Sobre el mus y los nogales
No en vano este pa¨ªs tiene muchos nogales y ha sido el inventor del mus, ese juego donde se puede apostar a la grande con solo un siete y se puede pasar a la peque?a con tres ases; todo con la finalidad de enga?ar al contrario e inducirle a apostar m¨¢s fuerte en el lugar equivocado. Y me parece a m¨ª que en el problem¨®n de ETA las partes est¨¢n jugando sin olvidar las reglas del mus, aunque tambi¨¦n sin olvidar el sano deporte de que unos sacudan al ¨¢rbol y otros recojan las nueces.
Desconozco si existe un pacto expreso entre el PP y el PNV, aunque alguien bien significativo pol¨ªticamente dio a entender que s¨ª, pero la verdad es que su comportamiento puede interpretarse como una jugada magistral y maquiav¨¦lica de lo que en derecho de competencia se llama "acci¨®n concertada"; es decir, el comportamiento coordinado entre dos empresas aparentemente rivales (PP y PNV) para llevarse al huerto a una tercera (ETA), con la doble finalidad de hacerla desaparecer y, adem¨¢s, beneficiarse directamente por esa desaparici¨®n (votos). Para hacerlo no hace falta mas que conocerse bien y anticipar los movimientos del otro: yo hago esto sabiendo que t¨² haras lo otro, y viceversa.
El papel del PP es n¨ªtido. Debe conseguir una eficiencia policial sostenida que debilite a ETA profundamente, para lo que es absolutamente necesaria la colaboraci¨®n total de Francia, pues es sabido que ning¨²n grupo armado clandestino puede subsistir si no tiene una base relativamente a salvo de la represi¨®n y de la lucha directa.
Si bien la colaboraci¨®n francesa comenz¨® antes de la llegada del PP, justo es reconocer que ha sido en estos ¨²ltimos a?os cuando se refleja en la opini¨®n p¨²blica, y entre los milis, una sensaci¨®n creciente de que esta vez la presi¨®n en Francia va en serio. Incluso el peligro de que las veleidades militaristas de Aznar en Irak pudiera tener como contrapartida un enfriamiento de la colaboraci¨®n policial francesa parece excluida, si las ¨²ltimas detenciones de la polic¨ªa gala quieren decir algo.
Pero la novedad aportada por el PP ha sido la de acompa?ar esa estrategia de presi¨®n policial con una pol¨ªtica de segar la hierba bajo los pies de todo el entramado pol¨ªtico y social que ETA ha venido fomentando a su alrededor, al amparo del r¨¦gimen de libertades democr¨¢ticas. Con contundencia y constancia desacostumbradas, ha ido atacando legal y judicialmente a ese entramado, quitando el ox¨ªgeno a ETA aun a riesgo de dejar muchos pelos en la gatera del an¨¢lisis jur¨ªdico-pol¨ªtico.
Bajo el principio de que "no se deja jugar con una pistola en la mano y las cartas en la otra", el mundo de ETA ha ido viendo c¨®mo el aparato del Estado le desbanca de sus, hasta ahora, s¨®lidas posiciones en la sociedad vasca, hasta el punto de no poder ni siquiera competir en las elecciones municipales, y ve c¨®mo la sociedad vasca, cansada del matonismo y la violencia de este mundo, no reacciona m¨¢s all¨¢ de la manifestaci¨®n verbal m¨¢s o menos cre¨ªble.
Pero asustar a la manada no es suficiente, ya que la manada, por orgullo, tiende a no rendirse. Lo astuto es atraerla a una trampa donde se la pueda eliminar discreta y limpiamente; y es ah¨ª donde tienen sentido los movimientos del PNV. El PNV, cuya aspiraci¨®n a representar a todo el nacionalismo vasco es inveterada y consustancial, ha actuado como se esperar¨ªa de un partido que quiere destruir el hasta ahora n¨²cleo duro electoral del nacionalismo radical, pero que no puede dar la imagen de que colabora con el Estado para destruir a las ovejas descarriadas pero abertzales.
Con una mezcla explosiva de declaraciones altisonantes, rasgadura p¨²blica de vestiduras y el llamado proyecto Ibarretxe, ha creado un escenario cuasi perfecto para que los abertzales acudan a protegerse en sus brazos contra las amenazas del lobo nacionalista espa?ol. ?Caer¨¢ el reba?o electoral de Batasuna en esa celada?
Desde luego, los dirigentes de ETA tienen clara la maniobra del PNV, pero casi no tienen margen de maniobra para evitarla. En vano se desga?itan diciendo que el plan Ibarretxe es inasumible para el nacionalismo radical, cosa que puede ser cierta; que las protestas del PNV contra las medidas legales y judiciales son "l¨¢grimas de cocodrilo", cosa que tambi¨¦n puede ser cierta; e incluso pueden tener raz¨®n al denunciar la rapi?a del PNV cuando llama al "voto ¨²til" abertzale. Da lo mismo. Su mundo basado en la violencia no tiene escapatoria frente al abrazo del oso que le han preparado.
Lo gracioso de esta maniobra es que, adem¨¢s, da votos a sus actores. El PP sacude al nogal de ETA y el PNV recoge las nueces del electorado de Batasuna; pero, rec¨ªprocamente, el PNV vilipendia y amaga al Estado espa?ol -ellos que votaron en contra del derecho de autodeterminaci¨®n cuando se vot¨® la Constituci¨®n espa?ola-, de manera que sea el PP quien recoja las nueces electorales que se desprenden de ese ataque. No es causalidad que tras el Prestige o la guerra de Irak la baza electoral m¨¢s fuerte del PP sea la de presentarse como el drag¨®n que ha arrinconado a ETA y hacer veros¨ªmil su pronta desaparici¨®n, poniendo de paso a raya a todo el nacionalismo vasco.
El 25 de mayo se ver¨¢ si seguimos siendo tan buenos jugando al mus y recogiendo nueces.
Javier Olaverri es abogado y ex parlamentario de Euskadiko Ezkerra.
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