Los 36 art¨ªculos falsos de Jayson Blair
'The New York Times' publica en cuatro p¨¢ginas una investigaci¨®n sobre los enga?os y plagios de uno de sus periodistas
Hace dos semanas, el diario estadounidense The New York Times (NYT) descubri¨® que Jayson Blair, una de sus j¨®venes figuras, era un fraude. Blair hab¨ªa plagiado, copiado, inventado, exagerado y falsificado muchos de sus art¨ªculos, algunos de ellos en portada, a lo largo de los ¨²ltimos meses. Era una incre¨ªble mancha en los 152 a?os de historia del rotativo neoyorquino. El pasado domingo, en un ejercicio de contrici¨®n sin precedentes, el peri¨®dico despleg¨® a lo largo de cuatro p¨¢ginas cuidadosamente investigadas un relato detallado de los errores y enga?os de Blair. La profesi¨®n ha acogido el inesperado mea culpa como un sano ejemplo de integridad, aunque algunos siguen pregunt¨¢ndose c¨®mo algo tan obvio pudo ocurrir en el templo del periodismo mundial.
Es el mayor esc¨¢ndalo que salpica a la prensa estadounidense desde que en 1981 el Washington Post renunciara a un premio Pulitzer tras descubrir que una de sus periodistas, Janet Cook, hab¨ªa exagerado considerablemente su art¨ªculo sobre un ni?o drogadicto.
Ha habido otros episodios m¨¢s recientes, menos graves pero recurrentes: un fot¨®grafo del Los Angeles Times retoc¨® una de sus fotos de la guerra en Irak para a?adirle dramatismo; dos periodistas del Salt Lake Tribune vendieron datos al tabloide National Enquirer sobre el secuestro de Elizabeth Smart, el gran suceso del pasado verano. Hace unos a?os,un columnista del The Wall Street Journal, Foster Williams, fue condenado por vender informaci¨®n privilegiada. El New Republic y The Boston Globe tambi¨¦n tuvieron en su momento que reconocer p¨²blicamente algunos episodios de reportajes fraudulentos.
"Es un enorme morat¨®n en el ojo", reconoci¨® Arthur Och Sulzberger, editor del NYT y heredero de la dinast¨ªa que lleva 107 a?os controlando el diario. "Es una brecha en la confianza que los lectores han depositado en nosotros", dijo.
Jayson Blair, de 27 a?os, llevaba cinco trabajando para el diario. Empez¨® mintiendo, asegurando que se hab¨ªa licenciado en periodismo, una carrera que abandon¨® en el ¨²ltimo a?o. Poco a poco se fue haciendo un nombre como un j¨®ven reportero ambicioso. Sus temas eran siempre muy buenos. Quiz¨¢ demasiado. Y empez¨® a cometer errores. El periodista justific¨® entonces su comportamiento err¨¢tico por "problemas personales". Nunca fue a Cleveland para cubrir la misa de un reverendo cuyo hijo hab¨ªa muerto en la guerra. Se qued¨® en Nueva York. Tampoco habl¨® con la familia de otro militar desaparecido. Lo copi¨® de Associated Press.
Nadie lo supo hasta que hace dos semanas se descubri¨® que hab¨ªa plagiado un art¨ªculo del San Antonio Express-News sobre la madre de un soldado desaparecido en Irak. Y todo estall¨®. Despu¨¦s de 150 entrevistas, el NYT reconoci¨® que al menos 36 de los 73 art¨ªculos publicados por el periodista desde el pasado octubre, cuando se incorpor¨® a la secci¨®n de nacional, fueron ampliamente manipulados.
"El se?or Blair era s¨®lo uno de los 375 reporteros del NYT. No llevaba mucho. Pero el da?o que ha hecho al peri¨®dico y a sus empleados no se borrar¨¢ del todo, ni esta semana, ni este mes ni sin duda el a?o que viene", asegur¨® la confesi¨®n publicada el domingo. Puso incluso a la disposici¨®n de los lectores un correo electr¨®nico retrace@nytimes.com para recabar posibles nuevas denuncias.
El extenso art¨ªculo tambi¨¦n deja entrever un atisbo de cr¨ªtica para con el director del NYT, Howell Raines, que tom¨® las riendas del coloso neoyorquino con la idea de promover un periodismo m¨¢s agresivo, m¨¢s completo y en la medida de lo posible, ¨¦tnicamente m¨¢s diverso. Blair, un joven periodista negro, correspond¨ªa al nuevo perfil. "El chico tiene muchas ganas", coment¨® Raines sobre el principiante cuando decidi¨® mandarle, junto con otros siete reporteros, a cubrir los asesinatos del francotirador de Washington.
Su ¨ªmpetu le llev¨® a publicar un art¨ªculo en portada con detalles sobre la detenci¨®n de John Muhammad que luego resultaron ser falsos y provocaron la ira de la polic¨ªa local. Pese a las cr¨ªticas, Raines no inform¨® al jefe de nacional, de los incidentes ocurridos en otras secciones con Blair e incluso mand¨® un correo electr¨®nico de felicitaci¨®n al periodista por su "trabajo de calle". El director del NYT reconoci¨® luego que en ning¨²n momento vislumbr¨® la "tendencia patol¨®gica" de Blair a inventarse los hechos. "Pens¨¦ que era alguien que hab¨ªa trabajado duro en conseguir buenos art¨ªculos".
En la redacci¨®n sin embargo, Blair ya se hab¨ªa hecho una p¨¦sima reputaci¨®n. Al poco de empezar, en abril del 2002, el jefe de local, Jonathan Landman, en un correo electr¨®nico avis¨® a la direcci¨®n de que Blair "ya no pod¨ªa trabajar para el Times".
El mea culpa del NYT termina de forma dram¨¢tica. "El se?or Blair ya no es bienvenido en la redacci¨®n que tantas veces le costaba dejar. Muchos de sus amigos est¨¢n furiosos contra ¨¦l por su traici¨®n y con el Times por no haber hecho caso omiso de los s¨ªntomas de su autodestrucci¨®n. Algunos se preguntan qu¨¦ pasar¨¢ con ¨¦l. El rector de la Universidad de Maryland ha sugerido amablemente que vuelva a la facultad y se grad¨²e".
Howell Raines tambi¨¦n anunci¨® la creaci¨®n de un comit¨¦ de vigilancia para "aprender de esta lecci¨®n" y citando a uno de sus predecesores, A.M. Rosenthal, a?adi¨®: "Cuando te equivocas en esta profesi¨®n, s¨®lo se puede hacer una cosa: corregirlo lo antes posible".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.