El desembarco brit¨¢nico en Izn¨¢jar

Izn¨¢jar es un peque?o y tranquilo municipio de unos 5.000 habitantes situado junto al pantano del mismo nombre y con 16 aldeas. Desde hace a?o y medio, atrae a una poblaci¨®n extranjera antes in¨¦dita, los ingleses. Esto ha revolucionado parte de la vida econ¨®mica del pueblo, donde operan cinco agencias inmobiliarias y crece el turismo rural.

Aunque la mayor¨ªa de brit¨¢nicos, entre 250 y 300, elige Izn¨¢jar en periodos vacacionales, unos 70 viven en alguna de las 16 aldeas y son ciudadanos de derecho. ?stos han provocado un negocio inmobiliario antes impensable. Los ciudadanos de Izn¨¢jar destacan el respeto que estos brit¨¢nicos profesan hacia cortijos abandonados que han sido recuperados, sobre todo por matrimonios de jubilados. Algunos lugare?os han hecho su agosto particular al vender terrenos y casas abandonadas y ahora mismo es dif¨ªcil encontrar un alba?il en el pueblo. Casas que se vend¨ªan por 12.000 euros han llegado a cuadruplicar su precio.

La novedad ha provocado que los trabajadores del Ayuntamiento hayan tenido que realizar cursos de ingl¨¦s para solventar los tr¨¢mites de sus nuevos vecinos. Tambi¨¦n los ingleses aprenden espa?ol. Carmen Mar¨ªa Arcos, licenciada en Filolog¨ªa Inglesa e Hisp¨¢nica, es el nexo ling¨¹¨ªstico entre unos y otros. Tiene diez alumnos ingleses, "aunque tambi¨¦n ves a alguno que otro con el diccionario por las calles a marchas forzadas", explica antes de una clase.

Roger Kay y su esposa Cleare van camino de las clases. Llevan un a?o en una de las aldeas, Fuente del Conde. Vienen de Chesharre (Inglaterra) y destacan lo tranquilo y barato que es el pueblo. "Aqu¨ª no hay estr¨¦s", comenta Cleare despu¨¦s de salir de la cafeter¨ªa Las Nubes, donde fotos con su marido decoran, entre otras, el salvapantallas del ordenador. Le preguntan a la profesora por las elecciones. De momento s¨®lo el PSOE ha editado un programa electoral biling¨¹e, aunque no parece que vayan a celebrarse m¨ªtines con traducci¨®n simult¨¢nea.

Otro matrimonio, Christopher y Judy Dare, lleva 11 meses en Arroyo de Priego, otra aldea. Christopher dice que el espa?ol es dif¨ªcil, a su esposa se le da mejor. "Esto es precioso, la gente es amistosa y no vives deprisa; en lugar del claxon de los coches o¨ªmos cantar a los p¨¢jaros", dice Christopher Kay, que a¨²n reforma su casa y ayuda en tareas el¨¦ctricas a los compatriotas que toman su mismo camino. El cansancio de la costa es uno de los motivos por los que muchos han elegido Izn¨¢jar. Si quieren playa, la tienen a cuarenta minutos en coche.

Ana Harty, que pasaba por all¨ª con su guitarra y un ramo de flores, tambi¨¦n votar¨¢. Vive en el pueblo y sus dos hijos van a la escuela. Harty, que destaca la gastronom¨ªa, no recurre a las clases de ingl¨¦s y prefiere aprender el espa?ol directamente de la gente. "Mi marido mis hijos y yo nos quedaremos para siempre, en Londres hay mucho crimen y drogas y eso no es bueno para los ni?os". Adem¨¢s de la vida contemplativa, algunos ingleses establecidos en Izn¨¢jar se dedican a convertir cortijos abandonados en hoteles rurales para visitantes ingleses, que pagan m¨¢s.

Es el caso de Andy y Karen Winn, que han elegido para vivir Fuente del Conde. Tienen un hijo de 15 a?os en la escuela. Andy, que era polic¨ªa en New Brighton (Inglaterra), envidia la tranquilidad de los agentes en Izn¨¢jar y a¨²n casi ni se cree que no haya que echar la llave al coche. Aunque est¨¢ encantado, Andy comenta que a veces algunos comercios redondean al alza ante su acento y que le dieron un presupuesto para la piscina un poco desorbitado. "Cuando acaben las obras, tomar¨¦ clases de espa?ol", asegura.