Rabat atribuye el ataque a un grupo marroqu¨ª pr¨®ximo a Al Qaeda
Detenidas 30 personas en Casablanca
El ministro de Justicia marroqu¨ª, Mohamed Buzubaa, se atrevi¨® ayer a dar, por fin, en una de las entrevistas que concedi¨®, el nombre de un grupo, la V¨ªa Justa, al que atribuy¨®, con cautela, la ola de violencia que padeci¨® la ciudad de Casablanca el pasado viernes por la noche. La V¨ªa Justa salt¨® a la palestra hace 16 meses y es una de las dos ramas marroqu¨ªes de Al Qaeda, la organizaci¨®n terrorista que dirige el saud¨ª Osama Bin Laden. La polic¨ªa marroqu¨ª ha efectuado una treintena de detenciones.
Despu¨¦s de unos titubeos, en los que se citaba a testigos que alud¨ªan a terroristas suicidas que hablaban ¨¢rabe con acento extranjero, las autoridades de Rabat han reconocido que los terroristas son marroqu¨ªes. De los 14 candidatos al suicidio, uno ha sido detenido y seis de los 13 cad¨¢veres han sido identificados. Son todos marroqu¨ªes y tienen en torno a los 20 a?os, seg¨²n revel¨® ayer el ministro del Interior, Mustaf¨¢ Sahel.
El hallazgo ha noqueado a la clase pol¨ªtica y las ¨¦lites liberales marroqu¨ªes, convencidas de que, gracias a su tradici¨®n o a la represi¨®n desatada desde hace algo m¨¢s de un a?o, Marruecos era casi inmune al terrorismo internacional. Ahora, los unos y los otros piden cuentas a las autoridades.
"Lo que ha sucedido es un fracaso de los servicios secretos marroqu¨ªes", editorializaba el s¨¢bado el semanario independiente Le Journal. La Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos no dudaba, por su parte, en explicar ayer esta ruina por la gran dedicaci¨®n de las fuerzas de seguridad a perseguir a periodistas como Al¨ª Lmrabet, procesado por "ultraje al rey", o militantes de la sociedad civil, olvid¨¢ndose de las aut¨¦nticas prioridades.
"El drama es que el Estado tambi¨¦n ha facilitado esta evoluci¨®n", afirmaba ayer el editorial del diario socialista Lib¨¦ration, ¨®rgano de un partido que participa en el Gobierno, "al dar acceso a los lugares de culto a una oleada de seudoeruditos que predican (...) principios opuestos a los de esta gran religi¨®n". El anterior ministro de Culto permiti¨® que los islamistas radicales predicasen en muchas mezquitas.
La V¨ªa Justa se dio a conocer cuando, en febrero de 2002, lapidaron en Sidi Munem, una barriada de Casablanca, a un borracho. Los expertos le han puesto la etiqueta de Salafistas Combatientes y sospechan que podr¨ªa contar con unos 200 militantes, casi todos formados en las madrasas (escuelas cor¨¢nicas) de Arabia Saud¨ª. De ah¨ª que el ministro Buzubaa aludiese a un "pa¨ªs extranjero del que han llegado recientemente" los terroristas.
Sus padres espirituales son dos imames, Abu Hafs, encarcelado el a?o pasado en Fez, y Hassan Kettani, encerrado en la prisi¨®n de Sal¨¦ en v¨ªsperas de la guerra de Irak para que sus pr¨¦dicas no encolerizasen a los fieles contra EE UU y sus aliados ¨¢rabes, entre los que figura Marruecos. Ninguno est¨¢ implicado en actos violentos.
La otra rama del islamismo radical la componen los ¨¢rabes afganos, dos centenares de marroqu¨ªes que han luchado en Afganist¨¢n, donde fueron enviados hace m¨¢s de una d¨¦cada por asociaciones legales. A su regreso se han reagrupado. Tras los atentados, la polic¨ªa marroqu¨ª ha efectuado una treintena de detenciones entre supuestos militantes de ambas asociaciones.
La coordinaci¨®n de estos dos grup¨²sculos la lleva a cabo Al Qaeda. Su m¨¢ximo responsable, Osama Bin Laden, dio a entender que se iba a interesar por Marruecos cuando, en un discurso pronunciado poco antes de la guerra de Irak, lo incluy¨® entre los pa¨ªses ¨¢rabes que son ap¨®statas. Sin llegar tan lejos, una buena parte de la opini¨®n p¨²blica marroqu¨ª condena la estrecha alianza que su pa¨ªs mantiene con la superpotencia.
Tras un primer momento de desconcierto por el estallido de una violencia a la que no est¨¢ acostumbrado, el hombre de la calle en Marruecos tiende a atribuir la responsabilidad de las explosiones, que deplora, a EE UU. "Su violencia contra los musulmanes engendra a¨²n m¨¢s violencia", asegura Saad, un vendedor de bocadillos.
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