Libertades en Marruecos
Sentencias como la de ayer en Marruecos condenando a cuatro a?os de prisi¨®n al director de dos semanarios sat¨ªricos independientes por ultrajes al rey y a la monarqu¨ªa y ataques a la integridad territorial ponen en cuarentena la independencia del poder judicial y la pretendida liberalizaci¨®n del pa¨ªs magreb¨ª de la mano de Mohamed VI. El delito de Al¨ª Lmrabet, cuyos dos peri¨®dicos han sido prohibidos por el tribunal de Rabat que le ha juzgado, es la publicaci¨®n de algunos dibujos sat¨ªricos, un fotomontaje sobre personajes pol¨ªticos, informaci¨®n sobre el presupuesto de la casa real y extractos de una entrevista -divulgada en Espa?a- con un ex preso pol¨ªtico en la que ¨¦ste se declaraba republicano.
Hac¨ªa 30 a?os que no se encarcelaba en Marruecos a un periodista de manera autom¨¢tica tras concluir su juicio. La medida, en aplicaci¨®n del art¨ªculo 400 del C¨®digo Penal, es tan desproporcionada que organizaciones como Amnist¨ªa Internacional o Reporteros sin Fronteras han denunciado el proceso como pol¨ªtico y exigido la inmediata liberaci¨®n de Lmrabet, en huelga de hambre desde hace un par de semanas. El sindicato marroqu¨ª de periodistas anuncia para hoy una manifestaci¨®n de protesta por lo que considera un deliberado escarmiento en la persona de alguien que ha pedido repetidamente a los informadores que no se dejen intimidar por la represi¨®n.
Rabat aprob¨® el a?o pasado una nueva ley de prensa en la que se prev¨¦n penas de prisi¨®n para los ataques contra lo que se denomina valores sagrados del reino. El texto suscit¨® las protestas tanto de los periodistas marroqu¨ªes como de las organizaciones internacionales que protegen la libertad de expresi¨®n. Parece que los temores no eran infundados, puesto que en el siglo XXI, y en un pa¨ªs que se pretende democr¨¢tico, la publicaci¨®n de unos presupuestos oficiales, los de la casa real, sacados de los debates parlamentarios, puede ser calificada penalmente como ofensa al rey.
Marruecos, conservador y tradicionalista, es todav¨ªa una monarqu¨ªa de caracter¨ªsticas feudales, donde la noci¨®n de ciudadan¨ªa es muy limitada. Se supon¨ªa que Mohamed VI, entronizado hace casi cuatro a?os, iba a representar una decidida ruptura con ese arca¨ªsmo institucional. Pero la prisi¨®n de Lmrabet, unida a otros muchos signos en diferentes ¨¢mbitos, evidencia el poder de que goza un establishment opuesto a cualquier disidencia. Lo peor que podr¨ªa pasar en el pa¨ªs magreb¨ª es que el reciente zarpazo terrorista a manos del fanatismo islamista se convirtiera en un nuevo pretexto para limitar sus ya de por s¨ª escasas libertades.
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