Peras y chirimoyas

Dentro de cuatro d¨ªas no habr¨¢ ning¨²n partido que reconozca que ha perdido los comicios municipales y recurrir¨¢n a cualquier pirueta por muy incre¨ªble que sea para salvar la cara. Es una constante que se repite elecci¨®n tras elecci¨®n, porque en lo que en el mundo de las matem¨¢ticas es imposible, en el de la pol¨ªtica es una ciencia elemental. Los dirigentes de los partidos, que suelen ser calculadores y profesionales, deben tener ya previsto qu¨¦ es lo que van a decir la noche del 25 de mayo y manejar varios escenarios que les permitan llegar a la conclusi¨®n de que gozan de buena salud y camuflar, si se producen, sus pinchazos, para convencer a los ciudadanos de que el que gana la carrera no es el primero que cruza la meta.

Para el Partido Andalucista, por ejemplo, un ¨¦xito espectacular ?cu¨¢l ser¨ªa? "A: obtener un buen resultado en Sevilla, con posibilidades de alcald¨ªa; B: tener en toda Andaluc¨ªa m¨¢s concejales y C: que no salga Pedro Pacheco", afirma de carrerilla y sin dudar un dirigente. A partir de ah¨ª, si falla una de las tres variables, los andalucistas considerar¨¢n el resultado como "menos bueno" y modular¨¢n su valoraci¨®n. Pero si no se da niguna de las tres, es decir, si "hay cat¨¢strofe electoral", no habr¨¢ anestesia que valga y el conflicto interno estallar¨¢ antes de lo previsto. En esta formaci¨®n, de contrastada vocaci¨®n cainita, est¨¢ muy asumido que "sea cual sea" el c¨®mputo final la pelea entre Alejandro Rojas-Marcos, presidente fundador del PA, y Antonio Ortega, secretario general y consejero de Turismo, terminar¨¢ por dar la cara, aunque lo "ideal" es que no antes de las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. El argumento oficial del nuevo culebr¨®n andalucista gira esta vez en que Rojas-Marcos defiende un mayor distanciamiento con sus socios socialistas, mientras que Ortega propugna lo contrario. Sin embargo y como en todas las formaciones pol¨ªticas, en todas las ¨¦pocas y en todos los pa¨ªses del mundo, la lucha de fondo no es otra que la ocupaci¨®n de m¨¢s parcelas de poder por uno y otro grupo.

Tambi¨¦n pueden aventurarse tiempos de crisis para Izquierda Unida -congelada en estos meses- si el recuento de papeletas no arroja un crecimiento de votos respecto a las municipales de hace cuatro a?os. "Un buen resultado es aumentar el apoyo en las capitales y no bajar en los pueblos. Si eso no es as¨ª es un fracaso", afirma un dirigente. IU conf¨ªa en que, esta vez, la lista que encabeza Rosa Aguilar en C¨®rdoba, capital emblem¨¢tica para IU desde los tiempos del PCE, sea la m¨¢s votada, y convertirse en "fuerza determinante" para la formaci¨®n de gobiernos municipales de izquierda. En ning¨²n documento est¨¢ escrito ni en ning¨²n foro dicho que la aspiraci¨®n es no descender, aunque algunos dirigentes de la federaci¨®n aseguran que desde la ejecutiva andaluza se est¨¢ poniendo la venda antes de que salga la herida y que "es posible" que una de las comparativas que se haga la noche del domingo -rompiendo la elemental regla escolar de que las peras se suman con peras y no con chirimoyas- sea en relaci¨®n con las generales de 2000 (uno de los peores resultados logrados por Izquierda Unida) y no con las municipales de hace cuatro a?os.

En el Partido Popular, la l¨ªnea entre el fracaso y el ¨¦xito la ha dejado marcada su secretario general, Javier Arenas: "El reto es volver a ser la primera fuerza pol¨ªtica en las ocho capitales", dijo el pasado martes, aunque cualquier resta a esa suma puede ser considerada en el PP como "regular" o "malo". Veamos la definici¨®n: "Regular es mantener las cuatro capitales donde gobernamos (C¨¢diz, Huelva, M¨¢laga y Ja¨¦n) y no ser la fuerza m¨¢s votada en las otras cuatro. Y malo es todo eso y, adem¨¢s, perder una capital y la diputaci¨®n de Almer¨ªa".

?Y en el PSOE? En este partido si hay una cosa que no est¨¢ prevista en su an¨¢lisis ni siquiera contemplada en un hipot¨¦tico juego de monopoly electoral es un resultado que no le sit¨²e como primera fuerza en Andaluc¨ªa. "Imposible", dicen en el PSOE. "Desproporcionado", corroboran desde el Partido Popular. Los socialistas siempre han dicho que su objetivo es ser primera fuerza en toda la comunidad y quiz¨¢s por la debacle sufrida en 1995 -desde entonces no han logrado que sus candidaturas sean la m¨¢s apoyadas en las capitales- ponen el acento en la suma total de votos de los 770 municipios. "En la Liga quien gana es el que queda primero, no el que se clasifica para jugar la Champion Leage", asegura un responsable. "Lo que se est¨¢ barajando es si vamos a tener un resultado espectacular o menos espectacular", apunta otro.