"Es falso el mito del asesino en serie culto e inteligente"
Robert K. Ressler cuenta que se aficion¨® a investigar homicidios un verano cuando ten¨ªa ocho a?os con su pandilla de amigos y que desde entonces no ha hecho otra cosa en el ej¨¦rcito estadounidense (1957-1970), el FBI y la empresa que mont¨® en 1990, especializ¨¢ndose en asesinatos en serie.
Pregunta. Despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os investigando cr¨ªmenes, ?le queda algo que aprender o de lo que sorprenderse?
Respuesta. Uno nunca deja de aprender, y aunque hay muchos patrones que se repiten, siempre hay nuevos giros. Le voy a dar un ejemplo. Lo normal es que los asesinos en serie fueran hombres de entre 30 y 40 a?os, pero ¨²ltimamente est¨¢n apareciendo casos de adolescentes, que asesinan en las escuelas. Es algo que me sorprende. Me gustar¨ªa saber los motivos que llevan a estos chavales a cometer estos cr¨ªmenes.
"Queda mucho que aprender de los asesinatos masivos en las escuelas"
P. ?En qu¨¦ se diferencian de los adultos?
R. A¨²n no hay suficiente informaci¨®n. El FBI ha hecho un estudio pero no ha llegado a ninguna conclusi¨®n, m¨¢s all¨¢ de obviedades, como que se trata de chavales solitarios, introvertidos y con fracaso escolar. De lo que no hay duda es que no acumulan las d¨¦cadas de frustraciones que influyen en los asesinatos de los adultos. Hay mucho que aprender de los asesinatos de j¨®venes.
P. ?Cu¨¢l es el caso m¨¢s complicado al que se ha enfrentado?
R. [Piensa durante unos segundos] Quiz¨¢s el de un juez de Cleveland que contrat¨® a un asesino a sueldo para matar a su mujer en 1971. Me cost¨® siete a?os sentar en el banquillo al juez, el asesino y dos colaboradores. Y, de hecho, a¨²n colea ya que me han llamado para una vista sobre una libertad condicional de un colaborador.
P. ?Cu¨¢l fue el motivo?, ?cobrar el seguro de vida?
R. M¨¢s bien no cre¨ªa en el divorcio [risas]. Estaba liado con una mujer y quer¨ªa deshacerse de su esposa.
P. ?Y la investigaci¨®n que m¨¢s le ha afectado?
R. La de un cadete de las fuerzas a¨¦reas que trabajaba en el mantenimiento de radares llamado John Joubert, de Omaha. Fue un caso dram¨¢tico. Lo detuvimos en 1983 cuando estaba a punto de matar a su cuarta v¨ªctima. Era un joven de 19 a?os que desde su adolescencia ten¨ªa fantas¨ªas sexuales con relaciones con chicos j¨®venes aunque no era sexualmente activo y mat¨® a tres chavales. Era un criminal en serie de libro que hubiera seguido matando si no lo hubi¨¦ramos identificado. Ten¨ªa un perfil muy claro: muy introvertido, sin amigos, sin relaciones con sus compa?eros de trabajo, sin novia, pero muy inteligente.
P. ?Est¨¢ justificada la atenci¨®n que despiertan estos casos?
R. La industria del entretenimiento y los medios informativos le dan m¨¢s cobertura a estos hechos de lo que merecen. Pero responden a las necesidades del p¨²blico. No es nada nuevo, la sociedad siempre ha prestado atenci¨®n a estos temas, antes con novelas y ahora con pel¨ªculas. La gente quiere asomarse al abismo y ver lo peor de la condici¨®n humana. Curiosamente, el mayor p¨²blico es el de mujeres adolescentes y hasta 30 a?os, lo que coincide con las potenciales v¨ªctimas.
P. ?A qu¨¦ responde el mito del psic¨®pata culto e inteligente?
R. Esto es falso. El modelo del gran duelo entre el afamado investigador y el asesino malvado e inteligente es un invento de los medios. Por contra, suelen ser perdedores, inadaptados que pueden ser especialmente listos, pero en todo caso no usan esta inteligencia para nada que valga la pena.
P. ?Le ha admirado alguna faceta de los criminales con los que ha tratado?
R. Admiraci¨®n es decir demasiado. S¨ª me impresion¨® Jeffrey Dahmer [conocido como el carnicero de Milwakee por descuartizar a 17 v¨ªctimas]. Siempre me dio informaci¨®n muy fiel y ajustada.
P. ?Qu¨¦ recuerda de su encuentro con Charles Manson? [asesin¨® a Sharon Tate, la mujer de Roman Polanski en 1969]
R. Era un absoluto manipulador, un estafador y un eg¨®latra. Le gustaba mucho actuar y gastar bromas.
P. Usted ha participado como asesor en pel¨ªculas o series. ?Siguen sus consejos?
R. [Risas]. Bueno, yo aconsejo, otra cosa es lo que hagan. En el cine o la televisi¨®n suelen pecar de exceso de espectacularidad.
P. ?Cree usted que la facilidad del acceso a las armas de fuego en Estados Unidos es un factor que favorece los asesinatos en serie?.
R. Si no hubiera pistolas o fusiles, emplear¨ªan bombas, cuerdas, palos o rocas, incluso bol¨ªgrafos [gesticula como si se clavara el bol¨ªgrafo en el ojo]. Quiz¨¢s s¨ª influya en otros delitos, pero no en estos.
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