus d¨¦ficits de financiaci¨®n recurriendo a la absorci¨®n de plusval¨ªas y a la especulaci¨®n p¨²blica con el valor del suelo.
Las intenciones pol¨ªticas y morales del se?or De¨¢n pueden ser exquisitas, pero los resultados de su gesti¨®n son nefastos, y lo peor de todo es que, en vez de rectificar, pretende perseverar en sus errores.
Nos llama la atenci¨®n que a estas alturas de la pel¨ªcula proponga una pol¨ªtica de vivienda de hiperregulaci¨®n del mercado, al l¨ªmite de convertirle en un mercado p¨²blico, con la consiguiente limitaci¨®n de la libre iniciativa privada y del derecho de propiedad (penalizaci¨®n fiscal de las viviendas de inversi¨®n, patrimonio, etc¨¦tera) cuyos efectos demostrados hist¨®ricamente han sido una mala asignaci¨®n de recursos, un incremento de los precios, un descenso de la competencia, y por lo tanto de la innovaci¨®n, la calidad y la libre elecci¨®n del producto. Perd¨®neme, pero usted o est¨¢ reinventando la p¨®lvora o nos est¨¢ proponiendo un modelo de econom¨ªa p¨²blica bastante grosero y burocratizado.
Podemos aceptar que hay mercados imperfectos y que por tanto es necesaria la regulaci¨®n p¨²blica y la compensaci¨®n a los sectores perjudicados, pero lo que ustedes est¨¢n haciendo es producir una grav¨ªsima distorsi¨®n en el mercado y en la sociedad al confundir el acceso a la vivienda como uso o servicio (alquiler) con el acceso a la propiedad. En una sociedad sana se accede a la propiedad a trav¨¦s del salario, el ahorro o los beneficios de la actividad econ¨®mica, no a trav¨¦s de loter¨ªas con fondos p¨²blicos. Es injusto socialmente y demoledor econ¨®micamente que unos ciudadanos tengan que trabajar 20 a?os para acceder a la propiedad y a otros les toque la loter¨ªa p¨²blica con los impuestos que pagan los que adem¨¢s tienen que comprar en el mercado libre.
El precio de la vivienda y su escasez hacen que la CAPV tenga dificultades para atraer mano de obra que necesitamos, presiona al alza unos salarios que son ya los m¨¢s altos del Estado, haci¨¦ndonos cada vez menos competitivos, y sobre todo pone en peligro el sistema econ¨®mico al provocar un alto nivel de endeudamiento familiar que perjudica la capacidad de ahorro e inversi¨®n privada, y por lo tanto ralentiza el crecimiento econ¨®mico.
Si adem¨¢s tuvi¨¦ramos la desgracia de una subida de tipos de inter¨¦s o un estancamiento de la demanda y ca¨ªda r¨¢pida de precios de mercado, podr¨ªamos provocar el estallido de la burbuja financiero-inmobiliaria, con consecuencias impredecibles para nuestra econom¨ªa.
No entendemos que el Gobierno vasco y el lehendakari, cuyos partidos, que sepamos, siguen defendiendo un modelo de econom¨ªa de mercado (social o no), apoyen esta pol¨ªtica priorizando una mayor¨ªa num¨¦rica por encima de pol¨ªticas reales que rayan lo suicida en t¨¦rminos econ¨®micos.
Se?or viceconsejero, el problema de las personas bien intencionadas como usted, que ponen su concepci¨®n ideol¨®gica y moral delante de sus ojos es que no alcanzan a ver el funcionamiento del mundo real, y casi siempre su siembra moralista acaba produciendo una cosecha de pobreza. Los empresarios de la construcci¨®n nos podemos equivocar, pero tenga en cuenta que un empresario no es nadie si no logra satisfacer las necesidades de su cliente al precio que puede pagar y a la calidad que se le exige. Para esto debemos crear unas condiciones que favorezcan un funcionamiento competitivo del mercado y una regulaci¨®n institucional que defienda el inter¨¦s general.
Nosotros no nos re¨ªmos de nadie, pero usted y su pol¨ªtica s¨ª nos decepcionan a todos, empresarios y demandantes de vivienda. Nuestra propuesta es la colaboraci¨®n p¨²blico-privada, pero si usted se quiere erigir en juez supremo y poseedor de la verdad, si la Administraci¨®n pretende sustituir al mercado, va a causar un grave quebranto para la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos. Al menos, eso nos ha ense?ado la historia en los ¨²ltimos 100 a?os.
Jos¨¦ Manuel Farto es secretario general de SEA-Empresarios de ?lava.
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