Un extra?o y poderoso 'thriller' pol¨ªtico chino
La confusa trama de 'Mariposa P¨²rpura' dej¨® ayer en Cannes un rastro de admiraci¨®n y perplejidad
Crea inicialmente perplejidad, y pide con urgencia una segunda visi¨®n, el extra?o y magn¨ªfico thriller pol¨ªtico chino Mariposa P¨²rpura, del director chino Lou Ye, que asalta los ojos con en¨¦rgicas im¨¢genes de amor y violencia. En primera mirada, la ruptura del continuo temporal y los saltos del relato hacia atr¨¢s y hacia delante sin indicaciones de trastorno y de cambio de tiempo confunden la orientaci¨®n del espectador. Pero en una segunda visi¨®n el aparente galimat¨ªas adquiere orden y el resultado es cine de acci¨®n fren¨¦tica con tremenda fuerza y momentos y sacudidas de violencia que rozan lo insuperable. El cine chino da as¨ª otra en¨¦sima campanada y puede trastocar algunos pron¨®sticos que los aficionados a augures manejan estos d¨ªas para sus c¨¢balas sobre la lista de premios del domingo.
Zhang Ziyi es la estrella m¨¢s luminosa, y en pleno ascenso, del cine chino
La pel¨ªcula finaliza con dos extraordinarias escenas, una de encuentro sexual y otra de separaci¨®n de los amantes, que en una ordenaci¨®n cronol¨®gica de los sucesos ocurren antes de la largu¨ªsima secuencia precedente, que est¨¢ compuesta por una serie de escenas de intriga y muerte cuyo hilo conductor se mueve en vaivenes que oscilan, con la precisi¨®n de un mecanismo de relojer¨ªa, entre la explicitud y la sugerencia, entre bramidos de disparos a bocajarro y el silencioso deslizamiento -m¨¢s turbador a¨²n que la representaci¨®n naturalista de los cr¨ªmenes- de un dedo manchado de sangre sobre el filtro de un cigarrillo. El golpe visual de estas y otras muchas im¨¢genes es muy fuerte y las espesas atm¨®sferas de una Shanghai de los a?os treinta ensombrecida por una lluvia terca y agobiante constituyen un filtro tenebrista de la luz en la fotograf¨ªa de Wang Yu, que es un prodigio de contrastes y choques entre vol¨²menes lleno de matices y de funcionalidad narrativa y dram¨¢tica.
Produce perplejidad este sorprendente thriller pol¨ªtico, porque secuestra la mirada pero obliga a estrujar tras esa mirada la memoria, para ordenar en ella el puzzle de una vertiginosa serie de sucesos que discurren con premeditado desorden en la pantalla obligando as¨ª al espectador a participar en la construcci¨®n de la trama, que ha sido urdida y dirigida por un cineasta nacido en Shanghai hace 38 a?os y que se llama Lou Ye, que desde 1993 ha movido sin cesar su proyecto de Mariposa P¨²rpura ante todas las herm¨¦ticas ventanillas de la burocracia cultural de su pa¨ªs, hasta que el a?o pasado entr¨® en la aventura una peque?a productora francesa, que decidi¨® financiarlo, y abri¨® camino al estancado Lou Ye.
Es Mariposa P¨²rpura la reconstrucci¨®n de un encadenamiento de febriles sucesos ver¨ªdicos, que comienzan en Manchuria y terminan en Shanghai entre 1928 y mediados de los a?os treinta, durante la ocupaci¨®n por el Ej¨¦rcito japon¨¦s de aquella regi¨®n norte?a y esta ciudad china. Y relata lo esencial de una operaci¨®n de choque suicida de un grupo de j¨®venes resistentes revolucionarios, hostiles al Kuomintang nacionalista y derechista del general Chan Kai Chek y ajenos a los viveros del Partido Comunista de Mao Zedong y Chu Enlai. Los j¨®venes que formaban el grupo de asalto conocido por Mariposa P¨²rpura asesinaron al jefe del espionaje japon¨¦s en Shanghai, un tal Yamamoto, y arrasaron su aparato de inteligencia, pero a costa de sus vidas.
Es un suceso oscuro, de explosiva virulencia, en el que estuvo implicada una muchacha muy joven llamada Ding Hui, que es interpretada -con una combinaci¨®n perfecta, literalmente asombrosa, de pasi¨®n y precisi¨®n- por Zhang Ziyi, la estrella m¨¢s luminosa, y en pleno ascenso, del cine chino, sucesora de la c¨¦lebre Gong Li. Zhang Ziyi es bien conocida aqu¨ª por sus maravillosas y viv¨ªsimas interpretaciones en Camino a casa y H
¨¦roe, dos obras maestras de Zhang Yimou, y Tigre y drag¨®n, la gozosa aventura del hongkon¨¦s afincado en Nueva York Ang Lee.
Es Zhang Ziyi una actriz de 22 a?os que se niega a dejarse seducir por los cheques en blanco que la ofrecen en Hollywood y ahora filma 2.046, la nueva obra de Wong Kar-wai, creador de la bell¨ªsima In the mood for love, una de las cumbres del formalismo chino, ya estrenada -como las antes citadas- en todo Occidente, incluida Espa?a, donde, salvo raras excepciones, las redes de distribuci¨®n ignoran a esta aventura est¨¦tica, la de mayor calado actual.
Zhang Ziyi ha turbado y descolocado, adem¨¢s, las cuadr¨ªculas de la pudorosa multitud de compatriotas suyos que la adoran y la consideran poco menos que intocable, al prestarse a dar en Mariposa P¨²rpura su piel y su sudor a una escena de sexo fuerte, ciertamente vestida pero con la desnudez de un primer plano persistente y penetrante, con notable fuerza de contagio sensorial, que antes de verse ya ha armado alborotos en China y se cuenta que hay all¨ª un enjambre de reporteros y paparazzi a la caza del rostro y el gemido del orgasmo de la peque?a diosa, convertida ahora en m¨¦dula de un filme con un punto de infernal, oscuro e inquietante, confuso y a ratos irritante, pero que rebosa cine del grande, ¨¦se que exige volver y volver a verlo y no se tira a los basureros de la memoria una vez visto.
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