Los pantalones
Uno, a veces sin querer y a veces queriendo, comprende las dificultades que el PP tiene para intentar convencer a su electorado de la bondad de su programa. Las razones han sido muchas. Los dos ¨²ltimos a?os de gobierno, se mire por donde se mire, han venido a demostrar que a este grupo lo ¨²nico que le interesa de unas elecciones es el resultado. A partir de aqu¨ª, siempre que resulte elegido, no considera que tenga otra obligaci¨®n que no sea la de ejercer el poder durante todo el mandato electoral. Poco importa que los ciudadanos vayan por un lado o que sus decisiones puedan perjudicar seriamente a una comunidad. Lo importante es el poder. Lo hemos visto con motivo de la guerra y lo hemos padecido con el decretazo. Un decretazo que durante su vigencia tanto ha perjudicado a los trabajadores en general y al campo andaluz en particular. Ha dado igual. El jefe, como ¨¦l mismo ha dicho, es quien lleva los pantalones.
Un comentario, el de los pantalones, que no parece que se est¨¦ refiriendo a su casa, pues su Ana no ha dicho estos pantalones son m¨ªos, seguramente porque el comentario ni le iba ni le ven¨ªa. Adem¨¢s, lo importante era la boda de su ni?a en El Escorial y la concejal¨ªa del servicio social o como la quiera llamar. Tal vez , por esta raz¨®n y por muchas m¨¢s, cuando habla de pantalones, habla de pol¨ªtica.
De ah¨ª que un partido que acepta las decisiones pol¨ªticas de su jefe sin m¨¢s raz¨®n que la de sus pantalones y con la misma naturalidad que Te¨®fila por C¨¢diz, y candidata a la Junta, acepta que el campo andaluz se vaya a hacer g¨¢rgaras por un decretazo dado con los pantalones, les es complicado convencer que van a cumplir sus promesas.
Qu¨¦ duda cabe que existen excepciones a los pantalones. Pol¨ªticos del PP-A de Mor¨®n y el Campo de Gibraltar fueron algunos. Pero, en el fondo, existe miedo. Miedo a los pantalones de Aznar, pues la pol¨ªtica municipal puede estar subordinada a que un d¨ªa se levante y se los ponga. No pueden decir a los ciudadanos el programa es ¨¦ste, salvo que los pantalones digan otra cosa. La verdad es que PP-A lo tiene complicado, sobre todo cuando los pantalones son vaqueros y comprados en las Azores. En cualquier caso el 25 dir¨¢ si la ciudadan¨ªa quiere que se le gobierne por pantalones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.