Adi¨®s, Menem. 'Good morning', Argentina
Tras largos meses de irritaci¨®n y algunas semanas de esc¨¦ptica calma, el s¨¢bado 26 de Abril, un d¨ªa antes de la primera vuelta electoral, Argentina se parec¨ªa mucho a un inmenso quiosco de apuestas mutuas. Todos, pol¨ªticos y ciudadanos, jugaban a las combinaciones; y entre ellos, de manera muy destacada, Carlos S. Menem, El Turco, rebautizado El Mono en estos ¨²ltimos meses, quien esperaba ganar en la primera vuelta gracias a la cantidad de papeletas nulas propiciadas por el voto-bronca que ¨¦l mismo hab¨ªa contribuido generosamente a generar. Como en Argentina el porcentaje de votos a un candidato se establece en relaci¨®n a las papeletas v¨¢lidas emitidas y ¨¦stas no iban a ser muchas, con un poco de suerte su porcentaje podr¨ªa llegar al 40% a trav¨¦s de la inquebrantable aportaci¨®n de sus fieles, lo que hubiera sido suficiente para hacerse con la presidencia en primera vuelta (si el segundo no llegaba al 30%). Pero los argentinos, ay, lo sab¨ªan; como tambi¨¦n sab¨ªan que si optaban, como era su deseo, por la abstenci¨®n o por los candidatos alternativos a los grandes partidos hist¨®ricos, como L¨®pez Murphy, El Perro, o La Gorda Carri¨®, podr¨ªan encontrarse en segunda vuelta con un triunfo total de Carlos Sa¨²l, apoyado entonces por todo el espectro peronista.
?sta es la raz¨®n por la que muchos argentinos optaron a ¨²ltima hora por votar a alternativas marginales, renunciando al voto-bronca, aumentando as¨ª la masa de papeletas v¨¢lidas sobre los que realizar el c¨®mputo; y que otros muchos optaran por el binomio Kirchner-Scioli (El Bizco y El manco) buscando la divisi¨®n del voto peronista de cara a la segunda vuelta. Y eso hicieron, esperando que el sentimiento abrumadoramente mayoritario anti-Menem jugara como factor electoral dominante de cara al ballotage del d¨ªa 18, garantizando as¨ª la presidencia a Kirchner, lo cual, dentro del desastre general, podr¨ªa considerarse incluso como una buena noticia.
Esta misma semana, Menem, fracasada su ¨²nica estrategia posible, abandonaba el Hotel Presidente y dec¨ªa adi¨®s a los argentinos (esperemos que para siempre) desde su Rioja natal, dando por cerrada una de las p¨¢ginas m¨¢s tristes y corruptas de la historia argentina. Kirchner, por su parte, no lo va a tener nada f¨¢cil, pero, al menos, podr¨¢ gobernar sin demasiada presi¨®n por parte del Parlamento y de unos sindicatos con extraordinario poder pol¨ªtico netamente proclives al movimiento peronista. Si, adem¨¢s el santacruce?o consigue el apoyo, aunque sea condicionado, de Carri¨® y L¨®pez Murphy, miel sobre hojuelas.
No deben esperarse, desde luego, cambios revolucionarios, y tampoco creo que puedan producirse grandes avances en terrenos tan decisivos como el de la lucha contra la corrupci¨®n o el aligeramiento de las mastod¨®nticas estructuras pol¨ªtico-administrativas que han convertido el sector p¨²blico argentino en una especie de ogro autof¨¢gico e ineficiente que engulle cualquier incremento de los ingresos p¨²blicos. Baste recordar que a¨²n hoy numerosas provincias, y no precisamente las m¨¢s importantes, conservan un sistema representativo bicameral que consume una buena parte del presupuesto, sin que ello haya merecido menci¨®n relevante por parte de los candidatos durante la campa?a.
Pero, a pesar de todo, la realidad es que Argentina est¨¢ saliendo del colapso y el hecho de que Lavagna contin¨²e de Ministro de Econom¨ªa es una garant¨ªa indudable de que las cosas mejorar¨¢n a¨²n m¨¢s. Con una inflaci¨®n controlada en cifras de un d¨ªgito anual (a la espera de la descongelaci¨®n de las tasas p¨²blicas), un aumento significativo de la recaudaci¨®n fiscal, un tipo de cambio en el entorno de 2,80 pesos el d¨®lar, un horizonte de estabilidad y moneda ¨²nica liderado por Brasil, y la reactivaci¨®n del turismo y la industria (que ahora sustituye las importaciones), las condiciones parecen estar dadas para el cambio de tendencia.
S¨®lo falta esperar que el nuevo gobierno afronte de una vez por todas, con pol¨ªticas decididas, continuadas y contundentes, la mejora de la competitividad de sus peque?as y medianas empresas, y la modernizaci¨®n de su tejido productivo; como han hecho, por cierto, con total desparpajo y abundancia de recursos todos los gobiernos de pa¨ªses desarrollados, incluyendo los principales patrocinadores del discurso neoliberal dominante. Argentina no puede resignarse a ser s¨®lo un inmenso proveedor de cereales, carne y derivados l¨¢cteos para el mundo. Tiene que aprovechar el nuevo siglo para definir su estrategia a largo plazo en el seno del Mercosur, encontrar su verdadero papel en la econom¨ªa global, y, de paso, extraer todas las ventajas posibles de la ¨²nica riqueza que de verdad posee: la gran cantidad y calidad de su capital humano acumulado durante tanto tiempo, y, sin embargo, tan magramente utilizado en las ¨²ltimas d¨¦cadas por la inoperancia de los sucesivos gobiernos de todo signo y condici¨®n.
Suerte para Kirchner... a pesar de todo. Good morning Argentina.
Andr¨¦s Garc¨ªa Reche es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.